1. Rutas Verdes
1.1. Barrio de la Estación - Ermita de Boinas - Datos Técnicos
Longitud de recorrido: 4,5 km - Dificultad: Baja. Un 80% por camino y un 20% por carretera. - Recorrido: Llano - Tiempo: 1,5 h - Ruta de senderismo, para un paseo
tonificante
1.2. Desarrollo de la Ruta
Partiendo de la zona deportiva, nos encaminamos, a mano izquierda, hacia la
carretera, que cruzamos para coger el camino que nos llevará a la Ermita de
Boinas. El trayecto discurre por sendero de tierra amplio y bien trazado, con
el Torío a nuestra derecha y la carretera a la izquierda. Es el antiguo
"Camino Real". Sotos de altas choperas alineadas dan frescor al paisaje, por
la banda del río, y suaves praderas acompañan el paso. Al llegar a la Ermita, la dejaremos a la derecha, para alcanzar la
carretera, en dirección a León, la cual seguiremos 1 kilómetro, pasando la
gasolinera. A mano derecha encontramos un camino en la zona llamada de "La
Pontona", que discurre paralelo al río Torío.
Indicé |
Iniciando el regreso, en rumbo norte, el río quedará ahora a la izquierda,
hasta llegar de nuevo a la ermita de Boinas, donde es preciso descansar. La
ermita se asoma en ese punto a la corriente del Torío, en una suave loma con
vegetación de ribera. La ermita de "Nuestra señora de Boinas". Se asienta en el extremo occidental de la vega de Robles, aproximadamente a
un kilómetro de distancia del pueblo, y al borde mismo del antiguo "Camino
Real". Tiene trazas de construcción romántica, con sucesivas
reconstrucciones, según puede observarse en la diversidad de materiales de
su pórtico y sus muros. Por la documentación existente se sabe que "Godinas" y "Buyerinas" existían
ya en la época medieval, y que probablemente tuvieran origen en un primitivo
asentamiento castreño. La toponimia registra cerca de la ermita el paraje de "Castrocierto",
probablemente el castro que aglutinó al poblamiento medieval. No se han
localizado restos arqueológicos de este castro. En el documento N.º 299 del ASIL aparece Godinas, junto con Pardavé, por
una donación de terrenos. No consta como poblado del gran Concejo de
Cervera, pero su término, una vez despoblado, se incorporó a Robles, que sí
era del Concejo. Con el paso del tiempo Godinas evolucionó hasta el actual
nombre de Boínas. La primitiva iglesia de Godinas, tras sucesivas reformas,
quizás se convirtió en la actual ermita, o al menos aprovechó sus piedras,
desplazándose ligeramente en dirección al río, según se cree. En sus
inmediaciones se han localizado primitivos enterramientos, lo que confirma
una población cercana. Su iglesia ya estaba consagrada a Nuestra
Señora. En entorno de la ermita existió una "Casa de Novenas", con hospedería.
Tenía su puerta al poniente y disponía de dos cuartos bajos, cocina y pajar,
según el Catastro de Ensenada. Las propiedades rústicas y urbanas de la ermita se extendían por el Valle
de Fenar, pueblo de Matallana y Villalfeide. Tenía un administrador que
rendía cuentas al párroco, cuyo libro de apuntes de 1.757 aún se conserva.
En el santuario de Boinas se celebran dos fiestas: "La Flor", el domingo siguiente a la Pascua de Resurrección, cuya costumbre
ha decaído, y "Nuestra Señora de Boinas", fiesta principal, que tiene lugar
el 15 de agosto. La confluencia de romeros y devotos es, aún hoy en día,
señal de identidad que une en la celebración popular a gentes de todos los
rumbos. Tras los oficios religiosos hay una sucesión de actividades lúdicas
de carácter popular, que se extienden hasta bien entrada la tarde.
1.3. Boinas, Arquitectura y Alegoría
Como decíamos, la ermita actual mantiene pocas trazas del románico
primitivo, a excepción de dos puertas con arco de medio punto, en
piedra. En particularmente interesante la presencia de una piedra grabada, con una
figura antropomorfa. A expensas de un estudio en profundidad, parece
representar una sirena tentando a un hombre, simbología tan amada en los
albores del segundo milenio de nuestra era. En su mano derecha parece portar
un libro y en la izquierda la bola del mundo. Figuración que entronca con la
célebre sirena de la iglesia de Ambasaguas de Curueño. En el año 1.975 se sustituyó por la imagen primitiva de Nuestra Señora de
Boinas por una talla nueva, en madera de nogal. Es una lástima que se haya
perdido el rastro de la imagen original, lo que imposibilita conocer su
estilo y época de talla.
2. Barrio de La Estación / Serrilla - Datos Técnicos
Longitud de recorrido: 12 km
- Dificultad: Baja /
Media Recorrido: Prácticamente llano,
excepto la zona del pueblo de Serrilla. - Tiempo: 2,5 h
2.1. Desarrollo de la Ruta
Partiendo de la zona deportiva, nos dirigimos hacia el centro del Barrio de
la Estación de Matallana, para coger la "Ruta de Bardaya". Pasaremos Barrio
Miranda, Barrio San Lorenzo y Matallana de Torío. Saliendo de Matallana de Torío, en dirección a Villalfeide, y antes de
cruzar el puente, hay a nuestra izquierda una salida que nos lleva a la
Iglesia de San Feliz, y a la derecha el camino que cruza el puente romano.
Giramos a la izquierda y nos encaminamos hacia Serrilla. Antes de seguir el camino, conviene acercarnos hasta el "Mirador", para
otear el paisaje. En un futuro próximo será imperativo visitar el "Centro
Geológico", en construcción, en el antiguo Economato minero, a pie de la
carretera LE-311. Subiendo hacia Serrilla, tomamos a mano izquierda el camino que nos llevará
de vuelta, dejando el Torío a nuestra izquierda, según el trazado del
mapa. El desarrollo de esta ruta tiene como objetivos visitar el pueblo de
Serrilla (cuyo significado topográfico no admite dudas) y acercarnos, en un
futuro cercano, al "Centro Geológico" de la Montaña Central leonesa.
El pueblo de Serrilla debe su desarrollo al Real Cordel de Merinas. Los
frailes abrieron aquí una ropería o incidencia, para asistir a los pastores
que conducían los rebaños trashumantes que llegaban del sur, donde se
abastecían de ropa, pan, sal y otras vituallas. Más tarde, el monopolio de
los rebaños pasó a la nobleza del Concejo de la Mesa, y concretamente al
Duque del Infantado. Pocas de estas construcciones han llegado hasta
nuestros días, pero felizmente ha sobrevivido cerca del puente el "Molino de
la Ropería", hoy convertido en centro de turismo rural, con sus paredes de
color añil, sobre el cauce del río.
2.2. Serrilla, Pueblo que Cabalga La Sierra
A 1.070 metros sobre el nivel del mar, es el pueblo más alto del término
municipal. Tiene una situación dominante del valle, al abrigo de los
vientos del "Pico Polvoreda", desde donde se puede contemplar la localidad
de Matallana. Está situado en la margen derecha del río Torío, en la falda
del monte "La Cuesta", cuyas calles se encaraman por la ladera, en
empinado escorzo. El pueblo está constituido por dos barrios claramente
diferenciados: Uno, cuyo origen es el "Molino de la Ropería" en las
proximidades del río y el otro formado por el caserío a media
ladera. Serrilla siempre se ha vinculado a Matallana de Torío y ambos a la
existencia de un monasterio en los alrededores de la iglesia de San Feliz.
