1. La Francmasonería
La francmasonería o masonería es una institución de carácter iniciático,
filantrópico, simbólico, filosófico, discreto, selectivo, jerárquico,
internacional, humanista y con una estructura federal, fundada en un
sentimiento de fraternidad. Afirma tener como objetivo la búsqueda de la
verdad, el estudio filosófico de la conducta humana, de las ciencias y de
las artes y el fomento del desarrollo social y moral del ser humano,
orientándolo hacia su evolución personal, además del progreso social, y
ejemplifica sus enseñanzas con símbolos y alegorías tradicionales tomadas
de la albañilería o, más específicamente, del Arte Real de la
Construcción, es decir, de los constructores de las catedrales
medievales. Aparecida en Europa entre finales del siglo XVII y principios del XVIII,
la masonería moderna o «especulativa»
ha sido descrita a menudo como un sistema peculiar de moral, bajo el velo
de alegorías y enseñado por símbolos. Se presenta a sí misma como una
herramienta de formación, con un método particular que, basado en el
simbolismo de la construcción, permite a sus miembros desarrollar su
capacidad de escucha, de reflexión y de diálogo, para transmitir estos
valores a su entorno.
Indicé
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La historia institucional de la masonería presenta numerosas
disidencias, cuyas principales causas, con importantes matices y
derivaciones, están relacionadas con la admisión de la mujer en las
logias de hombres, la cuestión de las creencias religiosas o
metafísicas, la naturaleza de los temas tratados o la forma de
trabajar de las logias, así como con las bases sobre las que se
fundamenta la regularidad masónica. La existencia de distintos
puntos de vista sobre estos y otros temas ha dado lugar al
desarrollo de distintas ramas o corrientes masónicas, que a menudo
no se reconocen entre ellas.
2. Según el Diccionario de los símbolos
El compás ha sido considerado entre nosotros como el emblema de las
ciencias exactas. La noción de regla, de rectitud o, está también por
otra parte en la base del kuei chino. Los grados de la abertura del
compás simbolizan, en la tradición masónica, las posibilidades y los
grados del conocimiento, 45° se refiere al octavo, 60° al sexto, y 90°
al cuarto. La masonería, al limitar la abertura del compás a 90° máximo,
indica con ello los límites que el hombre no sabría traspasar. El ángulo
de 90° reproduce la escuadra. Ya que la escuadra es como sabemos el
símbolo de la materia, el compás es el símbolo del espíritu y de su
poder sobre la materia. El compás abierto en 45° indica que la materia
no está completamente dominada, mientras que la abertura de 90° realiza
íntegramente el equilibrio entre las dos fuerzas; el compás se convierte
en escuadra justa.
3. La "masonería operativa"
Una de las leyendas más importantes de la francmasonería atribuye a
Hiram Abif, mítico arquitecto del Templo de Salomón en Jerusalén, el
origen mítico de la orden masónica. Algunos textos retrotraen el origen
de la masonería a épocas de aún mayor antigüedad, y llegan a considerar
como fundadores a distintas figuras bíblicas, como Tubalcaín, Moisés,
Noé o el mismísimo Adán. De la antigüedad de la sociedad hablaría el que
las citas del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento sobre: 'Los
arquitectos', pudiesen referirse a algunas personas relacionadas con
este grupo iniciático. Más realistas, pero todavía en el ámbito de lo
mítico o de lo seudohistórico, diversos autores han atribuido este
origen a los constructores de las pirámides en el antiguo Egipto, a los
Collegia Fabrorum romanos, a la orden de los templarios, la de los
Rosacruces o a los humanistas del Renacimiento.
