1. El Río Curueño
Las aguas de este río, cristalinas y frías, son el hábitat de especies de
gran valor ecológico como la trucha "Salmo trutta" la
nutria "Lutra" o el desmán ibérico "Galemys pyrenaicus". Sus pozas, la belleza del entorno y su suave clima en verano configuran
un paraje idóneo para huir de los rigores estivales.
Paralela al río, se encuentran los vestigios de la antigua Calzada romana
que sirvió de enlace con Asturias, la ciudad de León y Astorga. Acompañando
a esta calzada se hallan varios puentes de origen romano como el del
Ahorcado, Villarías o La Puente Nueva.