Esta edificación milenaria hoy corresponde a Villalfeide, como el puente
medieval, sobre base romana de tres arcadas, que se divisa aguas arriba
desde "La Ropería", del que hablaremos en la "Ruta Bardaya". El puente
servía al antiguo Camino Real, que conducía, salvando las Hoces, hacia
Asturias por el Valle de Aller. Transversalmente lo cruzaba la ruta de los
peregrinos, desde la ermita de San Froilán, en Valdorria, al pueblo de La
Vid, donde tomaba el Camino general de peregrinación a San Salvador de
Oviedo, por territorio de la Tercia del Arbolio.
3. Barrio de la Estación / Matallana de Torio y Villalfeide - Datos Técnicos
Longitud de recorrido: 15 km., ida y
vuelta - Dificultad: Baja
Recorrido: Prácticamente llano,
por el sendero que fue vía de tren - Tiempo: 3,5 h
3.1. Desarrollo de la Ruta
Partiendo de la zona deportiva nos dirigimos hacia el centro de la
Estación de Matallana, donde encontraremos señalada la antigua línea
minera de ferrocarril, que nos llevará hasta la zona de
Bardaya. Pasaremos por el Barrio Miranda, donde podemos ver un calero. Encima del
Calero impresiona un bloque calizo, al que se llama "Los Mapas", con
importantes yacimientos fosilíferos. Seguimos el camino y nos encontramos
el Barrio de San Lorenzo, con su fuente de agua y su enorme peña,
resaltando su belleza. A medida que avanzamos, nos encontramos con lo que fue en su día una mina
de carbón, a la que dejamos atrás para entrar en pueblo de Matallana de
Torío, que lo cruzaremos por completo, siguiendo el camino. Avanzamos, hasta llegar a Villalfeide, pueblo que queda al final de la
ruta. Es recomendable de todo punto visitarlo, por sus importantes
vestigios históricos. Volviendo a la ruta, regresamos por el mismo sendero, hasta llegar a la
"Mina Bardaya", muy significativa en su momento, de la que solo queda en
pie una torre. Regresamos por el mismo sendero, hasta la zona deportiva de
la Estación.
3.2. El Nombre y el Camino
El primer apunte de esta ruta se refiere a su propio nombre, que se
disputan "Vardaya" o "Bardaya", en etapas sucesivas de la evolución del
lenguaje. No imponemos aquí ninguna de estas grafías, aunque modernamente
parece prevalecer "Bardaya". La Ruta o "Vía Bardalla", en su día señalizada por "Cuatro Valles", con
alguna variante sobre nuestra propuesta, sigue el trazado del antiguo
ferrocarril minero, que en su tramo desde Villalfeide hasta el Barrio de
San Lorenzo tenía una anchura de 60 cm. y desde allí hasta la Estación de
Matallana, de 100 cm. Fue la ruta utilizada por lo ingleses, desde 1.895,
para llevar el mineral desde las bocaminas hasta el lavadero, en el Barrio
de San Lorenzo, y después hasta la estación de la línea La
Robla-Valmaseda. El primitivo enclave parece haber sido una loma situada en la confluencia
del río Torío con el arroyo de Bardaya, que fue un hábitat castreño, cuya
acrópolis se orienta hacia el oeste, con una pronunciada pendiente que
acaba en el Torío. En la cima se construyó un cargadero de carbón, que
afectó al castro primitivo. Bardaya es también el nombre de un valle, que
ocupa los términos de Vegacervera, Villalfeide y Matallana, cuya cabecera
se ubica en el municipio de Vegacervera, en el paraje denominado
"Vegallanos", (Al este de "Sierros Negros"), y "Los Llanos de Vega", en
Villalfeide. En la cabecera del valle se ubicó el despoblado "Retuerta" en
territorio actual de Vegacervera. “Bardaya” es, indudablemente, la forma actual del medieval “Vardade”, y
está formado por tres elementos: La contracción de valle, “val”, la
preposición “de”, con significado de posesión, y un nombre propio “Ada”,
sin duda el posesor del lugar y su término, que aparece con frecuencia en
los documentos medievales”.
3.3. Una Mirada a los Pueblos de la Ruta - Matallana de Torio. La Huella de
las Minas
Su nombre proviene de "mata plana", siendo la mata un grupo de arbustos
de la misma especie (robles u otras variedades de ribera), de no mucha
altura o inclinación. Fue un importante enclave minero (con capas como la de "La Carmonda" y
"Esgañal" o sus ramificaciones) y aún no son notorios lo últimos complejos
que han ido quedando de la minería extractiva, antes de su desaparición.
Esta moderna explotación, que se prolongó por espacio de un siglo, puntea
el territorio, por el este, dejando visibles heridas en el verde,
escombreras que aún disputan su huella a la vegetación, y que previenen en
la memoria de los contornos.
Bardaya iglesia blanca. Podemos hablar de dos zonas o barrios perfectamente diferenciados, uno
que corresponde al núcleo tradicional y otro que surge al amparo de la
carretera que subía a las instalaciones de la mina "El
Picalín". Esta disposición da lugar a una arteria principal de más de un kilómetro
de longitud, con una pequeña ampliación en el centro que corresponde a lo
que fue la plaza de San Roque, hoy denominada del "Doctor Ricardo Tascón",
donde se encuentra una pequeña ermita, que se dice reconstrucción de la
que existía en Valdesalinas. Parece que parte de sus piedras, la campana y
la imagen gótica de la Virgen de la Encarnación provienen de la Iglesia de
dicho despoblado. Como dotaciones debemos reseñar la casa Escuela. El abad de San Isidoro tenía la propiedad de los pozos trucheros del río
Torío, en las inmediaciones del pueblo. Están registrados en el Libro de
apeos del convento con el nombre de "El piélago de Matallana", que está al
lado de las casas. El abad poseía, también tierras, prados y
linares. Matallana ostenta el honor de haber dado nombre a todo el municipio, y
sus avatares históricos y sociológicos no han mitigado su
encanto.
Villalfeide.
3.4. Simbiosis de Naturaleza e Historia
Se trata de un pueblo ubicado en la parte inferior de la ladera del
"Pico Polvoreda", que - no lo olvidemos - es eje geodésico y divisorio
de tres municipios: Cármenes, Valdepiélago y Matallana. Desde él se
divisa el verde panorama de la vega por la que discurre el río Torío. Su
situación en la ladera de la montaña ha requerido un asentamiento
muy lineal adaptándose a la topografía escarpada. Frente a él, en el avezado, emergen los bosques de hayas y el "Cueto
Salón", y en las capas más superiores, la pizarra. Tiene un subsuelo
carbonífero de gran riqueza, cuya proximidad a las minas de "Bardaya", "La
Bisbita" y "Viesca", lo convirtieron en residencia de incontables
mineros. Su nombre es de raíz mozárabe ("Vila al-Faid") o Villa del torrente y
significa "abundante en aguas". Desde este enclave de la mozarabía
leonesa, se distribuía la peregrinación a la gruta de San Froilán de
Valdorria, cuyo paso a través del Torío era obligado por Villalfeide, y
estuvo servido por el puente romano, la iglesia de San Feliz, y los
senderos que cruzan por Correcillas hasta alcanzar el mítico enclave de
Valdorria. El edificio de su iglesia de San Feliz parece haber sido
primitivo convento de monjas, citado en la diplomática leonesa, y es de
traza romántica, construido con materiales de otras
edificaciones anteriores. Esta iglesia fue, en el inicio del
segundo milenio, parroquia común para Villalfeide, Matallana y
Serrila. A medio camino entre "La Ropería" de Serrilla y la iglesia de San
Feliz, se avista el puente medieval, sobre bases romanas, de tres
bóvedas de cañón y pilas con tajamares, muy deterioradas y
semiderruidas. En las dovelas de los arcos se observan marcas de cantero
en forma de U, lo que atestigua trabajos de restauración en los primeros
siglos del segundo milenio. J.A. Fernández Ordóñez lo describe
minuciosamente con el nombre de "Puente de la Vallina de la Tejera".