Se habla de un texto que el príncipe Edwin de Northumberland, sobrino
del rey Athelstan, habría dado a estas corporaciones en Inglaterra en el
año 926, denominado Constituciones de York. Este manuscrito se habría
perdido en el siglo XV y habría sido reescrito de memoria por los que lo
conocían. Por este motivo, su origen más plausible lo encontramos en la
Carta o Estatutos de Bolonia, redactado en 1248, son el documento
masónico original más antiguo que se conoce. Trata de aspectos
jurídicos, administrativos y de usos y costumbres del gremio. Le siguen
en antigüedad otros documentos, como el Poema Regius o Manuscrito
Halliwell (1.390), el Manuscrito Cooke (1.410), el Manuscrito de
Estrasburgo (1.459), los Estatutos de Ratisbona (1.459), los de Schaw
(1.598), el Manuscrito Iñigo Jones (1.607), los de Absolion (1.668) y el
Sloane (1.700). Todos estos manuscritos se refieren a la masonería
«operativa» o gremial, de la que especifican sobre todo las reglas del
«oficio», y los historiadores suelen referirse a ellas en un sentido
genérico como «constituciones góticas».
4. Dos corrientes principales
La regularidad es un concepto tan importante como debatido en el seno
de la francmasonería. Con base en él, las Obediencias masónicas
establecen acuerdos de mutuo reconocimiento y relación entre ellas. En
general, se habla de Masonería regular para referirse a la que se
atiene a una serie de reglas tradicionales. Sin embargo, existe
discrepancia sobre cuáles de estas normas son las realmente
importantes y cuáles no, lo que da lugar a la división de la masonería
mundial en dos corrientes principales, a las que se puede añadir un
cierto número de logias y de pequeñas obediencias no adscritas a
ninguna de las dos. Las condiciones aceptadas por las dos corrientes principales para
reconocer la regularidad de una Obediencia masónica son:
Que posea una legitimidad de origen;
esto es, que su constitución haya sido auspiciada por alguna otra
organización masónica regular. En este sentido, suele considerarse que
la regularidad inicial emana de la antigua Gran Logia de Londres y
Westminster.
El respeto a los valores y principios capitales
establecidos en los documentos fundacionales, en concreto las llamadas
Constituciones de Anderson, publicadas en 1.723.
Las dos corrientes discrepan en
varios puntos importantes, que afectan incluso a sus respectivas
denominaciones. Ambas corrientes suelen ser conocidas, respectivamente,
como regular, una de ellas, y como liberal o a dogmática, la otra. Sin
embargo, los representantes de la segunda mantienen que su corriente es
también plenamente regular, mientras que los de la primera argumentan
que la suya es asimismo esencialmente liberal y a dogmática. Es
imposible establecer un criterio objetivo sobre este tema. Quizá, lo que
se puede afirmar es que las diferentes corrientes masónicas no se
consideran identificadas con términos como irregular o dogmática.
Finalmente, las logias que no se adscriben a los criterios de ninguna de
las dos principales corrientes suelen ser denominadas salvajes, si bien
ellas prefieren referirse a sí mismas como bajo la bóveda celeste.
5. Masonería regular anglosajona
La corriente que se denomina anglosajona está encabezada por la Gran
Logia Unida de Inglaterra y a ella se adscriben las principales
obediencias, por lo que a número de miembros se refiere, de las Islas
Británicas, Estados Unidos, los países de la Commonwealth, Iberoamérica
y parte de la Europa continental, incluida España. Basándose en su
interpretación de la tradición masónica y, en particular, de las
Constituciones de Anderson, las Obediencias y Logias de esta línea
establecen los siguientes criterios de regularidad:
La creencia en una deidad o en un ser supremo
(solo uno), que puede ser entendido como un principio no dogmático, como
un requisito imprescindible a sus miembros.
Los juramentos deben realizarse
sobre el llamado Volumen de la Ley Sagrada, generalmente la Biblia u
otro libro considerado sagrado o símbolo de lo trascendente por el que
realiza el juramento. La presencia de este Volumen de la
Ley Sagrada, la Escuadra y el
Compás son imprescindibles en la logia.
No se reconocía la iniciación masónica femenina ni se aceptaba el
contacto masónico con las logias que admitan a mujeres entre sus
miembros, aunque hay organizaciones asociadas en los Estados Unidos que
están abiertas a las mujeres, pero no son reconocidas en Gran Bretaña o
Irlanda.
Están expresamente prohibidas las discusiones sobre política y religión,
así como el posicionamiento institucional sobre estos aspectos.
