1. Carnavales de Tolosa
El Jueves Gordo, la Plaza Zaharra del Ayuntamiento, se llena de gente
esperando a que el reloj marque las doce del mediodía para escuchar el
pregón de la falsa comitiva del Kabi Alai, el chupinazo y
empezar a saltar con la primera pieza de la Txaranga Sasikoipetxu.
Desde entonces, la música de las txarangas se escucha continuamente por
las calles de la villa de Tolosa. Con sólo mirar a los balcones decorados
de los edificios, te darás cuenta de lo que acaba de empezar, es el
Carnaval de Tolosa. Los bares y restaurantes tienen la costumbre de
repartir pintxos de txistorra a sus clientes. Se nota que el pueblo de
Tolosa está deseando de que llegue esta semana, todo el mundo sonríe,
baila, canta y disfruta. El Viernes Flaco, es un día mayormente dedicado a
los niños y niñas, aunque haya vaquillas todos los días, el viernes son
especialmente más pequeñas.
El Sabado Regular, nadie se disfraza en Tolosa, a excepción de los/las
que se visten para salir en la Tamborrada adulta o infantil. Si vienes
disfrazado, se sabrá enseguida que no eres de aquí. El turno de
disfrazarse en el Carnaval de Tolosa, comienza el Domingo de Carnaval
Zaldunita, para el pueblo de Tolosa. El día comienza con los
sones de la diana a las ocho de la mañana,
jaiki, jaiki oi hortatik gaur tolosarrak, goazen festara denok
goizetik, interpretados por la banda municipal de Tolosa, que recorre todas las
calles del casco Histórico.
Indice
|
Después de desayunar, empieza el desfile de carrozas, comparsas y
disfraces, sátira y mucho humor por todos los lados. El momento donde
aflora la creatividad de Tolosa en Carnaval. El siguiente día, el Lunes Astelenita, las comparsas siguen realizando desfiles con su música y bailes, entre
ellos muchos niños y niñas con sus grupos de tiempo libre, quienes llevan
ya meses preparándose para el gran día. Mucha gente se acerca también a
los partidos de pelota que se juegan en el frontón Beotibar
de Tolosa. Otros muchos asisten junto a las txarangas hasta la Plaza de
Toros en Kalejira, donde hay vaquillas el domingo, lunes y martes.
Uno de los momentos en la plaza de toros, el lunes de carnaval de Tolosa
es cuando la sociedad y Txaranga de Ero Etxe lanza desde el palco unas
bolsas gigantes de confetis. Tanto para las personas que aguantan toda la
noche despiertos, como para aquellos o aquellas que no fallan a ninguna
cita carnavalera, el martes de carnaval comienza con la Alborada en la
Plaza del Ayuntamiento a las seis de la mañana, donde se reparte anís con
galletas mientras la banda municipal de Txistularis de Tolosa ameniza el
momento interpretando distintas piezas de carnaval. Desde esta misma plaza
con una Txaranga, se llega en Kalejira hasta la Plaza de Toros, donde se
celebra el Toro de Aguardiente a las ocho de la mañana. Pero por mucho que
hayan sido días largos, la gente no deja de salir el martes de carnaval,
Asteartita. Es el último día del carnaval de Tolosa y hay que quemar los
últimos cartuchos. Es uno de los días favoritos para los y las tolosarras
y ya que muchos números y disfraces son iguales que el domingo, se podrá
ver aquello que en su día no dio tiempo. Por la noche, la fiesta se da por
terminada con el triste entierro de la Sardina. Aunque está claro que
muchos deciden después ahogar sus penas.
Puede que el miércoles de ceniza el pueblo de Tolosa esté más triste de
lo normal, no lo tengas en cuenta, es el día más triste del año para más
de un ciudadano. Y tocará volver a contar los días hasta que llegue el
20/02/2020.
Mercado de Tinglado
Tolosa en la década de 1820
2. Historia "Tolosa"
En el barrio de San Esteban se descubrió un asentamiento humano de 9.000
años de antigüedad. Por los instrumentos y restos de talla de sílex
encontrados, se trataría de un grupo cuya economía se basaba en la caza y
recolección de frutos. De la Edad del Bronce, unos 4.000 años de antigüedad, son los dólmenes de
Belabieta y Añi, construcciones funerarias testimonio de las primeras
manifestaciones religiosas.
En la Edad del Hierro, hace unos 2.300 años, surgen los primeros poblados.