Está en terreno vecinal de Villalfeide, y solamente le quedan los arcos,
pero es el más bello de toda la cuenca, según algunos. Su iglesia de San Feliz podría ser el solar religioso del
convento femenino citado en la primitiva diplomática
medieval leonesa. ("Monasterio de sorores de Matallana, junto a la
ribera del Torío"). Una cita del año 906 se ha demostrado falsa, y por
ello, la primera mención con su nombre data de 1.176 (documentación nº4
del ASIL). La iglesia actual precisa una restauración integral, y al mismo tiempo
merece una visita demorada. Es el resultado de sucesivas reformas que
desvirtuarán su primitiva traza romántica, pero su base es
inequívocamente de esta etapa y estilo, y en su interior subsisten
varios y hermosos capiteles románticos con figuras antropomorfas
masculinas y femeninas, y una inscripción grabada en piedra que señala
una restauración: El año 1.216, a principios del siglo XIII. El muro de
las calaveras, en el crucero, es propio de una simbología más moderna
que se prolongó durante siglos. El nombre correcto a que está dedicada la iglesia es el de San Feliz,
aunque muchos la llaman de San Félix, lo que es un simple error de
apreciación. Bardaya negro
3.5. Castros, Despoblados, Legendaria
Un informe de José Manuel González y Julia Miranda hace inventario de
los castros del territorio, a los que solo citaremos por sus nombres los
mas importantes: "El Castro Grande" y "El Castro Pequeñín". Al este del pueblo, el despoblado de "Follosa", del que existe profusa
documentación hasta el siglo XV, y el núcleo de "Los Casarines", donde
aflora abundante cerámica medieval. Por último, debemos mencionar la legendaria: Sugiere que en la "Reguera
Oscura", una vallina de Villalfeide, en dirección sur-norte, atravesada
por caminos antiguos y de la minería, vivieron los moros, donde al partir
enterraron sus tesoros, según la copla:
"Adiós, Reguera Oscura,
que rica quedas
arrimada a un espino,
junto a las sierras."
Pero quizás es hora de regresar. Aunque este enclave tiene historia y
bellezas para no despedirse, y hacer la ruta de un viaje sin
retorno...
4. Barrio de La Estación / Orzonaga - Datos Técnicos
Longitud del recorrido: 10 Km.
- Dificultad: Media (Hay tramos
de ascenso pronunciados, al sur de Orzonaga) - Tiempo: 2,5 h
4.1. Desarrollo de la Ruta
Partiendo de la zona deportiva señalada, nos dirigimos hacia la
carretera, en dirección a La Robla. Nada más pasar el cruce de Naredo, a la primera salida que encontremos a
la derecha, nos vamos hacia la línea estrecha del ferrocarril, que
seguiremos hasta perderla, en el puente del río. Seguimos el camino y
ahora llevamos el río a nuestra derecha, que dejaremos al llegar a la mini
central, para coger la carretera que nos conduce a Orzonaga, pueblo que
hay que conocer, antes de seguir la ruta. Sus hermosas casas de montaña,
bañadas por dos limpios regueros, y una impactante iglesia parroquial,
merecen un alto en el camino.
4.2. Orzonaga. Longevidad Hecha
A una altura de 1.040 metros sobre el nivel del mar, Orzonaga es un
pueblo encajado en el valle de su mismo nombre, al abrigo de los vientos
dominantes y rodeado de montañas y cerros. Se dice de él que es
posiblemente uno de los pueblos más antiguos de la ribera del Torío, y su
origen podría ser celta. Ante la ausencia de datos escritos, se atribuye
su fundación a la tribu cántabra de los "Orgenomesos", que según algunos
llegaron hasta el Puerto de Piedrafita, división de
gentilidades. Pero esta hipótesis tropieza con grandes incógnitas, pues en Cármenes
ha sido localizada una estela funeraria de la romanización,
perteneciente a la tribu de los "Viancios". Parece, por tanto, posible
que nos encontremos en presencia de una cuña cántabra, que desciende
desde la cordillera hasta Matallana, por tierras de Astures. Al lado de Orzonaga existe un montículo denominado "El Castro" (ubicado
en un punto estratégico para defender la entrada y salida del valle) desde
tiempo inmemorial. En la explanada de su cima se han encontrado viejas
sepulturas de piedra y existe también, a la entrada del valle, una ermita
en ruinas, "San Juan Degollado", que en su origen podría haber sido un
"Fano" anterior a la cristalización. En sus terrenos se encuentran
importantes matas de roble y un espectacular hayedo (El Faedo), así como
un precioso paso de montaña que nos lleva al pueblo de Llombera, a través
de un camino de siete kilómetros, siguiendo el curso del arroyo "Requejo",
por parajes de hayas, robledales y pastos comunales. Nuestra ruta no
alcanza, por razones de espacio, estos parajes. Como dotaciones debemos reseñar la iglesia de Santa María,
cronoógicamente imprecisa, aunque hay mezcla de muchos estilos en su
portada principal, aunque existen escritos que hablan de ella desde el s.
XII. A su lado existe un espacio libre, que seguramente fue el
cementerio. Adentrándonos más hacia el oeste existe un primer ensanchamiento del
camino constituido por la "Plaza del Campillo", con una fuente pública, la
Casa Concejo y una bolera. Al salir de ella surge hacia el Norte el
"Camino de Barzanillas" que encaminaba a los mineros a una buena cantidad
de explotaciones. Más adelante los terrenos de lo que fue la Escuela
pública y su zona de juegos, hoy empleado como jardín por la Junta
Vecinal. Por último y en la zona más occidental, atravesado por el "Arroyo
de la Mediana", hay una fuente-abrevadero con mobiliario urbano y
barbacoa. En el transcurso del camino hemos dejado las huellas de un
pequeño molino, que nos indica su eistencia por la colocación en la puerta
de la rueda de moler y su proximidad al arroyo.
4.3. Ermita, Leyendas, Despoblados
Hay una memoria de hasta tres ermitas antiguas en el término de
Orzonaga:
La de "San Juan Degollado", ya
citada.
La de "San Roque", junto a la
mini-central, que aún se conserva en pie.
La de "San Mamés", en el
desaparecido poblado de "Llaneces". Hasta no hace mucho, tenía una
techumbre de lajas de piedra, salpicado de flores, y subsistían algunos
canecillos de la cabecera, en pequeños rollos, y una inscripción funeraria
en latín. Hoy día está derruida y prácticamente arruinada. Fue un templo
prerománico de pequeñas dimensiones, quizás emparentado con el arte
Ramirense. "Llaneces" fue un poblado ya desaparecido que se cita en el Becerro de
Presentaciones, en el siglo XIII, en el paraje denominado "Los
Cuadrabazos" al pie de un hábitat castreño de "Los Mayaos", junto al
arroyo que baja hacia el Torío. Estaba situado al suroeste del pueblo, en
un paraje de gran belleza. En el término de Orzonaga se levanta el macizo de "Cutil de Fierros", con
más de 1.500 m. de altura. Es un importante mojón, citado en las
delimitaciones de Orzonaga, en el siglo XVI. La legendaria de la zona se
hace eco del mismo, identificándolo con hipotéticos tesoros abandonados
por los moros:
"Adiós, Cutil de Fierros
cabeza de muchos valles,
que más vale tu tesoro
que dos mil ciudades"
La creatividad popular dio origen a romancillos populares, como el muy
famoso de "El elefante de Orzonaga", supuestamente escapado de un circo
junto con un tigre bengalí y refugiado en el "faedo", hasta que lo apresó
un vecino. Romanceado por el minero Manuel Laíz, (cariñosamente conocido
como "El tío Faldas"), en 1.929, lo entona ahora, acompañado a
zanfona o rabel Miguel Ángel Fernández García, con la percusión de Jaime
Ángel Fernández, ambos mineros retirados. El estribillo se reitera, como
chacona, a lo largo de la peripecia:
"¡Pobre elefante,
qué mal lo pasas
que te agarraron
los de Orzonaga!"