6. Masonería regular continental
La corriente que se denomina liberal o a dogmática tiene su principal
exponente mundial en el Gran Oriente de Francia. Es la principal
corriente, por lo que a número de miembros se refiere, en Francia,
África francófona y algunos países de la Europa continental, y a ella se
adscriben muchas obediencias en todo el mundo, en especial en
Iberoamericana y la Europa continental, incluyendo, en particular, a las
Obediencias femeninas y mixtas. No se basa en un estándar de regularidad
establecido, sino que mantiene como referente el reconocimiento
compartido de unos valores, modelos rituales y organizativos que, por
tradición, se consideran esencialmente masónicos. Por este motivo,
presenta una mayor variedad de formas concretas de organización, cuyas
principales características, que no tienen que darse simultáneamente,
son:
El principio de libertad absoluta de conciencia.
Admite entre sus miembros tanto a creyentes como a ateos y los
juramentos pueden realizarse, según las logias, sobre el Libro de la Ley
(las Constituciones de la Orden), o sobre el Volumen de la Ley Sagrada,
en ambos casos junto a la Escuadra y el Compás.
El reconocimiento del carácter regular de la iniciación
femenina.
Las Obediencias pueden ser masculinas, mixtas o femeninas.
El debate de las ideas y la participación social. Las logias debaten libremente incluso sobre cuestiones relacionadas con
la religión o la política, llegando, en determinadas ocasiones, a
posicionarse institucionalmente sobre cuestiones relacionadas con esos
aspectos.
7. El Gran Arquitecto del Universo
El Gran Arquitecto del Universo, expresado habitualmente con el
acrónimo GADU, es un símbolo tradicional en masonería cuyo contenido,
interpretación y relevancia varían según la corriente masónica de que
se trate. Para la corriente anglosajona, el GADU, representa al Ser Supremo, un
principio masónico cuya creencia e invocación en la práctica del rito
son imprescindibles. Para la corriente continental, establecer la
condición de la creencia en un Ser Supremo supone limitar la libertad
de conciencia de sus miembros, por lo que ni la creencia en el GADU,
ni su invocación son preceptivas. Los masones, como individuos, son en todo caso libres de darle el
contenido que mejor se ajuste a sus creencias. Como todos los
símbolos, proporciona un marco, pero su interpretación concreta
corresponde a cada cual.
Muchos francmasones consideran que el símbolo GADU, es igual al Dios
creador que determina a su voluntad los planes de la existencia. Para
otros muchos, simboliza la idea de un Principio Creador, Alma Suprema
que está en el origen del Universo, cuya naturaleza es indefinible.
Hay por último masones que, prescindiendo de cualquier enfoque
trascendente, identifican al GADU, con la sublimación del ideal
masónico o que lo interpretan desde una perspectiva panteísta o
naturalista. La masonería no sería compatible con una postura de nihilismo radical
que negara cualquier sentido trascendente o inmanente al mundo, que
interpretara el Universo como un puro caos sin orden posible, o que
negara que, a pesar del desorden aparente, hay un Cosmos.
Grados
En el siglo XIX, se emitían certificados como éste para que los masones
pudiesen demostrar que habían tomado los tres grados de la masonería en
una logia regular, es decir, en una logia reconocida por una gran logia.
8. Los tres grados de la masonería son:
Aprendiz – es el primer
grado, el de los iniciados, con el que una persona se vuelve masón; en
este grado el masón, se enfrenta consigo mismo y debe de superarse,
empezando a controlar sus pasiones (exceso de los 5 sentidos).
Compañero – es un grado
intermedio, donde el masón se dedica a aprender; en este grado el masón
ve cómo el mundo exterior lo percibe y aprende a percibir el mundo
exterior.
Maestro – es el tercer grado, en
el cual se requiere que el masón participe en la mayor parte de los
aspectos de la logia y de la masonería. En este grado, el masón es
enfrentado con la realidad de la muerte, se enfrenta con la inmortalidad
del alma y la vida eterna.
