1. Aspectos económicos.
Economía de guerra e intervención del Estado
La economía de guerra significó a grandes rasgos la modificación de todos
los hábitos individualistas y concepciones económicas anteriores a la
guerra, que se mostraron fracasadas como forma de administrar la economía en
tiempos de guerra. Sin embargo, la transición no fue sencilla, y cada
gobierno debió improvisar medidas radicales y someter a la iniciativa
privada y sus intereses, al tiempo que tomó el control de la economía
nacional para asegurar el suministro de equipos a los ejércitos. La
participación del Estado en la economía nacional, que hasta entonces había
sido muy moderada en la mayoría de países, aumentó considerablemente, y
durante la guerra los gobiernos de Alemania y Francia superaron el 50 % del
PIB, un nivel al que a punto estuvo de llegar Gran Bretaña. El Imperio
británico sacó provecho de sus grandes inversiones en los ferrocarriles
estadounidenses, la posición de la libra esterlina como moneda de cambio
internacional por excelencia, sus cuantiosas reservas de oro y su dominio
del comercio en todo el mundo, que junto a préstamos procedentes en gran
medida de Wall Street, le permitió pagar sus compras a Estados Unidos y
sostener los gastos de sus principales aliados. El presidente Wilson, a
punto estuvo de cortar el flujo de crédito a finales de 1.916, pero
finalmente permitió una expansión crediticia del gobierno estadounidense a
sus aliados, igualmente la mayoría de potencias estuvo a punto de declarar
la bancarrota en alguna ocasión durante la guerra.