5. Entorno del Barrio de La Estación - Datos Técnicos
Longitud de recorrido: 5,0 Km.
- Dificultad: Media. Hay una
parte de fuerte subida, pero es siempre por camino. - Tiempo: 1, 30 / 1, 45 h.
5.1. Desarrollo de la Ruta
Partiendo de la zona deportiva, nos dirigimos hacia el centro de
la Estación de Matallana, por el camino a la derecha que pasa por debajo
de la línea de ferrocarril. Entramos en la Estación, y alcanzamos la
antigua línea minera, sobre la que hemos diseñado la "Ruta de
Bardaya". Seguiremos por esta misma ruta unos 500 metros, hasta coger a la derecha
un camino ascendente, situado frente el Barrio Miranda. El camino,
empinado y con piedras sueltas, sube por un vallecito entre
robledales. Antes de alcanzar la cumbre, se gira a la derecha, por un ramal del
camino transversal, donde hay un pinar de repoblación, plantado en el año
1.955. A esa altura el terreno es llano y pedregoso, punteado por algunos
robles aislados. Si queremos ascender un poco más, podemos llegar a la
zona de salto en Parapente, que es una hermosa alternativa
deportiva. Si seguimos la ruta, el camino avanza en zig-zag, se difumina en el
monte y corre hacia el sur. Ya en el descenso, encontramos el imponente
Calero que da nombre a la ruta. Desde el mismo se avista abajo el
pueblo de Robles de la Valcueva, donde descendemos, cruzamos su
plaza y regresamos por su calle, hasta la carretera. Después de cruzarla, un camino lateral a la ermita de Boínas que quedará
a la izquierda, nos dejará en la zona deportiva. El calero que da nombre a la ruta es una maciza construcción, que
aprovechaba la caliza rojiza del entorno. Su altiva estructura es de
piedra canteada, rematada en esquineras y aberturas por ladrillo
rojo. Por encima se corona la loma con un pronunciado desnivel, que suele
aprovecharse para la práctica del "parapente". Esta vista a un calero, relativamente bien conservado, nos ofrece la
ocasión de contemplar una edificación del antiguo sistema de vida
"autárquico" y casi autosuficiente del mundo rural, hasta hace algunas
décadas. Aprovecha una red de caminos que de forma circular giran en
torno al Barrio de la Estación, y nos da ocasión para glosar algunos
aspectos de este "joven" enclave. Tres objetivos que justifican
sobradamente esta propuesta.
5.2. Barrio de la Estación de Matallana. Huele a Mina y a Tren
"Matallana huele a mina y a tren"... así asegura el hermoso escrito que
Fulgencio Fernández ha dedicado al río Torío, en la serie de los ríos
leoneses titulada "Por los caminos del agua". "Tren y mina, es Matallana" ... continúa glosando el nuevo pueblo del
Barrio de la Estación, a cuyo paisaje y paisanaje se refirió el poeta
Antonio Gamoneda en sus versos de "La Estación de Matallana":
"Este es un tren de campesinos viejos
y de mineros jóvenes. Aquí
hay algo desconocido.
Si supiésemos qué, algunos de nosotros
sentiríamos vergüenza, y otros esperanza".
Surge como nudo de enlace del Ferrocarril del Hullero. Confluyen las
líneas que vienen de la Robla y León y parten las que van a Bilbao
atravesando el Valle de la Valcueva. El ferrocarril original unía La Robla
con Valmaseda, desde 1.894, y que posteriormente se hizo el ramal de León.
También se iniciaba la vía que enlazaba con la mina de "Bardaya",
convertida ahora en vía peatonal, que enlaza esta localidad con
Villalfeide, casi siempre por la margen este de la carretera
LE-315. El Barrio de la Estación se estructura en base a la Vereda de Cármenes
hacia el Norte, construyendo sus edificios por el este en el espacio que
restaba entre la vereda citada y la vía de "Bardaya". Por el oeste, el
límite lo constituye el río Torío. Constituido por tres Barrios
perfectamente diferenciados: El Barrio de la Estación, El Barrio Miranda y
el Barrio de San Lorenzo, tiene una altitud de 986 metros sobre el nivel
del mar, y una topografía sensiblemente plana.
Dotaciones de servicio, como la Casa Cuartel de la Guardia Civil, El
Centro de Salud, el Colegio Público Menéndez Pidal, y El Hogar del
Pensionista ... se encuentran próximas a lo que podemos denominar "núcleo
principal", asociado hoy en día a la Casa Consistorial y a la Estación de
Ferrocarril. La Iglesia, de traza moderna fue construida en la década de los años 50
del siglo pasado. Incorporada a la trama urbana, se libera de ella dejando
unos espacio libres, de pequeña entidad en todo su perímetro. Siguiendo hacia el norte nos encontramos con el "Barrio Miranda",
conjunto de escasa dimensión constituido por un grupo de
viviendas. Más adelante y después de pasar a desviación de Orzonaga, en la margen
izquierda se ubica el "Barrio de San Lorenzo". Se trata de un grupo de
viviendas construidas para mineros por el Instituto Nacional de la
Vivienda, y administrado por la Hullera Vasco Leonesa S.A. A tres
kilómetros está el pueblo de Matallana. La actividad comercial está amparada por la presencia de pequeños
comercios, ferreterías, mercerías, bares, oficinas bancarias, tiendas de
alimentación, etc., coexistiendo con industrias de almacenamiento de
materiales de construcción y de maderas. Completan los servicios locales y
generales las piscinas, el pabellón polideportivo cubierto y las canchas
al aire libre, todas ellas situadas en el SO del núcleo.
5.3. La Noche de las Minas. El Crepitar de las eras Geológicas
Ferrocarril y minas fueron, como se ha dicho, los puntos fundacionales de
esta población. En el municipio, horadado de norte a sur, y también hacia
el este en el valle de la Valcueva, se abrieron infinidad de explotaciones
y pozos mineros, entre los cuales "Argüeso", "Marte", "Picalín",
"Esgañal", "Bardaya", "Carmonda", "San Román", "San José", "Bisbita" y la
"Mina el Oro", cuyo nombre encandilaba la imaginación de los
contornos. Se adelgazaron las capas de mineral, se modificó el plan energético o se
impusieron las energías "limpias",... lo que ocasionó un progresivo
abandono de las explotaciones. La noche de las minas, que durante decenios
moraba en las entrañas de la tierra, se abatió sobre la superficie,
dejando sin trabajo a los hombres de kilómetros a la redonda, obligando a
muchos a la diáspora, y dibujando un nuevo mapa económico y
social. Una breve mención hará referencia a las implacables eras geológicas y su
manifestación más evidente en el Barrio de la Estación. Se trata del
espigón de roca conocido como "Los Mapas", que se considera como el campo
fosilífero más importante a nivel provincial. Un panel situado por "Cuatro
Valles" al pie del farallón rocoso da noticia didáctica de este milagro
geológico, por el que en plena montaña leonesa ha quedado a
descubierto un inagotable cementerio de osamentas marinas.
6. Barrio de la Estación / Robles de la Valcueva - Datos Técnicos
Longitud de recorrido: 7,5 Km.
- Dificultad: Media-alta, por
tener zonas de fuerte pendiente, en el ascenso inicial - Tiempo: 2,0 / 2,5 horas, aprox.
- Ruta de senderismo: en las
zonas de carretera, extremar las precauciones, debido al tráfico.