Los tres grados representan tres etapas del desarrollo personal. No
hay, para los masones, un significado único de estos tres grados;
conforme un francmasón va trabajando en cada uno de los grados y
estudiando, interpretará estos grados en función de su desarrollo
personal, y su única obligación será cumplir con las normas de la logia
para la que trabaja. Una estructura simbólica común y una serie de
arquetipos universales le servirán a todo masón para encontrar sus
propias respuestas a las preguntas filosóficas de la vida. No hay ningún grado en la francmasonería que sea superior al grado de
maestro. Si bien algunas órdenes masónicas tienen otros grados con
números, estos otros grados se consideran de perfeccionamiento al grado
de maestro y no promociones del mismo. Un ejemplo de ello es el Rito
Escocés Antiguo y Aceptado (REAA), que confiere grados desde el número 4
hasta el número 33. En el Rito Nacional Mexicano, en cambio, el total de
grados es nueve, equivalentes a los treinta y tres del REAA. Para alcanzar estos grados adicionales, es necesario ser maestro masón.
Su administración depende de un sistema paralelo al de las logias azules
o de artesanos; dentro de cada organización hay un sistema de oficios,
que confiere rangos únicamente dentro de ese grado o dentro de esa
orden. En algunas jurisdicciones, en particular las de Europa continental, se
les solicita a los masones que elaboren artículos sobre temas
filosóficos, y que los presenten en público en la logia. Hay una
extensísima bibliografía de artículos, revistas y publicaciones
masónicas, que incluyen abstracciones y lecciones espirituales o morales
de calidad diversa, manuales prácticos acerca de la organización y el
manejo de los ritos, y también artículos históricos y filosóficos.
9. Discreción y secreto
La masonería no es una sociedad secreta, sino discreta y con algunos
secretos que son revelados a sus miembros a medida que estos
progresan. En lo que se refiere a las actividades de las logias, estas
son discretas. Con respecto al secreto, existen dos tipos de secretos
prioritarios, uno de ellos asociado con el reconocimiento, las
palabras de pase, los toques al saludarse y las respuestas a preguntas
específicas para poder ingresar a la orden. Estos elementos forman parte del conocimiento esotérico, que sólo se
transmite en el interior de la institución y a quienes han alcanzado
el conocimiento y el reconocimiento de sus iguales para llegar ahí. El
otro tipo de secreto es ritual y es personal: es el conocimiento que
cada miembro de la logia va adquiriendo de sí mismo conforme aprende.
Es una experiencia personal que, por definición, no puede transmitirse
a nadie más. El documento encriptado del siglo XIX, llamado Copiale, descifrado en
la Universidad de Uppsala, en Suecia, contiene las ceremonias de
admisión a una sociedad secreta: Los ocultistas, dedicada a la
difusión de las técnicas adecuadas para la extracción de las cataratas
(facólisis), también describe las ceremonias de iniciación a todos los
grados masónicos.
10. Historia de la francmasonería.
Exclusión-inclusión de la mujer
Exclusión-inclusión de la mujer
En el siglo XVIII, cuando surgió la masonería especulativa o moderna,
la mujer no estaba ni económica ni social ni políticamente emancipada.
En las Constituciones de Anderson de 1.723 no se la tuvo en cuenta. Pero
las mujeres no quisieron permanecer indiferentes a las realizaciones de
las asociaciones masónicas. En 1.730, sólo cinco años después de la
aparición de la masonería especulativa en Francia, comenzaron a
realizarse gestiones para que fuesen aceptadas en la institución. El 10
de junio de 1.774, el Gran Oriente de Francia había tomado bajo su
protección, en una Asamblea General, la Masonería de Adopción. Se
trataba de logias formadas por mujeres bajo la tutela de los masones
varones. El 11 de marzo de 1.775, el marqués de Saisseval, ayudado por
otros hermanos, formó la logia El Candor. Su primera Gran Maestra fue la
duquesa de Bourbon, a la que siguieron la princesa de Lamballe (1.780),
la emperatriz Josefina (1.805), madame de Vaudemont (1.807) y madame de
Villete (1.819), amiga personal de Voltaire.
