1. Liérganes, un Pueblo con Historia
Y razones no le faltan. Liérganes debe la majestuosidad de su centro
histórico a su pasado. Durante el Siglo XVII, la boyante economía del
municipio fue gracias a que allí se situó la primera Real Fábrica de
Artillería conocida en España. Rodeada de bosques y aprovechando la
fuerza del río, la industria de fabricación de cañones prosperó y, con
ella, el barrio del Mercadillo se llenó de casas nobles. Muchas de ellas
han perdurado al paso del tiempo y hoy forman un conjunto arquitectónico
de lo más interesante.
Pasear por allí nos hace pensar que el tiempo se ha detenido. Entre
casonas, palacios indianos, casas barrocas y neoclásicas, discurre un
camino de esplendor con paradas en imprescindibles como el Palacio de
Rañada o Cuesta-Mercadillo, las Casas de Rañada y Portilla, con sus
balcones engalanados con una amalgama de plantas y flores, la de los
Cañones o la Casa Setién, uno de los edificios más antiguos de
Liérganes.
Indicé |
1.1. Un Balneario para Atraerlos a Todos. De forma paralela a aquel resurgir gracias a la industria, ya se
hablaba allá por 1.670, del poder curativo de las aguas de la Fuente
Santa de esta localidad. Utilizadas para curar el reumatismo,
patologías de las vías respiratorias, afecciones cutáneas o
estomacales, en 1.844, Liérganes obtuvo el patrocinio
para crear una casa de baños sulfurosos. Fue en 1.862 cuando abrió
sus puertas el Balneario, al que años más tarde se le añadió una fonda
y hotel, atrayendo a viajeros de todas partes de España.
A tantos que a principios de Siglo XX, cuando los Reyes de España
(Alfonso XIII y Victoria Eugenia), estaban pasando unos días en el
Palacio de la Magdalena en Santander, se acercaron a Liérganes a
"tomar los baños". La población enloqueció y pronto este lugar se
convirtió en centro de ocio y salud. Todo en Liérganes giraba
alrededor del Balneario que hoy sigue vivo reconvertido en hotel y
circuito termal, perfecto para desconectar del mundo terrenal. Hasta
podrás bañarte en "la Piscina del Rey", aquella en la que disfrutó el
mismísimo Alfonso XIII, hoy rehabilitada.
1.2. Dulces, Sacristanes y hasta Cerveza Propia
La gente venía a Liérganes atraída por sus leyendas, paisajes,
aguas curativas y... por sus dulces. ¿Sabías de una de las
costumbres más extendidas era acercarse a merendar chocolate con
churros? Puede sonar a costumbre madrileña pero, en Cantabria, el
alegrarse el cuerpo con tales manjares data de hace muchos años
también. Por ejemplo, en las Hijas del Pez, además de preparar
comida casera, cada día religiosamente a la hora de la merienda
sirven su chocolate con churros artesanos.
Dicen que Liérganes huele a hojaldre. Y es que de esta masa salen
muchos otros de sus dulces típicos, los sacristanes, que son unos
lazos de hojaldre horneado, que se cree que trajeron los belgas que
vinieron a trabajar a la fábrica de cañones, los corazones con sabor
a canela o claros homenajes al pueblo, como las rocas del valle de
Miera, con hojaldre y almendra, y las Tetas de Liérganes, que venden
en la pastelería artesanal Bergua.
Por supuesto, no falta en este rincón del mundo sobaos, quesadas
pasiegas, corbatas, quesos, anchoas de Santoña, hidromiel... Ir a
Liérganes y no llevarse un souvenir gastronómico sería pecado. Los
puedes encontrar en tiendas como dCantabria, especializada en
productos de toda la comunidad, en Casa Abascal, donde también
venden artesanía y cestería o en La Socarrena.
Y cerveza, claro. ¿Cómo un pueblo tan pequeño ha logrado tener
una cerveza artesana que se ha colado en rankings de las mejores
del mundo? Andrew Dougall llegó a España hace ya más de 20 años.