6.1. Desarrollo de la Ruta
Partiendo de la zona deportiva a mano izquierda, cruzamos la carretera,
en dirección a la ermita de Boinas. La dejamos a nuestra izquierda,
llevando el río Torío a la derecha, hasta salir a la carretera, en
dirección a León. Tomamos el primer camino que sale a nuestra izquierda, ascendiendo por
medio de un robledal, que llega hasta Ka cumbre del teso sur, sobre
el pueblo de Robles. Descendemos hasta Robles, por una zona de campo abierto y praderío
comunal, junto a una quinta o alquería aislada a media ladera. Una
vez en Robles, alcanzamos el parque, dejándolo a la derecha, para llegar
de nuevo a la carretera dirección a León. Ya en el regreso, cruzamos la carretera por el camino que pasa junto a
la ermita de Boinas. Tomamos el primer desvío a mano derecha, y cruzamos
la carretera que va a La Robla, desde donde alcanzamos la zona
deportiva, fin de la ruta. El mapa adjunto dibuja con precisión el
desarrollo de esta propuesta. Para el diseño de esta ruta se pensó en un paseo mixto (carretera,
camino, prados comunales y bosque), que discurre a través de una zona
campestre, donde tenían lugar antiguamente las labores agrícolas de la
trilla y el "majao". Han desaparecido de nuestros hábitos estos trabajos
ancestrales, pero el camino serpentea por antigua zona de eras, y aún hoy
podemos observar una alquería aislada, similar a los "villares" romanos,
que fueron origen de muchos pueblos. Está en la ladera sur del pueblo de
Robles, en medio de fincas comunales. Este acercamiento a las labores de nuestra agricultura tradicional es,
por lo tanto, el hilo conductor de este paseo, junto con la vista al
pueblo de Robles.
6.2. Robles de la Valcueva. Encrucijada
La historia de Robles de la Valcueva tiene un inicio milenario, dejando
sus primitivos pobladores un rastro de su actividad en una serie de
castros, ermitas y poblamientos hoy desaparecidos, como legado de un rico
pasado histórico. Ya hemos citado en otros puntos los emplazamientos castrenses que señala
la toponimia, además de los poblamientos de "Orugo", "Gominas", y
"Valdesalinas"; restos que señalan la presencia del hombre en este
enclave, en el arranque del valle de La Valcueva. Su etimología proviene del latín Robur-Roboris (Robore), y en el que ha
influido la abundancia de robles que existen en sus alrededores. Hoy lleva
el apelativo de La Valcueva, pero antes tenía el de Cervera, pues
perteneció a este concejo. Es un pueblo ubicado en un valle,
morfológicamente similar al de Fenar. En un pasado no muy lejano, su
actividad económica estaba basada en la agricultura, con algunos ganados
como base fundamental de sustentación. Luego fue el pueblo eminentemente
minero. Ambas actividades están actualmente en pleno
retroceso. Y aunque no quedan rastros de molinos, se tiene constancia de la
existencia de tres que desaparecieron con la implantación de las
industrias harineras y de molturación de grano. La presencia de la cal es notoria y de su empleo dan cuenta las ruinas de
antiguos caleros presentes en el mismo cruce de carreteras y en la ladera
del monte que da abrigo a la localidad. Tampoco destaca por su antigua
actividad maderera persistente, con la presencia de una industria
vinculada a esta actividad. Se sitúa el pueblo en la encrucijada de las carreteras que llevan a La
Robla, por el oeste, y a la Vecilla, por el este. Cruce de rutas y caminos
que fue en todo tiempo ciertamente enriquecedor.
6.3. Robles, Pinceladas de Presente
Si pasan por Robles, sin la premura característica de nuestro tiempo,
háganse encontradizos con el minero retirado Miguel Ángel García. A poco
que le insistan, sacará a la calle sus instrumentos preferidos: Una
zanfona (la francesa y medieval "viola a roux") y un rabel
pastoril. Con tenacidad y dedicación ha llegado a dominar la técnica de estos
instrumentos y ha colaborado a dignificarlos, perteneciendo a la élite
de los modernos rabelistas leoneses. Tonadas arcaicas, cantos pastoriles
o romancillos como el célebre "El Elefante de Orzonaga" hallan acomodo
en el timbre de su voz, acompañada por el arco del rabel. Sus dedos, ya
desacostumbrados de las labores mineras, recorren el teclado de nácar de
la zanfona, (el instrumento de los trovadores) atreviéndose con las
melodías del barroco, como una "chacona" de Bach o un antiguo
"ricercare". Ocasión , por tanto, para asomarse al cancionero popular de estos
dominios, de la mano de este entrañable autodidacta, que no desdeña
compartir su entusiasmo. En Robles de la Valcueva hay un monte llamado "Bailongo", donde la mitad
de la población se ocupaba de la tala de árboles para abastecer de madera
a León. Esta ancestral ocupación podría tener algo en común con la
existencia en el término comunal de importantes Empresas
madereras. No puede hablarse de Robles sin citar la ermita de "Boinas", ya descrita
en otra ruta, que se encuentra a apenas un kilómetro , asomada al río
Torío. Su animada fiesta patronal de San Roque toma relevo a la celebración
lúdico-religiosa de la "Virgen", y parece pretender clausurar el verano,
antes de que estudiantes y veraneantes se reincorporen a sus
puestos. Esta "Ruta del Campo" pasa a ser, en la intención de los diseñadores, un
reencuentro con la naturaleza, la cultura tradicional, la celebración, la
música, los trabajos...
7. La Estación / La Valcueva - Palazuelo - Datos Técnicos
Longitud de recorrido: 10,5 km.
- Dificultad: Media. Discurre en
un pequeño tramo por asfalto, y en general por un buen camino
minero-ganadero, aunque con ciertas pendientes iniciales.
Tiempo: 2,5 / 3,0 h
7.1. Desarrollo de la Ruta
Partiendo de la zona deportiva, salimos a la derecha, y nos dirigimos
hacia el camino que pasa el puente del ferrocarril por debajo, para llegar
al centro del Barrio de la Estación y tomar el Camino de
Bardaya. Pasando el Barrio de San Lorenzo, tomamos un camino ligeramente
ascendente a la derecha. Y llegamos al propio Valle de "Valdesalinas", que
se orienta de sur a norte, entre Barrio de la Estación y
Robles. Cruzaremos amplias extensiones de pastos, con fincas particulares
acordonadas por paredes de piedra. Pasamos nuevas bocaminas abandonadas, y
giramos a la derecha, por un amplio camino minero en pleno monte, dejando
encima la antigua explotación de "La Viesca". Encontraremos la "Fuente los Rubios", que desagua en el arroyo de
"Valdesalinas", junto a la "Plaza de Regueras", y después de descender
hacia el pueblo de La Valcueva, encontramos su iglesia y a mano derecha
Palazuelo. Pasada su iglesia, tomamos a mano izquierda la carretera que nos lleva a
Robles. Seguimos recto, hasta la isleta en dirección a Naredo, y el primer
camino a mano derecha nos deja en la zona deportiva. Valdesalinas es un valle secundario del Torío que se abre, en su orilla
izquierda, entre Matallana y Robles, en una ladera suavemente inclinada
hacia el norte. Hay que cruzarlo para completar el paseo que se propone, y
por eso da nombre a esta ruta. Valdesalinasse cita en la diplomática leonesa desde el siglo XII, como
valle en que se ubicaban dos poblados: "Valdesalinas" y "Orugo", con
ermita a Santa María. Se sabe que en el siglo XVI ambos ya estaban
despoblados. Desde Valdesalinas se puede acometer una variante, hasta el "Cueto
Salón". Sería un paseo de ocho kilómetros, en sentido contrario a la ruta
que proponemos, arrancando desde el Barrio de San Lorenzo, por el valle
del arroyo de Valdesalinas, para salir al pueblo de Aviados, con dirección
a La Valcueva. El regreso, por Robles, al Barrio de la
Estación. camino valdesalinas
7.2. La Valcueva y Palazuelo de la Valcueva. Pueblos de Historia
Compartida
La Valcueva es el medieval "Recueva", o Valle de la Cueva. Parece que
debe su nombre desde la etapa de la romanización, por estar en su zona
norte, de carácter rocoso, llena de perforaciones primitivas. Más tarde
tomarían el relevo las perforaciones mineras, como "La Carmonda" y las
explotaciones del valle de "La Arbea". El poblamiento de La Valcueva y Palazuelo tiene su inicio en la
prehistoria, si atendemos a la proliferación de castros pre-romanos que
han dejado su rastro en la toponimia: Peña Cantable, Monte Castro o Monte
Colmenar, El Villar, Santa Eugenia, La Peña, de la Cerra, de los Barriles,
Villarín, Rovidando, La Valcueva, y el castro de palazuelo. De su cancionero popular, ha recogido D. Luís Rojo algunas letrillas
tradicionales, auténticas joyas de muy arcaica factura, que hacen
referencia a estos castros, poco explorados:
"Los castros de La Valcueva
al sol la luna son"..