Ya en la segunda mitad del siglo XIX, el 14 de enero de 1882, en la
localidad de Le Pecq (Francia), la logia "Los Librepensadores", inició
a una escritora y conocida militante a favor de los derechos de la
mujer, Marie Deraismes, quien el 4 de abril de 1.893 creó, junto con
el senador Georges Martin, la Gran Logia Simbólica Escocesa de Francia
"Le Droit Humain", "El Derecho Humano". Esta logia daría origen a la
Orden Masónica Mixta Internacional "El Derecho Humano". "El Derecho
Humano", extendió rápidamente su acción en el mundo, y perteneció al
mismo Annie Besant, célebre feminista inglesa y secretaria de la
Sociedad Fabiana, antecesora del Partido Laborista de
Inglaterra. A lo largo del siglo XIX y principios del XX, la Masonería de
Adopción fue desapareciendo y transformándose en masonería femenina,
especialmente con el surgimiento, el 21 de octubre de 1.945, de la
Unión Masónica Femenina de Francia, que culminó en 1.952 con la
creación de la Gran Logia Femenina de Francia, que irá extendiendo la
masonería integrada por mujeres en el resto de la Europa continental y
de América Latina. Todavía algunas organizaciones masónicas masculinas
siguen considerando «irregular» la presencia de mujeres en la
masonería, si bien hoy existe un alto nivel de integración en la
mayoría de los países, a partir de la existencia de organizaciones
masónicas mixtas o femeninas. Estas organizaciones son, por lo demás,
plenamente aceptadas por las obediencias masculinas de la corriente
masónica liberal.
11. El caso Chileno
Los orígenes de la masonería en Chile se remontan a la época de la
independencia, cuando la mayoría de los líderes patriotas
sudamericanos en Europa, liderados por el venezolano Francisco de
Miranda organizaron un sistema de sociedades secretas con
características masónicas, llamadas Logias Lautarinas, con el fin de
independizar a América de la Corona Española. Tras concretarse su objetivo, las logias se disolvieron en la década
de 1.820. Sin embargo, el interés por la masonería continuó. En 1.827
se fundó en Santiago la Logia Filantrópica Chilena, la cual habría
tenido cierta influencia en el desarrollo del pensamiento liberal,
pero, tras el triunfo conservador en la [null batalla de Lircay], esta
iniciativa se disolvió. El interés renacería en Valparaíso en la
década de 1.850, cuando extranjeros residentes fundaron la Logia
Francesa L' Etoile du Pacifíque y la Logia Americana Bethesda.
Siguiendo este ejemplo, surgieron logias en el puerto integradas por
chilenos y sudamericanos: Unión Fraternal y Progreso. Al mismo tiempo,
surgió en Concepción la logia Aurora de Chile y en Copiapó la Logia
Orden y Libertad.
En 1.862 las logias masónicas chilenas decidieron dejar de estar
adscritas a grandes logias europeas y organizaron para este efecto la
[null Gran Logia de Chile], como un ente superior y centralizador. Con
sede en Valparaíso, su primer Serenísimo Gran Maestro fue el radical y
superintendente de bomberos Juan de Dios Arlegui. En un comienzo fue
difícil para las logias extranjeras del puerto aceptar la nueva
institución masónica chilena, sin embargo, la redacción ese mismo año
de una Constitución de la Orden Masónica Chilena, consolidó su
existencia.
Tras su nacimiento en el puerto, la masonería comenzó a crecer, al
aparecer nuevas logias masónicas en Santiago y ciudades de provincia.
En la capital surgió en 1.864 la Logia Justicia y Libertad, en 1.870
la Logia Deber y Constancia, en 1.872 la logia Verdad y en 1.876 la
logia Tolerancia. En provincias surgió en Valparaíso la logia Aurora,
en 1.869 y en La Serena la logia Luz y Esperanza en 1.874. De esta
manera, a fines del siglo XIX, la masonería había logrado constituirse
a nivel nacional al existir más de 30 logias masónicas repartidas a lo
largo y ancho del país, dependientes de la Gran Logia de
Chile. Constituidas según las normas de sociabilidad de la masonería europea
- juramento de iniciación, normas simbólicas, reglamentos de
funcionamiento y declaraciones de principios- [null los masones]
correspondieron a miembros de las emergentes clases medias altas, de
espíritu laico y emprendedor, que adscribían a los ideales políticos
del liberalismo radical y el socialismo, encontrándose entre ellos
ingenieros, médicos, abogados, profesores, medianos empresarios,
comerciantes, altos funcionarios públicos, políticos y miembros de las
Fuerzas Armadas. hoy en Chile existe la Gran Logia de Chile, como la única potencia
masónica regular dentro del territorio de la República, existiendo
también otras múltiples potencias masónicas de carácter
irregular.
