1. Llombera
Desde Huergas parte la carretera por el valle arriba, en una estirada
de cinco kilómetros hasta Llombera. A mitad de camino se ven unos
paredones desventrados que denominan
Los Corrales, y se les
tiene por majadas de ganado, aunque la tradición también sitúa allí un
antiguo poblamiento, como asimismo otro poblado donde llaman
Vega Honda, en la base
del Cueto de San Mateo. El emplazamiento de Llombera es de sugestiva
belleza. Todo es ascenso hasta el Lugar, es un valle de pradería
encajonado entre altas montañas, donde a mano izquierda los carrascos
muestran las retorcidas encinas, y a mano derecha, por la parte del
abesedo, la belleza sin par del extenso faedo, que pone una pincelada de
nobleza paisajística. El pueblo es hermoso, una calle central que baja
desde el altozano de la iglesia, estirándose recta y cóncava hasta la
ermita del Cristo de los Remedios. Se sube unos metros por el camino de
la ermita hacia el hayedo y se contempla la aldea en su conjunto, como
una joya asentada en el camafeo de la caliza; la panorámica es muy
bella.