7.3. La Valcueva
Su nombre proviene del "Valle de la Cueva". Se ubica a 1.000 m. de
altitud, en un ensanchamiento del río Torío por su margen izquierdo. Su
primer enclave fue en las proximidades de la Iglesia de San Antonio,
próxima al río pero separada de él para que no le afectasen sus crecidas,
y en un buen lugar para su defensa. La Valcueva tuvo Castillo sobre la "Peña Cantable", en la época
Alto-medieval, en los primeros momentos de la Reconquista, desde donde era
posible el control de un avance militar hacia la meseta. Atravesado por el
Arroyo de Robles, al que vierten sus aguas el Arroyo de la Carmonda y el
Arroyo Valenciana, se habla de la ubicación del Molino de la Reguera o del
Cañamal, y el Molino de Palazuelo dentro de este terriTorío, aunque no
quedan restos de ellos. calle valdesalinas
7.4. Palazuelo
Palazuelo proviene de casa, y significa casa solariega, casa de recreo o
casa algo más distinguida. En sus inicios, su actividad económica estuvo
basada en la agricultura y en la ganadería. Es un núcleo alargado, con un
asentamiento en forma curvilínea, ascendiendo desde el fondo del valle
hasta alcanzar lo que fue el primer asentamiento en las proximidades de la
Iglesia actual, y que más al norte tiene como límite el ferrocarril del
Hullero. No existe en la actualidad ningún local dedicado a actividad,
salvo el correspondiente a una industria maderera. piedra valdesalinas
7.5. El Éxodo de las Tallas Medievales
Opina Julia Miranda que el medieval poblado de "Valdesalinas" se ubicó en
el topónimo de "La Campana", sobre un pequeño promontorio, mientras que en
el paraje llamado "La Encarnación", ya en las proximidades del Torío, se
hallaría "Orugo". En todo caso, el viajero cruzará zona de importante
evocación histórica, con restos arqueológicos medievales y cimientos de
una antigua ermita dedicada a San Esteban, y otra a Santa Eugenia, cerca
del Castro de la "Peña Cantable". La imagen de esta última se encuentra en
la iglesia de Palazuelo, y ha de ser gótica, si se trata de la original
citada en el Libro de la Montería, del rey Alfonso XI, en el siglo XIV.
Por su parte, la talla de la Virgen de "La Encarnación", en la embocadura
de Valdesalinas, fue trasladada al pueblo de Matallana de Torío. Es una
talla de nogal negro, policromada, de estilo gótico, aunque de factura
ingenua y popular. En la actualidad, los pueblos de La Valcueva-Palazuelo forman un núcleo
de continuidad, cuya íntima legendaria podemos apuntar, como dato para el
recuerdo.
"A los mouros, los mouros
de la Peña Cantable
segaban el trigo
a sua soledade"*
8. Barrio de la Estación / Naredo de Fenar - Datos Técnicos
Longitud de recorrido: 11,5 km.
- Dificultad: Media-alta. El
ascenso a “Las Lamas” tiene lugar por un camino pedregoso y empinado, que
requiere buena forma física. - Tiempo: 3,0 / 3,5 h
8.1. Desarrollo de la Ruta
Partiendo de la zona deportiva, nos dirigimos hacia la carretera, la cual
cruzamos, y caminamos hacia la fragua de Naredo. A su altura, tomamos el
camino a mano izquierda. Se cruza el camino bajo un puente, y se continúa
hacia el sur, hasta llegar a la carretera con dirección León. La tomamos
hasta el primer camino, a unos 200 metros, a mano derecha, que nos
encamina en el sentido de la ruta. Tomamos el ascenso de la loma que se sitúa al sur de Naredo, por un
empinado camino forestal y ganadero, que sube entre matorrales y
roble bajo, pasando por encima de la "Peña la Negrona", por su color
oscuro. Una vez en la cumbre, descendemos hacia el pueblo de Naredo, por un
paraje arbolado, hasta llegar al mismo. Lo visitamos y cruzamos, hasta la carretera general, la cual cogeremos a
mano derecha, para encaminarnos al punto de regreso. "Las Lamas" es el nombre de una ladera arbolada que bordea Naredo por el
sur, y constituye el extremo este de la llamada "Lomba Arenas", en su
caída hacia el río Torío. Su ascenso está facilitado por varios caminos de
tierra, útiles como pistas forestales y de ganado, y muy apropiados para
un paseo de altura moderada, con vistas a la cinta azul del
río. A lo largo del paseo, el caminante se encontrará con la hermosa "Fuente
de las Lomas", donde gozar de un refrescante sorbo de agua.
8.2. Oteando en el Valle de Fenar
Esta ruta nos servirá para un doble objetivo: Templar nuestros músculos
en la ascensión y asomarnos a la geografía y la historia de un valle
transversal, de muy peculiares características. Desde lo alto de "Las Lomas observaremos buena parte del municipio, y
concretamente los valles transversales de "Fenar" y "La Valcueva", que se
extienden a oeste y este, respectivamente. Parece claro que la etimología de "Fenar" deriva del heno, o pradería de
hierba; (término arcaicode henar, o lugar de heno). Aún hoy día amplias
extensiones verdes matizan el paisaje, donde bandadas de cigüeñas pacen,
como tranquilas ovejas, entre las sebes vegetales que cuadriculan las
propiedades. Todo el concejo de "Fenar" fue de realengo, lo que fue apreciadísimo en
la antigüedad. Sus Fueros, fechados en el año 1.042, etapa inicial de los
Fueros leoneses, son de los más antiguos del reino de León, y se tomaron
como modelo para otros muchos. Solo dos pueblos de Fenar (Naredo y
Robledo) se han integrado en el municipio de Matallana, perteneciendo los
otros cuatro a La Robla.