Se asientan en montes de altura media, como por ejemplo Intxur en Aldaba, y
se protegen rodeándola de murallas. Además de conocer el hierro, eran ya
agricultores y ganaderos. Toda la Antigüedad, incluida la romanización y hasta al menos el año 1.025,
en que Guipúzcoa entra en la Historia, es un período oscuro del que se sabe
bien poco. Tolosa siempre ha tenido una gran importancia estratégica. Era el cruce de
caminos entre Castilla, Navarra y Francia. Cuando en el año 1.200, el
territorio guipuzcoano fue incorporado a Castilla, el rey Alfonso X el Sabio
nombró Villa a Tolosa, y más adelante, en el año 1.256, otorgó el fuero a
Tolosa. En este fuero se concedían a los habitantes de Tolosa unos
privilegios con los que no contaban los habitantes de las aldeas cercanas,
ni los de otras provincias. Igualmente dispuso la fortificación de Tolosa,
Ordicia y Segura, puntos fronterizos con Navarra. La ciudad original se
levanta en una isla separada por un brazo del Oria que pasaba por la actual
calle de la Rondilla, anteriormente de Pablo Gorosábel, y está
totalmente amurallada, con seis puertas dotadas de torreones de defensa,
puertas de Castilla, Arramele, Navarra, casa de las Damas, Matadero y
Nuestra Señora del Socorro.
En el año 1.282, sufre un incendio que la destruye. Sancho IV de
Castilla, concede nuevos privilegios para fomentar su reconstrucción y
la llegada de nuevos habitantes, entre ellos libra a quienes fueran a
establecerse allí de todo tributo a la Corona Vitoria, 20 de abril de 1.290,
privilegios confirmados con posterioridad por Fernando IV de Castilla y
Alfonso XI de Castilla. Sin embargo, el mantenimiento de estos privilegios fue problemático en
ocasiones, como cuando en el año 1.463, el recaudador Jacob Gaón exigió
el pago del impuesto llamado pedido a los tolosanos. Estos le
contestaron que estaban exentos de pagarlo, por las disposiciones aprobadas
por el rey. Gaón les amenazó, y varios de ellos lo mataron, decapitaron y
expusieron su cabeza en lo alto de una picota, como castigo por haber puesto
a Tolosa en lo alto de su lista de recaudaciones. El rey Enrique IV de
Castilla, se dirigió a Tolosa a vengar su muerte, pero los autores huyeron
de la villa. El rey mandó derribar la casa en la que se había cometido el
crimen. No llegó a ejecutar a los autores, ya que antes de atraparlos le
llegó una petición de las Juntas de Guipúzcoa que le rogaba perdón para los
tolosanos, y le exponía los argumentos de estos, y Enrique IV reconoció que
estaban exentos del pago. La inseguridad reinante desde el siglo XIV, hace que durante dos siglos
varias villas y aldeas se unen y separen al Concejo de Tolosa, entre ellas
Abalcisqueta, Aduna, Albístur, Alegría de Oria, Alquiza, Alzo, Amasa,
Amézqueta, Andoáin, Anoeta, Asteasu, Baliarráin, Belaunza, Berástegui,
Berrobi, Cizúrquil, Elduayen, Estella, Ezama, Gaztelu, Hernialde, Ibarra,
Icazteguieta, Irura, Lascoáin, Leaburu, Lizarza, Orendáin, Oreja y Yurre.
Tolosa se compromete a la defensa de las villas, que quedan bajo la
jurisdicción del alcalde, y por lo general se adscriben a los privilegios y
fueros de Tolosa. Durante el siglo XIV, se producen varias desavenencias con
estas ciudades, y un conflicto con San Sebastián por los casos de Andoáin,
Aduna y Alquiza, que se zanja en el año 1.479, con el paso de estas
tres villas a la jurisdicción donostiarra. En el año 1.469, sufre otro importante incendio, y otro mayor en el
año 1.503, que afectó incluso a la iglesia parroquial, pese a estar
aislada. Se la conceden en ambos nuevos privilegios para ayudar en su
reconstrucción, los Reyes Católicos, libran una orden por la que el
corregidor de la provincia resida en Tolosa cuando no esté visitando otras
villas.
2.1. El 9 de agosto de 1.794, durante la Guerra de la Convención
(La Guerra del Rosellón, también denominada Guerra de los Pirineos o Guerra de la
Convención, fue un conflicto que enfrentó a la Monarquía de Carlos
IV de España y a la Primera República
Francesa entre los años 1.793 y 1.795, durante la
existencia de la Convención Nacional francesa, dentro del
conflicto general que enfrentó a Francia con la Primera Coalición).
2.2. Las tropas francesas ocuparon Tolosa. En la Guerra de la
Independencia.