12. El caso mexicano
En México, el Rito Nacional Mexicano aceptó, desde su creación en el
siglo XIX, el ingreso de las mujeres a logias mixtas. Y algunas pocas
logias del Rito Escocés Antiguo y Aceptado también son mixtas, aunque
la gran mayoría de ese rito son masculinas, y en esos casos las
mujeres trabajan en logias separadas, agrupadas a su vez en grandes
logias femeninas.
13. Francmasonería en Argentina
En Argentina, existe el Gran Oriente Simbólico Femenino de la República
Argentina (GOSFRA), que cuenta con más de 10 logias repartidas por todo
el país. y la Gran Logia Femenina Argentina (GLFEM) forma parte de
CLIPSAS (una organización internacional de jurisdicciones soberanas
francmasónicas), que tiene 7 logias, varios triángulos y comités.
14. Francmasonería en Uruguay
En Uruguay, existe masonería masculina, masonería femenina y masonería
mixta.
15. Organizaciones e ideologías antimasónicas
El Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife, uno de los pocos que
sobrevivieron a la Dictadura Franquista en España. Desde su fundación, la masonería ha encontrado la oposición de
distintos tipos de actores sociales. Los motivos de esta oposición
pueden referirse a la institución masónica en cuanto forma de
organización, o bien poner el acento en una característica
pretendidamente negativa de sus principios filosóficos y valores
morales. El término antimasonería o antimasonismo se refiere a la
desconfianza, a la crítica, a la oposición, a la hostilidad, a la
discriminación, a la represión o a la persecución de la
masonería.
Una clasificación de las instituciones e ideologías antimasónicas que
con mayor contundencia se han opuesto o han atacado a la masonería
puede ser la siguiente:
16. Poderes religiosos
la Iglesia católica (encíclicas
In Eminenti, del papa Clemente XII; y Humanum Genus del papa León
XIII, entre otras);
el integrismo islámico: por ejemplo, la masonería está prohibida en
Irán y en muchos países islámicos;
el bahaísmo: Shoghi Effendi prohibió expresamente a los bahais
pertenecer a la masonería, a la teosofía y a cualquier sociedad
secreta.
La Iglesia católica ha condenado
sistemáticamente la filiación a la masonería en innumerables documentos,
y ha decretado que es incompatible, por sus principios, con la doctrina
y la fe de la Iglesia católica.
17. Los pronunciamientos, papales que en este sentido han sido
constantes:
Clemente XII, Carta Apostólica: In Eminenti, 24 de abril de
1.738.
Benedicto XIV, Constitución Apostólica: Próvidas, 18 de mayo de
1.751.
Pío VII, Constitución: Ecclesiam a JesuChristo, 13 de septiembre de
1.821.
León XII, Constitución: Quo Graviora, 13 de marzo de 1.825.
Pío VIII, Carta Encíclica: Traditi Humilitati, 24 de mayo de
1.829.
Gregorio XVI, Carta Encíclica: Mirari Vos, 15 de agosto de
1.832.
Pío IX, Carta Encíclica: Qui Pluribus, 9 de noviembre de 1.846;
Alocución: Quibus Quantisque, 20 de abril de 1.849; Carta Encíclica:
Nostis et Nobiscum, 8 de diciembre de 1.849; Carta Encíclica: Cuanta
Cura, 8 de diciembre de 1.864; Alocución: Multiplices Inter, 25 de
septiembre de 1.865; Constitución: Apostolicae Sedis, 12 de octubre de
1.869; Carta: Quamquam, 29 de mayo de 1.873; Carta: Exortae, 29 de
abril de 1.876.
León XIII, Carta Encíclica: Humanum Genus, 20 de abril de 1.884;
Carta Encíclica: Dall´alto dell´Apostolico Seggio, 15 de octubre de
1.890; Carta Encíclica: Inimica Vos, 8 de diciembre de 1.892. Carta
Encíclica: Custodi di Quella Fede, 8 de diciembre de 1.892.