¿Qué le trajo a esta pequeña villa cántabra? El amor.
Entonces empezó a hacer cerveza en casa para consumo propio. Pero
en 2.006, se unió a Quique Caciedo y fundaron Dougall's,
convirtiéndose en pioneros de la cerveza artesana en Cantabria,
que utiliza el agua del Miera para elaborarse. Raquera, Leyenda,
Tres Mares, 942... son algunos de los evocadores nombres de sus
creaciones. Además, hacen colaboraciones con otras cerveceras,
como la que acaban de anunciar junto a Basqueland Brewing Project.
Y lo mejor de todo, es que puedes aprender sobre todos sus
secretos visitando la fábrica, con cita previa y los fines de
semana, que termina con una birra y degustación de quesos de la
zona.
2. La Leyenda del Hombre Pez
Cuenta la leyenda, que en 1.674, el joven Francisco de la Vega, pasaba un
día con sus amigos nadando en la ría. Ávido nadador, se despistó de la
vista de sus colegas, que pensaron que pronto volverían a verlo, ría
abajo. Pero Francisco no apareció. Pasó el tiempo y concretamente cinco
años después, en la bahía de Cádiz unos pescadores se encontraron un
extraño ser surgido de las aguas. Parecía un hombre, pero sin duda, venía
del mar y había desarrollado escamas por buena parte de su cuerpo.
¿Era humano? ¿Un ser mitológico? ¿Un demonio? Cuando lo rescataron, lo
llevaron al convento de San Francisco y tras exorcizarle e interrogarle en
varios idiomas, el hombre parecía haber perdido el raciocinio. Pasaron los
días y los frailes solo consiguieron sacarle una palabra: Liérganes. ¿Qué
era Liérganes? En aquella época no era tan fácil como consultar. Al final
lo descubrieron: se trataba de un pueblecito de Cantabria. ¿Había pasado
allí algo insólito? Desde aquel paraje verde, al pie de los Picos
Busampiro, más conocidas como 'las Tetas de Liérganes', llegó una misiva
en la que el único hecho remarcable, fue la desaparición de Francisco de
la Vega cinco años atrás.
Uno de los frailes, Juan Rosendo, ató hilos y quiso saber si
efectivamente, aquel ser sacado del mar, podía ser el desaparecido. Desde
Cádiz hasta Cantabria, se embarcaron en un viaje en el que, ya cercano al
pueblo, el hombre puso ritmo firme hasta Liérganes sin titubear en el
camino. Pero nada allí le interesaba, apenas comía, no hablaba... Lo
dieron por loco y, misteriosamente, nueve años después volvió a perderse
en el mar. ¿El único testimonio?. El de un pescador de San Vicente de la
Barquera, que afirmó verlo adentrarse en el gran azul acompañado de
delfines. Así nació la leyenda del Hombre Pez, una historia de la mano de
uno de los pueblos más hermosos de Cantabria, que se revive cada noche de
San Juan.
Leyenda o verdad, el Hombre Pez cuenta hasta con un centro de
interpretación en el molino bajo el puente que intenta arrojar luz a tan
rocambolesca historia y una escultura de bronce bajo el Puente Mayor,
conocido como el puente romano, aunque del Siglo XVI, que
representan a Francisco de la Vega (quién sabe si minutos antes de
perderse para siempre bajo las cristalinas aguas del río Miera rumbo al
mar).
Ante un paisaje e historias singulares tapizado de mil y un tonos de
verde, rápidamente nos sentimos como polillas atraídas hacia la luz,
hacia la belleza de este pequeño rincón de la Tierruca de apenas unos
2.000 habitantes. Leyendas aparte, Liérganes tiene magia y encanto,
tanto que su centro histórico está considerado como conjunto de interés
histórico artístico nacional y todo el municipio, como uno de los
Pueblos más Bonitos de España desde 2.016.
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