8.3. Naredo de Fenar Crisol de Naturaleza e Historia
De la etimología del término Naredo, existen varias versiones,
decantándose unas por una explicación geobotánica, (de la planta del
nardo), mientras que otras lo emparentan con la tribu fundadora del
enclave. Así para el historiador alemán Adolph Schulten, que cita a
Tolomeo, Nardinium sería la capital de la tribu cántabra de los
"Saelinos", gentilidad fundadora de Naredo. Pero aunque cerca del pueblo
se encuentre un montículo de estructura cónica, llamado "El Castro", no
tenemos constancia de que la cita de Tolomeo se refiera a nuestro Naredo,
y tampoco hay datos que avalen la presencia de esta tribu cántabra en el
Torío medio, en tierras de Astures. El castro ya citado (sitio proclive
para la instalación de un puesto defensivo y vigilante de época
prerromana) y los vestigios de lo que fue un torreón medieval, en la parte
alta del núcleo, certifican la antigüedad y persistencia de su
poblamiento. Naredo se sitúa al oeste del término municipal y primera localidad a la
entrada del valle Fenar desde el este. Se agregó en el año 1.945 del
término de La Robla, para formar parte, desde entonces, al término
municipal de Matallana de Torío. Geológicamente pertenece al valle
transversal que va desde el río Luna hasta el Esla, y donde la ladera
norte está bordeando los terrenos primarios de la caliza montañosa,
mientras que la del sur está conformada por pequeños montículos plagados
de robledales. Por el norte de Naredo atraviesa, de oeste a este, la vía del
ferrocarril del Hullero, que tiene dirección hacia La Robla. Era la vía de
transporte del carbón hacia los Altos Hornos de Vizcaya. El tramo
posterior, hacia León, es empleado para transporte de mercancías, y de
viajeros, habiendo sido habilitado recientemente como tren
turístico. Naredo no tiene una gran vinculación con el río, no obstante su
proximidad. Sin embargo, se precisó en su momento realizar en su
territorio infraestructuras de regadío, para garantizar la actividad
agrícola. Se trata de la "Presa del Salvador", entre Naredo y Pardavé, de
origen medieval, que se sitúa en una plataforma por encima del nivel del
río. Pero la verdadera tradición de Naredo y Robledo era el trabajo de las
canteras y hornos de cal ("Vega Ipina" o "Vega Pepina") quedando
demostrado en la documentación medieval que acredita al lugar de La
Pedrera (Petraria) como la cantera empleada en la obra de la
catedral. Dentro de Naredo hay que visitar la Iglesia parroquial, resultando de
interés el presbiterio con arco apuntado, el retablo barroco y la
espadaña. La parte más moderna del edificio puede datarse en el siglo
XVIII a partir de una inscripción. Está bajo la advocación de San
Salvador, lo que resulta de interés, dada su frecuencia en varios términos
cercanos (Poblados de "San Salvador" de Naredo y "San Salvador de Fenar",
"Castillo de San Salvador", mencionado en una donación de Ordoño II al
obispo Gonzalo,... cuya ubicación podría suponerse en El Castro de
Naredo. Lo que actualmente es usado como bar de la localidad, en la parte alta
del pueblo, fue en su momento la "Ermita de los Santos Mártires Fabián y
Sebastián", y únicamente se conserva la espadaña. En Naredo existe un taller de taxidermia y en las cercanías otro de
Forja. El "rancho Canadá" oferta excursiones ecuestres: Son las escasas
dotaciones de este pueblo singular, tocado por la magia de la historia y
la belleza natural de su entorno.
9. Barrio de la Estación / Robledo de Fenar - Datos Técnicos
Longitud de recorrido: 10,5 km.
- Dificultad: Media, por contar
con varios kilómetros de zona de monte, con pendientes. - Tiempo: 3,5 h, aproximadamente
9.1. Desarrollo de la Ruta
Partiendo de la zona deportiva, nos dirigimos hacia la carretera, la cual
cruzaremos, y a mano derecha caminamos hacia Robledo. Lo haremos por
carretera, hasta Naredo, y a continuación por un camino que nos lleva a
Robledo. Desde Robledo, hay que tomar un camino ascendente hacia la derecha, por
una zona limpia de vegetación, avistando después un bosque de pinos de
repoblación. A unos cinco kilómetros, llegamos a un refugio construido por el pueblo,
en pleno monte, que dispone de barbacoa y zona de pic-nic. Tomamos a la
derecha, siguiendo el camino entre el bosque de robles y llegamos a la
vista del pueblo de Orzonaga. Enlazamos entonces, siempre a mano derecha, con la ruta de "La Mata del
té", desde donde nos dirigimos hasta Naredo, y desde allí a la zona
deportiva, fin de la ruta. montaña valle del silencio El "Valle del Silencio" es una denominación moderna, que ni siquiera se
encontrará en el Catastro. Su reciente bautismo se debe a la
extrema soledad que parece imperar en esta loma alta, que se extiende
desde Robledo hasta las serranías de Orzonaga, en una intrincada
orografía de vaguadas y correntías, donde solo se oye - ocasionalmente -
el vuelo de algún ave de presa, el piar de los petirrojos, el invisible
silba del viento en los ramajes. En ese paraje de sosiego, ajeno a la intervención humana, "se
puede oír el silencio", o más bien, los latidos del propio corazón.
Ruta, por tanto, para mirar hacia adentro de uno mismo, en ejercicio de
introspección, donde el paisaje toma protagonismo. Desde lo alto, antes
de iniciar el regreso, sobre Orzonaga, se puede avistar por el este la
impresionante "Peña Galicia" y el mojón geodésico de "Polvoreda", que
otean la llanura desde sus cumbres. El viajero podrá, a lo largo del recorrido, empaparse de paisaje y
soledad, por territorios abandonados, desde que la ganadería y el corte de
leña han sido desplazados de los hábitos cotidianos.
9.2. Robledo de Fenar
Decíamos, al hablar de Naredo, que la cercana población de Robledo es uno
de los dos pueblos del valle de Fenar que se han incorporado a Matallana
de Torío. Su nombre no admite dudas, por definir un terreno poblado de
robles. Hasta once pueblos llevan el nombre de Robledo en la provincia de
León. El núcleo urbano está situado al oeste del término municipal, a una
altura de 1.040 m. sobre el nivel del mar, Robledo se segregó en el año
1.945 del término de La Robla, para formar parte, desde entonces, al
término municipal de Matallana de Torío. Geológicamente, forma parte de un largo valle que va desde el río Luna
hasta el río Esla, y la ladera norte está bordeando los terrenos primarios
de la caliza montañosa. Está tan próximo al pueblo de Solana de Fenar, que llega a compartir la
Iglesia de San Torcuato y el cementerio, situados a medio camino entre
ambos pueblos. Sufre, al igual que el resto de las localidades del término municipal, un
importante descenso de su población, algo mitigado en época estival, y en
especial por el campamento juvenil que recientemente se ha instalado en
uno de los edificios del caserío y en sus terrenos ajenos. En el pórtico de la Iglesia de Robledo se conserva una piedra que parece
perteneció a un castillo en Fenar. Tiene un dibujo con motivos de flor de
lirio y hoja de roble, y la fecha 1.156. Sirvió de ménsula del altar.
(Datos de D. Matías Díez). merendero valle del silencio
9.3. Un Apunte Histórico sobre el Valle de Fenar
Es muy ilustrativo el estudio que la especialista Julia Miranda (junto
con José Manuel González y Mª Teresa Llamazares) realiza en la revista
"Tierras de León", núm. 69, sobre los "Límites medievales del Concejo de
Fenar". En él se hace una revisión crítica sobre el Fuero de Fenar, en 1.042 y su
confirmación por el rey Alfonso X, en 1.254, y se presenta un estudio
histórico-geográfico de identificación de límites, cuyo mapa
reproducimos. Será altamente interesante hacerse eco de este trabajo, para documentar
la situación de la célebre "Cruz de la Vega de Milleras", que era un mojón
divisorio entre los concejos de Fenar y Cervera, durante
siglos. El "Valle del Silencio" adquiere, así, un insospechado aroma histórico,
que nos entronca con nuestro pasado.