San Pío X alude a la masonería en las Cartas Encíclicas: Vehementer
Nos, 11 de febrero de 1.906 y Une Foi Encore, 6 de enero de
1.907.
18. Denunciaron ocasionalmente la masonería los papas:
Pío XI, Carta Encíclica: Non Abbiamo Bisogno, 29 de junio de
1.931.
Pío XII, Carta a Monseñor Montini, 29 de mayo de 1958.
También el Sínodo Romano de
1.960, bajo el pontificado de Juan XXIII, recuerda la condena de la
masonería. El Osservatore Romano publicó diversos documentos; por ejemplo, en
febrero de 1.987 se reitera la vigencia de la pena de excomunión para
los católicos que se inscriban en una sociedad masónica:, la de 24 de
marzo de 1.984, 'Fe cristiana y masonería son inconciliables', 26 de
noviembre de 1.983 'Declaración sobre la masonería', de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, firmada por Joseph Ratzinger y
Jean Jerome Hamer, OP.
19. Grupos políticos o gobiernos
Monarquías absolutistas: el zar Alejandro I, los monarcas españoles
Felipe V, Fernando VI, Carlos III y Fernando VII. Las dictaduras fascistas (Adolf Hitler, Mussolini, el régimen de
Vichy, Francisco Franco), y autoritarias (Miguel Primo de Rivera,
Salazar), del siglo XX rechazaron y atacaron a la masonería, porque la
consideraban reaccionaria y contraria a los intereses nacionales. En
el fascismo italiano inicialmente participaron muchos
masones. Las repúblicas socialistas: la Unión Soviética (Tercer Congreso de la
Internacional Socialista 1.921). Una excepción a este conjunto es
Cuba, que no ilegalizó la francmasonería debido a que el héroe
nacional, José Martí, era masón, aunque esta afirmación es discutida
por muchos y no se enseña oficialmente en ese país. En Miami se
localiza la Gran Logia de Cuba en el exilio, no aceptada como legítima
por la masonería estadounidense. La Gran Logia de Cuba (regular y
aceptada) tiene sede en La Habana.
20. Críticas a la francmasonería - Secretismo, esoterismo, ocultismo
Desde su surgimiento, la masonería ha sido considerada por no pocas
personalidades e instituciones como una asociación peligrosa, por su
carácter secreto. Muchos la ven como «una sociedad secreta de corte
esotérico y ocultista que procura destruir la civilización cristiana y
la Iglesia católica».
21. Disposiciones contrarias al catolicismo y a otras órdenes
religiosas
También se ha criticado a las logias del Gran Oriente de España por
proponer a las Cortes Constituyentes de la República que incluyesen en
la Constitución de la República diversas disposiciones, entre
otras:
Romper las relaciones
diplomáticas con el Vaticano. Prohibir manifestaciones de
índole religiosa en la calle. Incautación de los bienes de la Iglesia dedicados a la
beneficencia. Nacionalizar todos los bienes de
las órdenes religiosas. Expulsar o
exclaustrar a todos los
religiosos de ambos sexos. Incapacitar legalmente a los
sacerdotes para la enseñanza, entre otros. La figura de Dios: el Gran
Arquitecto del Universo. Uno de los temas que se critica a la francmasonería es la figura de
Dios. El Gran Arquitecto del Universo (figura equivalente a Dios en
muchas de las formas de practicar la masonería), está sujeto a
discusión según las diferentes líneas de pensamiento acerca de su
existencia y si este es un dogma o no que debe establecerse en una
logia. A pesar de que existe cierta uniformidad en establecer como
regularidad masónica su creencia y se acepta su discusión como parte
de la iniciación para la búsqueda de la verdad, hay sin embargo ritos
específicos que practican la masonería sin necesidad de recurrir a una
figura divina: es el caso, por ejemplo, del Rito Nacional Mexicano, en
cuya liturgia, dedica sus trabajos "Al Triunfo de la Verdad y al
Progreso del Género Humano", y no, como el Rito Escocés Antiguo y
Aceptado, "A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo". Por otro lado, la aceptación de la Regla de los doce puntos en sus
generalidades, a pesar de las corrientes más liberales para
flexibilizarla en ciertos aspectos, igualmente adopta la existencia de
dogmas implícitos en lo que se considera sagrado dentro de su
hermética: símbolos, vestimentas, grados, relaciones y ritos (aun
prescindiendo de un Dios dogmático). Al existir cuestiones sagradas
dentro de un cuerpo de conductas afines a sus creencias, se establece
por lo tanto a la francmasonería como un culto pararreligioso (los
masones asisten a sus templos, tienen castigos morales, entregan
dinero, estudian sus símbolos, aprenden sus ritos, se imponen una
filosofía y disciplina sagradas y desarrollan una relación entre sus
integrantes), dentro del tejido religioso y social habitual. Esto
significa que los integrantes de la masonería no excluyen, por lo
menos en principio y en la práctica de su culto, creencias religiosas
similares a las habituales. Se le critica que esta práctica termina
fomentando una doble vida en las personas por su inherente secretismo,
cuando se adopta finalmente como estilo de vida.
