1. Maraña
Asentado entre el valle de Riosol y el agreste macizo de Mampodre,
cercano a los puertos de Tarna y Las Señales, Maraña es uno de los pueblos
más típicos de la montaña leonesa. Conserva varios ejemplos de
arquitectura tradicional, donde puede verse la piedra finamente tallada
por los canteros de la zona.
El emplazamiento de la iglesia se conoce con el nombre del Castro y,
cercano, está La Corona, topónimos que recuerdan asentamientos
prerromanos y romanos. El templo, del siglo XVIII, posee una talla de
San Juan de la misma época. En la zona alta del valle del Riosol,
perteneciente a Maraña, se encuentra la ermita de la Virgen de Riosol.
Destruida en la guerra civil, fue reconstruida en la década de los 40.
La imagen es del siglo XVIII y existe una gran devoción por parte de las
gentes de Maraña y de los pueblos cercanos. El día 15 de agosto se sube
andando a la ermita donde se celebra una concurrida romería, con
procesión acompañada de pendones y carreras a caballo entre leoneses y
asturianos.