Séptima Cruzada
La Séptima Cruzada fue liderada por Luis IX de Francia entre el año 1.248 y 1.254. En el año 1.248 el Rey Luis IX de Francia dejó su reino al cuidado de su madre, Blanca de Castilla y marchó a Oriente al frente de la Séptima Cruzada, acompañado de sus hermanos, el Conde Roberto I de Artois y el Conde Carlos de Anjou, así como del Duque Hugo IV de Borgoña. Aprovechando la ausencia del Rey Francés, Simón de Montfort se nombró Gobernador de Aquitania y marchó al Continente para poner orden y consolidar la autoridad Inglesa sobre el Ducado.
En el año 1.244, los musulmanes Corasmios aliados al Sultán ayubí de Egipto al-Salih Ayyub corrieron Siria y Palestina, conquistaron y saquearon Jerusalén tras la tregua de diez años que siguió a la Sexta Cruzada. Ese mismo año, al-Salih y sus aliados corasmios vencieron a los cristianos del Reino de Jerusalén, coligados con su rival el emir ayubi de Damasco, en la Batalla de Gaza. El 27 de Noviembre de ese mismo año, el Obispo de Beirut zarpó rumbo a Europa para solicitar socorros para sostener el reino. Este hecho no causó el gran impacto que en ocasiones anteriores, debido a que Occidente ya había visto como Jerusalén cambiaba de manos en diversas ocasiones. La llamada a la cruzada, por tanto, no fue inmediata ni generalizada. Los Monarcas Europeos estaban ocupados en sus asuntos internos. El Rey de Francia, Luis IX " San Luis ", declaró su intención de tomar la cruz en diciembre de 1.244. Luis IX asistió al concilio ecumenico latino de Lyon, que además de poner y excomulgar al Emperador Federico, convocó una cruzada, cuyo mando se entregó a Luis IX. Luis IX se había comprometido a emprender la cruzada en diciembre del año anterior cuando se hallaba gravemente enfermo de malaria, a cambio de recuperar la salud.