22. Aspectos sociológicos: acusación de ser una secta
Desde el punto de vista sociológico, se puede establecer su carácter de
secta, en un contexto psicológico de las minorías nómicas, en el que se
«reconoce a estos grupos un carácter activo, esto es, una capacidad de
influencia y transformación de la sociedad y sus valores diferente a las
de una mayoría perteneciente a lo establecido,... aunque también se
trata de grupos con una disciplina rigurosa, que practican un
reclutamiento selectivo y una dinámica con alto nivel de cohesión
grupal». Así, se le ha objetado que muestra presuntamente una conducta
persistentemente excluyente, al invitar a participar únicamente a
personas con cierto nivel cultural, que no representan la amplitud de la
sociedad. Tal conducta de estas organizaciones también se considera un
caldo de cultivo para que se ocupen las logias como medio para lograr
ciertos beneficios indebidos, mediante el tráfico de influencias de las
personas que las integran.
23. La francmasonería moderna
La masonería actual no puede considerarse una sociedad secreta, sino
discreta, en razón a la apertura de diversas logias en todo el mundo,
que muestran incluso los ritos que se consideraban secretos. La
masonería es una institución constituida horizontalmente, las logias
son autónomas y solo obedecen en ciertos aspectos ritualísticos y
administrativos a sus referentes nacionales. No existe un órgano o
institución que represente u organice a la masonería mundial o
universal, ya que existen diferencias substanciales e incluso
irreconciliables entre un rito y otro, entre una obediencia y otra,
entre un país y otro, incluso entre una logia y otra de la misma
obediencia y localidad, al punto de afirmar con toda certeza que no
existe la masonería como organización global y estructurada
mundialmente, lo que desvirtúa por completo y definitivamente la idea
de la conspiración masónica.
La masonería actual es considerada una escuela iniciática
(espiritual) y moral, que persigue el desarrollo del individuo para el
bienestar de la humanidad, que solo es posible conseguir mediante el
estudio científico y moral de las cosas, con la finalidad de conocerse
a sí mismo. Estos estudios se desarrollan dentro de las logias y con
fines educativos en todos los aspectos humanos; los métodos de
enseñanza se desarrollan en un primer momento utilizando las
herramientas de mitos y símbolos de la antigüedad, y en uno posterior,
mediante las ciencias o artes liberales (trívium y quadrivium), cuya
enseñanza fue perseguida en diversos momentos históricos.
Todas las creencias religiosas/espirituales (incluso, en algunas logias
o en algunos ritos, la ausencia de creencia) y todas las posiciones
políticas se aceptan en la masonería, y no son temas de discusión en las
logias, ya que el respeto y la tolerancia es un principio elemental de
la masonería, lo que elimina cualquier controversia entre la masonería,
la religión y los grupos políticos. Por otra parte, existen diversas
organizaciones secretas u ocultas a las que se les atribuye un carácter
masónico, que en realidad no tienen; de ahí que las diversas ideas,
interpretaciones y expresiones negativas contrarias a la masonería se
consideren meras reminiscencias históricas, expresiones sin fundamento y
desconocimiento absoluto de la institución al día de hoy.
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