1. Vikingos
Vikingo, del inglés viking, y este del Nórdico antiguo víkingr,
es el principal nombre dado a los miembros de los pueblos nórdicos
originarios de Escandinavia, famosos por sus incursiones y pillajes en
Europa. La metonimia ha llevado a que el nombre se siga usando aún hoy
en día de forma coloquial para referirse a los Países Escandinavos. Su
lengua era el antiguo nórdico. Si bien existen referencias vagas a
pueblos germánicos del mar Báltico y Escandinavia en las fuentes
romanas, sus ataques y su aparición en la escena Política Europea
cobran relevancia con el saqueo del Monasterio de Lindisfarne año
793, en el norte de Gran Bretaña, al que pronto siguieron ataques
a otros Monasterios. Los anales y crónicas de los dos siglos
siguientes están repletos de relatos aterradores. Su actuar violento
aterrorizó a las antiguas comunidades, que aunque acostumbradas a la
guerra, no tenían forma de prever cuándo habría una incursión, y
sufrían una
carencia de poderes fuertes en los comienzos de la Edad Media. Estos
ataques sumados a los de los Húngaros y Ávaros, a la presión de los
pueblos Eslavos en Europa Oriental, y a la de los Árabes en el Sur,
fueron tanto causa como consecuencia de un período de inestabilidad
que favoreció la descentralización política del feudalismo. Durante
los siglos siguientes, los vikingos y sus descendientes tuvieron gran
influencia en la Historia Europea. En las Islas Británicas gobernaron
durante muchos años hasta ser finalmente derrotados por los Normandos,
descendientes de los vikingos que habían recibido tierras en Normandía
Francia. En Italia fundaron el reino Normando de Sicilia e incluso
llegaron a influir con sus incursiones en el Califato de Córdoba y en
el Imperio Bizantino. A través de los ríos del norte intervinieron
repetidas veces en el mar Báltico y en Rusia, cuyos primeros estados,
la Rus de Kiev, aparecen vinculados a aventureros vikingos. Se
suele datar el final del periodo vikingo con la caída del Rey Harald
el Despiadado, que murió en la batalla del puente Stamford en el año
1.066, cuando intentaba tomar posesión del territorio de Inglaterra,
con el final del reinado de Canuto IV de Dinamarca. Si bien la
influencia nórdica siguió siendo relevante, la a culturización de los
normandos en Francia, Inglaterra e Italia, las victorias militares de
varios estados como Francia que lograron asegurar las costas y la
propia disminución de incursiones escandinavas con la cristianización
de Escandinavia supusieron paulatinamente el final de su actividad tal
y como se conocía.