(La guerra de la Independencia española fue un conflicto
bélico desarrollado entre los
años 1.808 y 1.814, dentro del contexto de
las guerras napoleónicas, que enfrentó a las potencias aliadas
de España, Reino Unido y Portugal contra
el Primer Imperio francés, cuya pretensión era la de instalar en el trono español al hermano de Napoleón, José Bonaparte, tras
las abdicaciones de Bayona).
Fue ocupada otra vez. Mientras estuvo dominada por el ejército napoleónico
sufrió los ataques de las guerrillas de la zona. La disputa en torno a la
capitalidad de Gipuzkoa entre Tolosa y San Sebastián se encontraba a finales
del año 1.821, a la espera de un dictamen de las Cortes españolas. Como es
bien conocido en el sistema foral no existía capital en la provincia de
Gipuzkoa, ésta se desplazaba donde se instalaba la Diputación,
principalmente en los pueblos de tanda – Azpeitia, Azkoitia, San Sebastián y
Tolosa- pero también en otros 15 pueblos en los que se celebraban las JJ.GG.
La implantación del sistema liberal supuso la instalación de la capital en
San Sebastián durante las dos invasiones francesas (1.794 y 1.808), y también durante el Trienio liberal (1.820). Pero en este último periodo no se tomó la decisión definitiva hasta
enero de 1.822, y mientras tanto Tolosa luchó por conseguir la capitalidad
alegando, entre otras cosas, su mejor situación geográfica. Para ello la
corporación municipal encargó a Pedro Nolasco de Tellería, arquitecto y
regidor de la villa, la elaboración de un mapa topográfico de la provincia y
remitir copias litográficas a las Cortes. Del año 1.844 al año 1.854, bajo el gobierno de los progresistas, Tolosa
fue capital de Guipúzcoa por espacio de 10 años, volviendo más tarde la
titularidad a San Sebastián, que había sido declarada capital en decretos de
1.822 y 1.833. Tolosa fue una de las ciudades más importantes del territorio controlado
por los carlistas en la guerra civil del año 1.872-1.876, por lo que fue una
de las sedes del periódico El Cuartel Real.
3.
Archivo provincial de Guipúzcoa,
Construido en el
año 1.904, por el arquitecto Cortázar, fue uno de los primeros en
construirse en hormigón en la provincia. Desde el siglo XVI Tolosa era ya
sede del Archivo de la provincia, ubicado anteriormente en la
parroquia.
Archivo Provincial de Guipúzcoa
4. Casa Consistorial,
Construida entre 1.657 y 1.672, de
estilo barroco, con la planta baja porticada y balcones de hierro forjado.
Obra del maese cantero Juan de Arburola.
Casa Consistorial
5. Casa de cultura,
(siglo XIX), edificio de planta rectangular alargada que sigue la
línea de la antigua muralla, por lo que su fachada es perpendicular a las
calles del casco antiguo, cegando su visión meridional. De estilo
neoclásico isabelino, fue totalmente remodelado en la década de los
ochenta para casa de cultura. Entre 1.844 y 1.854 fue sede de la Diputación
Foral de Guipúzcoa.
6. Convento de San Francisco, situado a la salida del
Camino Real a Castilla. De planta basilical, fue construido hacia el año
1.676, por Nicolás de Zumeta y Agustín de Lizarraga. A resaltar el retablo
de su altar mayor y la capilla de los Antia.
7. Convento de Santa Clara.
Cenobio barroco (siglo XVIII) de monjas clarisas. Artístico retablo
mayor dorado churrigueresco-rococó.
8. Iglesia de Santa María, con 1.630 m² de
superficie en la actualidad. La iglesia original se vio afectada por el
incendio de 1.503 y hasta 1.548, no pudieron iniciarse las obras por
falta de dinero. Se levanta entonces un edificio con tres naves altas
rematadas por bóvedas de falsa crucería, sostenidas por seis columnas, en
la variante local del gótico llamada gótico vasco. En 1.761 Martín de Carrera la dota de la actual fachada barroca con
espadaña central y dos torres unidas por balaustrada, y unos años más
tarde se añade el atrio. En el siglo XIX, Silvestre Pérez realiza unas
reformas con corte neoclásico. Dispone de un retablo central, y en una de
las capillas laterales se guarda la portada románico-gótica de la ermita
de San Esteban, que resultó destruida por una inundación.
9. Palacio de Aramburu, (siglo XVII), prototipo del barroco vasco. Edificio exento de planta irregular con
tejado a cuatro aguas. Fachada austera de sillares almohadillados
siguiendo los principios de simetría y centralidad propios del clasicismo.