10. Barrio de La Estación / Pardavé - Datos Técnicos
Longitud de recorrido: 7,5 km.
la ruta completa - Dificultad: Baja, por utilizar
carretera o buenos caminos. - Tiempo: 2,0 horas,
aproximadamente, más el tiempo empleado en visitar Pardavé
10.1. Desarrollo de la Ruta
Partiendo de la zona deportiva, cruzamos la carretera, y a mano derecha
nos dirigimos hacia la fragua de Naredo, y tomamos el camino que nos lleva
a Pardavé. Va paralelo y muy cercano a la línea de ferrocarril, como se observa en
el mapa. Cruzamos las vías y por debajo del puente de la carretera y
siguiendo el camino, llegamos a Pardavé. Giramos a la izquierda, pasando el puente sobre el Torío, y llegamos a la
plaza donde encontraremos la iglesia y un caño de agua, donde
refrescar. Continuaremos por la carretera antigua, vadeando un puente sobre un
arroyo que desemboca en el Torío, y a mano izquierda alcanzaremos la
carretera nueva. El regreso cierra círculo por un trazado alternativo, en dirección al
Barrio de la Estación. Llegamos a "La Pontona", y enseguida a la ermita de
"Boinas" desde donde se accede nuevamente a la zona deportiva. El término "vega" es una de las palabras más antiguas del idioma
castellano, y procede del pre romano "baika", que designaba un
terreno regable, o porción de tierra llana y fértil, a la orilla de un
río. Perfectamente acomodado a la orografía de Pardavé. coexisten en su
término los topónimos de "La Vega de Arriba" y "La Vega de Abajo",
certificando su carácter de pueblo ribereño, subsidiario de un río, y con
terreno apto para la agricultura y la ganadería. Circunstancias que lo
convierten en pueblo de "Ribera", donde el adobe quizás comienza a hacer
aparición. En el entorno de este paisaje dulce y sosegado se abre esta ruta, cuyo
nombre no precisa más presentación.
10.2. Pardavé. Suavidad que mira al Río
La localidad se sitúa al sur del término municipal, a 955 metros sobre
el nivel del mar. Su etimología resulta ser asunto complejo: Apunta D.
Mazimiliano González +, historiador del Torío, hasta tres hipótesis para
el nombre de Pardavé: "Prata viridia" (prados verdes), "Parta bis" (dos
partes, o dos barrios) y "Prata vetera" (Prados viejos). La presencia de
tres hipótesis no evidencia ninguna seguridad, por lo que dejamos
abierto el tema. El nombre de Pardavé dio un apellido gentilicio a
una familia de la zona, con escudo de armas propio. El pueblo ya existía en la etapa de la romanización y más tarde formó
parte del Concejo de Cervera, haciendo límite con el "Infantado de Torío",
que se extendía desde las proximidades de León hasta el Puente de
Pardavé.
Ya en la Edad Media, este lugar indicaba dónde acababa la ribera y dónde
empezaba la montaña, e incluso dónde acababa la ribera y dónde empezaba la
montaña, e incluso cambiaba la denominación del río, pues aguas arriba de
"La Puente" era el río "Torío", mientras que aguas abajo era el río de "La
Mediana". Su actividad agrícola propició la construcción de infraestructuras
para el regadío de las tierras de labor: uno es la "Presa del Salvador" ya
citada, al hablar de Naredo y el otro es la "Presa de los Lavaderos" que
riega un territorio de 200 Ha. En la época del catastro de Ensenada existía en el pueblo un hospital para
pobres y peregrinos. Como era habitual, se trataba de una instalación
precaria, aunque prestase un cierto servicio. También ha sido lugar de molinos como el de "Periquín" o el "Molino del
Puente". El primero está casi derruido, mientras que el segundo aún persiste
en las proximidades del Puente.
10.3. La Memoria del Río. Línea Azul de la Historia
Toda la zona se asoma al río. Sus molinos, cultivos, y hasta milenarios
despoblados, de los que solo persiste el aroma de la toponimia. La
corriente, que comenzará aquí a menguar, aprisionada por acequias de riego
cada vez más frecuentes, se desliza, azul y silenciosa, hacia el espacio
abierto, punteado de prados con sebes vegetales y chopos en hilera, los
altos hombres de esta tierra. El puente que cruza el río en Pardavé es macizo y de varios ojos. Aunque
su traza parece ser romana, la construcción actual revelada remodelaciones
muy posteriores. De los despoblados de su término se podría aportar infinidad de datos.
Quizás sea posible acometer esta investigación próximamente: Al nordeste de Pardavé se ubicó "Carabedo", que se cita en el año 1.202,
en el valle del mismo nombre, donde aún son visibles restos de
construcciones. En sus contornos existieron hasta tres molinos harineros,
siempre según el manoseado Catastro de Ensenada. Al frente de Pardavé, al otro lado del río, y un poco más al norte,
estaba "Milleras", citado con frecuencia en documentos medievales, y
concretamente en el 1.020, con ocasión de demarcarse los límites del alfoz
de la ciudad de León, que llegaban, por el Torío, hasta Mileras. Hoy es un
topónimo apartado del pueblo. Se conservó su ermita, hasta finales del
XIX, y parece que se despobló con motivo de una peste que animó a los
escasos supervivientes a trasladarse a Pardavé. Es uno de los mitos
fundacionales más socorridos en la desaparición de los
pueblos. La investigadora Julia Miranda apunta la presencia de "La Cruz de
Milleras", o de la Vega de Milleras, en un estudio histórico-lingüístico
sin desperdicio. Era mojón de Concejos, punto de encuentro de montaña y
ribera, e indicador de cruce de caminos. Se ubicaba en "La Vega de Arriba"
de Pardavé, y su memoria y significado deben ser recuperadas, como raíces
de identidad, en la línea del río.
11. Recomendaciones Generales para todas las Rutas
Cuando se realiza senderismo en zonas de montaña es preciso tener en
cuenta unas recomendaciones básicas que pueden ser muy importantes
para la seguridad y bienestar de los visitantes.
- Procura conocer con antelación el medio en el que te vas a
mover.
- Planifica tu actividad con información adecuada " mapas, libros,
etc..."
- No empieces tarde y planifica el horario con un margen de
seguridad.
- Deja dicho a dónde vas.
- No vayas solo a la montaña. El grupo mínimo aconsejable es de tres
componentes.
- Infórmate de las condiciones meteorológicas.
- Asegúrate de que llevas el equipo adecuado a la actividad y
cuídalo,
- No sobreestimes tus posibilidades. Elije una actividad acorde con
tu nivel físico y técnico.
- Si tu estado anímico no es el más adecuado o no estás predispuesto
no emprendas actividades de cierta complejidad técnica.
- Mantén la preparación física adecuada. En caso de imprevistos
tendrás que hacer uso de toda tu capacidad para afrontarlos.
- Incluye siempre en tu equipo una linterna, impermeable y manta
térmica aunque este anunciado buen tiempo y no tengas previsto
finalizar de noche.
- Obtén conocimientos en Primeros Auxilios.
- En invierno la nieve alcanza un gran espesor en los tramos más
altos, que imposibilita una correcta percepción de las dificultades
del terreno. Sea prudente, es preferible no completar la ruta si no
dispone del equipo y la experiencia necesarios.
- La naturaleza geológica del terreno provoca la aparición de simas
que en ocasiones son muy profundas, no se aproxime al borde de las
mismas. Además en alta montaña pueden producirse desprendimientos de
roca y avalanchas de nieve. Extreme las precauciones.
- Es aconsejable llevar ropa y calzado apropiados. Los cambios
climáticos pueden ser bruscos, incluso en los meses más calurosos
pueden alcanzarse temperaturas muy bajas.
- Es aconsejable llevar agua. En los recorridos existen
abundantes manantiales y fuentes, sin embargo se recomienda no beber
agua sin las suficientes garantías sanitarias.
- Por respeto al entorno y a otros posibles visitantes, evite dar
voces y llevar aparatos que puedan producir ruidos
estridentes.
- Tenga en cuenta que la recogida de residuos resulta muy costosa
en estas zonas. Procure llevar su basura de regreso y
depositarla en contenedores.
- Si hace la ruta acompañado de un perro, éste no debe estar suelto
ya que podría espantar al ganado.
- Recuerda que tienes que sobre vivir por tus propios medios hasta
que llegue la ayuda
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