miércoles, 21 de septiembre de 2016

Jacques Bernard de Molay


Jacques Bernard de Molay

Jacques Bernard de Molay "Borgoña c. 1.240 - 1.244 - 18 de marzo de 1.314", fue Noble Francés y el último Gran Maestre de la Orden del Temple, que fue una Orden Militar fundada por Hugo de Payens y por otros Caballeros que participaron en la Primera Cruzada, cuyo propósito era proteger a los Peregrinos Cristianos en Tierra Santa. 

Además, algunos eruditos en temas nobiliarios incluyen a Jacques Bernard de Molay, en la genealogía de Lonvy, al ser Molay una población del Señorío de Rhon, propiedad del padre de Jacques de Molay. Jacques Bernard de Molay, nació en Borgoña entre los años 1.245 - 1.250, hijo de Juan, Señor de Lonvy, heredero de Mathe y Señor de Rahin, gran población cerca de Dôle, de la cual dependían muchas otras, pero principalmente Molay, y esta a su vez era una parroquia de la Diócesis de Besançon, en el Deanato de Nenblans. En 1.265, en la ciudad de Beaune "Francia", se unió a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo "más tarde llamados Caballeros Templarios u Orden del Temple", recibiéndole el Fraile Imbert de Perand, visitador de Francia y del Portu, en la Capilla del Temple de la residencia de Beaune. En 1.293, figura con el Título de Gran Maestre tras la muerte de Thibaud Gaudin, el 16 de abril de 1.292. Así se convirtió Jacques Bernard de Molay en el vigecimotercer y último Gran Maestre de la Orden del Temple.

Organizó entre 1.293 y 1.305, múltiples expediciones contra los musulmanes y logró entrar en Jerusalén en 1.298, derrotando al Sultán de Egipto, Malej Nacer, en 1.299, cerca de la ciudad de Emesa. En el año 1.300, organizó una incursión contra Alejandría y estuvo a punto de recuperar la ciudad de Tartus, en la costa Siria, pero fue derrotado. En el año 1.307, el Papa Clemente V, Beltrán de Goth y el Rey de Francia, Felipe IV, ordenaron la detención de Jacques Bernard de Molay y la Santa Cruz, fueron condenados de Simonía, herejía e idolatría hacía Baphomet y Lucifer.


Jacques Bernard de Molay, declaró y reconoció, bajo tortura, los cargos que le habían sido impuestos, aunque con posterioridad se retractó, y por ello en el año 1.314, fue quemado vivo en la hoguera frente a la Catedral de Notre Dame, donde nuevamente volvió a retractarse, en forma pública, de cuantas acusaciones se había visto obligado a admitir, proclamando la inocencia de la Orden, y según la Leyenda, maldiciendo a los culpables de la conspiración.

Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte. Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que no son contrarios, por nosotros van a sufrir Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡ os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios !... A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti Felipe, dentro de este año...

En el plazo de un año, dicha maldición 
supuso se que comenzaba a cumplirse, con la muerte del Papa Clemente V, que falleció el 20 de abril de 1.314, la de Felipe IV, que murió a causa de un accidente cerebro vascular durante una partida de caza el 29 de noviembre de 1.314, y finalmente la de Guillermo de Nogaret, que murió envenenado ese mismo año.

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