Es imponente el decorado de la puerta principal enlazando con el del
balcón central. Está presente el escudo de armas del jurisconsulto Miguel
de Aramburu, autor en año 1.697, de la Recopilación de los Fueros de Guipúzcoa.
10. Palacio de Atodo,
(siglo XVI), en el n.° 35 de la calle Mayor. De estilo
renacentista, de amplias proporciones y fachada de sillares amparada por
alerón doble de canes tallados. Hermosos balcones forjados en la planta
noble y veinte huecos simétricos de arco rebajado en la última planta.
Artístico escudo con león rampante mostrado por una pareja de infantes en
gracioso escorzo. Cuna de Fermín de Atodo, conde palatino, capitán de los
Tercios tolosanos en 1.558 y embajador de Felipe II en Roma.
11. Palacio de justicia, (año 1.853), ocupa uno de los lados de la plaza porticada cuadrada de 50 m de
lado. Conjunto neoclásico de composición unitaria, destacando el palacio
por una mayor riqueza de materiales y dos plantas en lugar de tres que
tienen las viviendas contiguas. El pórtico se transforma aquí en arcada.
Fachada de sillares calizos en planta baja y recerco de huecos e impostas.
Obra de los arquitectos locales Unanue y Escoriaza. En la cárcel de este
juzgado compuso el bardo José María Iparraguirre el sentido zortziko
de evocación materna Nere amak baleki (Si mi madre supiera). En 2.009 sede del Centro Internacional del Títere de Tolosa
TOPIC.
12. Palacio Idiáquez, edificado en 1.605, se levanta sobre la muralla, en la zona de la
antigua Puerta de Navarra. El edificio actual se estima del siglo XVIII,
tras que un incendio destruyera la anterior casa-torreón. Su fachada
principal es de sillería en martillo (cierra la Plaza Vieja), mientras que el posterior es de ladrillo en diente de sierra sobre el
río. En 1.794 lo ocupó el fabulista Félix María de Samaniego y Zabala,
cuando ejerció de alcalde tolosano. El edificio es hoy la sede social del
Casino de Tolosa.
13. Plaza de toros,
inaugurada el 24 de junio de 1.903 (estaba previsto que lo hiciera Bombita, pero por una lesión fue
sustituido por Bonarillo y Guerrerito), cuenta con un ruedo de 37,5 m con un callejón de 1,8 m y
5.300 localidades. Las gradas y los palcos están sobre el tendido, lo que
la dota de una proporcionalidad especial. Se celebran en ella
competiciones de deporte rural vasco (
korrikalaris, aizkolaris, levantamiento de piedras, etc.). Los
Carnavales de la ciudad la tienen de centro neurálgico, corriendo
vaquillas todas las tardes desde el día de Jueves Gordo y el toro del
aguardiente la mañana del Martes de Carnaval.
14. Torre de Andía,
ubicada en el n.° 17 de la calle Mayor. Solo quedan vestigios del
escudo y dos gárgolas, además de los cimientos, de este edificio medieval
donde vivió el esclarecido Domenjón González de Andía, considerado "Rey de Guipúzcoa".
15. El río Oria, es un río situado en el País Vasco, en el norte de España, en la
Cornisa Cantábrica. Es el principal río de la provincia de Guipúzcoa, por longitud, cuenca
y caudal. Nace en las faldas de la Sierra de Aizkorri y desemboca en el
mar Cantábrico, junto a la localidad de Orio. Las localidades que atraviesa el río son Zegama, Segura, Olaberría, Beasain, Ordizia, Itsasondo, Legorreta, Ikaztegieta, Alegi, Tolosa, Anoeta, Irura, Villabona, Zizurkil, Aduna, Andoain, Lasarte-Oria, Usurbil y Orio, localidad junto a la que desemboca. Es un río que sufrió una gran
contaminación debido a la fuerte industria asentada en sus orillas,
especialmente industria papelera, entre los años 50 y 80 del siglo XX,
especialmente. A partir de los años 90 un mayor interés por cuidar el
medioambiente hizo que las industrias dejarán de verter las aguas
residuales directamente al río construyendo depuradoras en distintos
puntos de su cauce para este fin. Hoy en día es un río en el que en gran
parte ha vuelto la vida piscícola a sus aguas, sobre todo de truchas. En
el año 2.013, la cuenca baja fue incluida dentro de la red Natura 2.000
después de la recuperación de los humedales desecados a comienzos del
siglo XX, para su uso agrícola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario