1. Torremolinos
Está situado en la Costa del Sol, en la orilla occidental de la
Bahía de Málaga y a espaldas de la sierra de Mijas. Se encuentra a
una altitud de 49 msnm y a 13 kilómetros del centro de Málaga, la capital de provincia. Está
comunicado mediante la autovía A-7, que circunvala la ciudad por
el norte, así como por tren de cercanías.
En el año 2.010 contaba con 66.957 habitantes, que lo convierten en
el sexto municipio más poblado de la provincia, en el año 2.014
Torremolinos contaba con 67.353 habitantes y en 2.015 contaba con
67.492 habitantes de los cuales 14.215 era población extranjera. Su
término municipal tiene una superficie de 20 kilómetros cuadrados y
una densidad de población de 3.153,85 hab/km², que se multiplica
durante los meses de verano.
En la década de 1.950, Torremolinos, una pequeña pedanía de
pescadores que, desde 1.924, formaba parte de la ciudad de Málaga,
se convierte en uno de los principales destinos turísticos de sol y
playa de España, el primero de Andalucía y de la Costa del Sol. La
afluencia de extranjeros, intelectuales, bohemios, hippies,
artistas, aristócratas, personalidades de la jet-set y turistas en
general durante los años 1.960 y años 1.970, creó un ambiente
liberal, permisivo y cosmopolita que lo diferenciaba de otras zonas
de la Costa del Sol, convirtiéndose en uno de los mayores referentes
del ocio musical y nocturno de España. Meta del turismo gay
reconocida en todo el mundo. En 1.988, se segregó de la ciudad de
Málaga, constituyéndose en municipio. Actualmente su ajetreada vida
nocturna, su gran oferta hotelera y su carácter gay-friendly y
desinhibido, así como también vanguardista, setentero y ochentero
que recuerda a la época de la Movida malagueña hacen de Torremolinos
uno de los principales distintos turísticos a nivel mundial en la
Costa del Sol.
Desde hace varias décadas Torremolinos se ha consagrado como el
destino turístico más importante de Andalucía, situándose por
delante de ciudades como Sevilla, Marbella o Roquetas de Mar, además
de ser junto con Marbella las dos ciudades con mayor oferta de
alojamiento de Andalucía. Es especialmente visitado por turistas
británicos, alemanes, irlandeses, franceses, escandinavos y
españoles procedentes de otras comunidades, también se asienta una
de las colonias británicas más grandes de España. Dentro del habla
popular malagueño, a Torremolinos se le llama también Torroles.
2. Toponomia
La primera aparición del término Torremolinos ocurre en el mapa
del Marqués de la Ensenada de 1.48. Su nombre procede de las
palabras torre y molinos. Antiguamente existía una gran cantidad
de molinos de agua en esta zona, aunque actualmente sólo se
conserva el Molino de Inca. Torre hace referencia a la torre de
los molinos o Torre de Pimentel, una antigua torre vigía.
Indice
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3. Geografía
El término municipal de Torremolinos ocupa una estrecha franja
litoral al pie de las estribaciones surorientales de la sierra de
Mijas, que cae al mar formando una gran cuesta cubierta por monte
bajo y algunos pinares. Conocida en el municipio como Montes de
Torremolinos, esta sierra es un macizo calizo perteneciente a la
cadena de sierras litorales de la cordillera Penibética y alcanza
una altitud máxima de 623 msnm dentro del término municipal. El
resto del territorio está casi totalmente urbanizado. Hacia el
noreste la franja costera se abre hacia la vega baja del
Guadalhorce, mientras que hacia el lado opuesto la franja presenta
una orografía más montañosa. La Punta de Torremolinos es el
accidente costero más destacable. Se trata de un pequeño cabo
acantilado que antaño dividía en dos las playas del municipio,
aunque más tarde se construyó un paseo marítimo que lo salva en
terrenos ganados al mar. A ambos lados de la punta se encuentran
dos de los barrios más antiguos de Torremolinos: La Carihuela, al
sur, y El Bajondillo, al norte. El tercer núcleo originario de
población se encuentra en dirección noroeste desde el mismo punto:
el barrio de El Calvario. Al norte de este y al oeste de La
Carihuela están situados Montemar y El Pinillo, de origen más
reciente. Otros barrios modernos se localizan al norte de El
Bajondillo y El Calvario, como son Playamar, La Colina y Los
Álamos.
4. Situación
Torremolinos limita al noreste con el distrito Churriana de
Málaga, al este y sureste con el mar Mediterráneo, al suroeste y
oeste con el municipio de Benalmádena, y al noroeste con el
municipio de Alhaurín de la Torre. Su término municipal se
extiende en forma de una estrella franja litoral (mayoritariamente un paisaje de playa), al pie de la Sierra de Mijas. Su
estratégica situación geográfica convirtió a Torremolinos en un
lugar de asentamiento de pueblos comerciantes como fenicios y
griegos.
5. Historia "Prehistoria"
Aunque algunos historiadores aseguran que ciertas piedras
moldeadas, halladas en playas y colinas de Torremolinos,
justificarían la presencia humana en Torremolinos hace
150.000 años, las pruebas más firmes de su Prehistoria se
hallan en los nueve cráneos humanos, decenas de huesos,
vasijas de arcilla, puntas de hacha y flechas, adornos de
collares y brazaletes, un anillo y algunos huesos de
animales aparecidos en las excavaciones realizadas en las ya
desaparecidas Cuevas del Tesoro, Cueva Tapada, Cueva de los
Tejones y Cueva del Encanto, en la conocida por Punta de
Torremolinos, hoy Castillo de Santa Clara y alrededores.
El profesor alemán Oelschläger sostenía en 1.968, en una
entrevista concedida al periodista Juan José Palop haber
descubierto en las playas y las colinas próximas a la Punta
de Torremolinos restos de la Edad de Piedra, en concreto
ciertas piedras moldeadas que eran utilizadas como fetiches
en la caza o en la guerra (representaban un león, un elefante o una calavera
humana), y encuadrarles dentro del arco de las
denominadas «piedras del fuego», porque
tenían la propiedad de dar chispa con su frote al viento.
Según su teoría, la presencia de esas piedras obedecía a la
costumbre en aquellos tiempos de utilizar las costas como
caminos principales en los largos desplazamientos.
El detallado estudio de estas piezas las sitúa en el llamado
período Neolítico de la Era Cuaternaria, unos 5.000 años
antes del nacimiento de Cristo, período caracterizado porque
el hombre primitivo aprendió a cultivar los campos, a
practicar la ganadería, fabricar cerámica, tejer la lana y a
trabajar la piedra para obtener utensilios domésticos y de
caza. Aún no se conocían los metales.
Sin embargo, las primeras pruebas tangibles de la presencia
humana en Torremolinos se remontan al periodo Neolítico.
Según Juan Temboury, en su obra «Torres almenaras», un pueblo neolítico originario de la Mesopotamia que
cruzó el Estrecho de Gibraltar encontró en la Punta de
Torremolinos condiciones excepcionales para su asentamiento:
albergues rupestres, buen clima y sol, unido a abundante
pesca, caza y agua. Esta datación y ubicación de los
primeros asentamientos de pobladores no es aleatoria, sino
que se apoya en el estudio de los numerosos restos de
cráneos humanos, huesos, vasijas de arcilla, puntas de
hachas y flechas en las sucesivas excavaciones realizadas en
las cuevas del Tesoro (Eduardo J. Navarro), la cueva Tapada (Miguel Such en 1.915), la
cueva de los Tejones (Eduardo Palanca en 1.911) y la cueva del Encanto.
Algunos historiadores concluyen que estos hombres y mujeres
serían de baja estatura (1,50 o 1,60 m), cráneo
dolicocéfalo (cabeza más larga que ancha),
frente hundida y nariz y rasgos negroides, fundado sobre
todo en la propia abertura de las fosas nasales. Asimismo
deducen que vivían principalmente a cielo raso, en
primitivas chozas y que utilizaban las cuevas como refugio
ocasional y como sepulcros, en los cuales colocaban a los
cadáveres sentados, la espalda apoyada en la pared,
cubiertos de adornos y en compañía de algún animal
doméstico, como el cerdo, siguiendo la costumbre
generalizada en toda Europa en el período Neolítico.
En resumen gente más cazadora e industrial que guerrera y
aunque algunos adornos de sus collares y brazaletes
estuvieran hechos de las conchas de algunos moluscos, se
puede asegurar que no era gente marinera, ni utilizaban
anzuelos ni otros utensilios de pesca para obtener alimentos
del mar. Detalle este, extraño y significativo, pues con
toda seguridad vivían próximo a sus orillas.
6. Edad Antigua
Según Ptolomeo, los fenicios fundaron muy cerca de
Torremolinos la ciudad de Saduce, pero fueron los romanos
los que se asentaron en el territorio del actual término
municipal torremolinense. De nuevo la Punta de
Torremolinos vuelve a ser la referencia en lo que al
asentamiento de pobladores se refiere. Entre los hallazgos
de mayor calado figuran los restos de unas termas públicas
en el Peñón del Castillo, lo que es hoy el Castillo de
Santa Clara, complejo de cuya existencia hay referencias
en unos escritos de Plinio el Viejo y Pomponio Mela. Una
torrentera desenterró el 24 de marzo de 1.881 lo que fue
una piscina de enlucido impermeabilizado,
el «frigidiarium» con un mosaico de
colores y un «apodyterium» o sala de
vestuario. Sin embargo, nunca se hizo un seguimiento de
este y otros yacimientos posteriores encontrados en la
Punta de Torremolinos y su perímetro, que se taparon y
sobre los que se ha edificado pese a que siempre se ha
sostenido que en la zona existen largas galerías
inexploradas. De hecho, y según las creencias más
antiguas, el subsuelo de Torremolinos está surcado por una
larga red de galerías que unen entre sí la cueva del Toro,
situada en plena serranía y a unos 500 metros por arriba
del Molino de Inca y el morro o Punta de Torremolinos.
Este canal natural permitía, según las voces del pueblo,
que al adentrarse hasta cierta profundidad en la cueva se
pudiese escuchar el eco de las olas en su embate contra el
roquedal. La herencia más importante dejada por los
romanos, fue una calzada, construida hace 2.000 años, de
varios metros de ancho que unía
Gades (Cádiz), con
Malaca (Málaga), y que atravesaba
Torremolinos de punta a punta. La calzada llegaba casi a
la playa en la zona de Playamar, continuaba frente a Los
Álamos y subía hacia Churriana, cerca de los muros del
Campamento Benítez. A ambos lados de esta calzada
construyeron villas y factorías de salazón de pescado. De
las once factorías de las que se tiene constancia, tres
estaban situadas en nuestro término. Una cerca de lo que
hoy conocemos por Campamento Benítez, en la finca Cizaña
Baja, cuyos restos aún se conservan, otra desaparecida en
Los Álamos; y una tercera próxima a los acantilados de La
Roca, en el Bajondillo, también desaparecida. Es
precisamente de esta época cuando data la primera
referencia de la primera expansión de los asentamientos
desde la playa hacia una cota más elevada. En los años 90
apareció una pequeña necrópolis romana de 23 tumbas, en el
edificio San Luis de la Plaza de Cantabria, que permite
confirmar la existencia de un poblado de unos 2.000 años
de antigüedad.
7. Edad Media
No es Torremolinos una ciudad sin pasado. La primera
datación histórica la tenemos en 1.501, cuando desde
la "Torre de los molinos", construida con
anterioridad, se tocó a rebato ante el avistamiento de
amenazadoras naves sarracenas. Dicha torre, también
llamada pimentel, sirvió a los cristianos para defenderse
de los corsarios sarracenos. En su derredor se asentó una
población que dio origen a un núcleo urbano. Vivían de la
pesca, la agricultura y de los molinos. A lo largo de los
siglos, el agua natural que brotaba y brota de los
manantiales a través del macizo de calizas dolomíticas que
conforma la serranía y su suelo ha jugado un papel en
torno al cual gira la historia de Torremolinos. Con la
dominación árabe aparecerá una nueva industria que
contribuirá a dar carta de naturaleza a
Torremolinos: los molinos.
Los árabes supieron aprovechar el tesoro acuífero y el
gran cauce o «cao» que arrancaba desde la
sierra y hasta la playa, y a lo largo del cual se llegaron
a construir hasta diecinueve molinos de muela y de
batanear (aunque no siempre fue así, ya que surgieron a medida que crecían las necesidades de
la población). Según describe José Lacuey, en su
obra «Torremolinos», publicada en 1.990, los
de muela, con sus soleras harineras, eran de piedra,
mientras que en los batanes todo era de madera. Las ruedas
hidráulicas eran de rodezno con canfilones o álabes, lo
que dependía si recibían el agua desde altura a través de
un cáncamo que tenían las paletas curvas —en el primero de los casos— o si recibía la fuerza motriz directamente del
arrastre del cauce, caso este en que las paletas eran
planas.
En el libro «Los molinos de Torremolinos» (1.970), Juan José Palop ofrece una amplia información al
respecto de la historia, actividad y decadencia de esta
industria. Los molinos se emplazaban en parajes de gran
riqueza vegetal y agua. El Molino de Inca (hoy restaurado), el Molino de Batán y el de Cea (antes de Zea) se encontraban en la zona de los manantiales,
próximos a lo que es hoy el Palacio de Congresos. El
Molino del Moro y el del Molinillo (de los que no quedan vestigios), se localizaban en la zona hoy urbana de la avenida
de Sorolla y aledaños. El Molino de Manojas (del que aún se conserva la fachada), se situaba en la hoy plaza Costa del Sol; el Molino del
Castillo, en la calle San Miguel; el Molino del Malleo
estaba en la plaza de la iglesia de San Miguel, antes
plaza de la Cruz, y en los aledaños de la Torre de
Pimentel estaban los molinos Alto del Rosario, el del
Rosario, el de la Torre y el de la Bóveda.
El cauce o «cao» proseguía acantilado
abajo hacia El Bajondillo, donde se ubicaron un día el
Molino de la Glorieta, el Molino Nuevo, el Molino de la
Esperanza, el del Pato, el del Caracol, el de la Cruz y el
del Peligro, este último cuyo nombre respondía a la
amenaza continua de inundaciones cuando la marea alta. La
mayoría de estos molinos dedicaba su actividad a la
molienda del trigo, a la sal, minerales como el hierro, o
a productos como el aceite.
Durante la dominación árabe el actual Torremolinos se
bautizó con el nombre de Molina, aunque de este extremo no
hay pruebas. Un mapa cartografiado por el italiano Giacomo
Rossi y fechado el 1 de septiembre de 1.696, atribuye el
nombre de Molina a una población situada geográficamente
donde se localiza Torremolinos, único extremo que da visos
de verosimilitud a esa denominación de la ciudad.
De la disposición geográfica de los molinos se podría
decir que trazaron los lugares de asentamiento y posterior
expansión geográfica y demográfica de Torremolinos a
través de los siglos, aunque cabe señalar a este respecto
que la presencia humana en este territorio se limitaba a
unas pocas decenas de personas, los molineros y algunas
gentes dedicadas a las labores de huerta.
La vulnerabilidad del territorio desde el mar, de lo que
dan prueba las sucesivas oleadas de invasores desde el
norte de África, propició hacia el año 1.300 y ya bajo
dominio de la dinastía de los nazaríes (siglos XII al XV), la construcción de una torre de defensa situada al
final de la Calle San Miguel, conocida ya en las
Ordenanzas de 1.497 como Torre de los Molinos, y años más
tarde denominada también de Pimentel, en honor de D.
Rodrigo Pimentel, Conde de Benavente (Zamora),
que ayudó militarmente a los Reyes Católicos con 2.000
caballos y 4.999 peones en la Campaña de la conquista de
Granada y la Toma de Málaga allá por 1.487, cinco años
antes de que Colón llegara a América.
La Torre tiene 12 metros de altura, fabricada de adobe de
tierra, y está compuesta de dos plantas con ventanas
vigilantes al mar y una terraza. Se entra a ella por una
escalera que sale del antiguo Molino del Rosario. A día de
hoy, está totalmente derruida por dentro y algunas grietas
ponen en peligro su fachada.
8. Edad Moderna
Tras la conquista cristiana del Reino de Granada,
Torremolinos estuvo expuesto a las incursiones de los
piratas hasta bien entrado el siglo XVIII, que frenaron el
desarrollo demográfico del pueblo. Se tiene constancia por
documentos del Archivo de Simancas de dos fustas ocurridas
1.522 y 1.524 en las que varios hombres fueron capturados
y de los que nunca más se supo, siendo probablemente
vendidos como esclavos en Orán y Argel, donde tenía su
base Barbarroja.
Más adelante, la piratería árabe sería sustituida por la
inglesa. Durante la Guerra de Sucesión Española, una flota
anglo-holandesa, comandada por el almirante inglés George
Rooke, saqueó y quemó las casas y los molinos, con lo que
Torremolinos quedó totalmente destruido, recuperándose muy
lentamente. El más paradicmático molino, llamado del Inca
y otros, pertenecieron a don Ysidro Ynca Méndez de
Sotomayor y Colichet del Portal, cuyo cuñado fue el
caballero y teniente coronel Francisco Antonio de Unzaga
Amézaga y Aperribay, alcaide de la Alcazaba, gobernador de
las costas del Reino de Granada y padre del gobernador
Luis de Unzaga y Amézaga, cuñado de Bernardo de Gálvez
quienes reformaron y reforzaron durante el siglo XVIII y
primera parte del XIX las defensas militares del litoral
con diversas actuaciones. Así, un padrón de 1.769, que
refleja el vínculo administrativo de Torremolinos como
barriada de Churriana cifra la población en tan solo 106
vecinos, casi todos inscritos en los molinos y sus
sectores. Así, en el Molino de Inca se computan 7 vecinos;
9 en el del Moro, 4 en el Malleo, 16 en el Castillo de
Torremolinos, 4 en el Molino del Castillo, otros 16 en el
Molino de la Torre, dos en el de La Bóveda, 4 en el Molino
Nuevo, 22 en el Molino de la Cruz y otros 22 en el Molino
de La Nogalera.
El problema de la piratería propició la construcción a
partir de 1.763, del Castillo de Santa Clara y una batería
de cañones en las cercanas colinas de Montemar, de la que
aún se conservan restos que se pueden visitar en el Parque
de la Batería.
9. Edad Contemporánea
Durante la primera mitad del siglo XIX, se reconstruyó
todo nuevamente, como atestigua el Diccionario
Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus
Posesiones de Ultramar del año 1.849, donde se dice que
había 14 molinos harineros, un batán de papel de estraza y
785 habitantes.
Hacia 1.923, comienza el declive de la industria
molinera. Torremolinos se unió entonces a la capital en
1.924, por problemas económicos. Con la desaparición de la
industria molinera Torremolinos fue una pequeña villa de
pescadores hasta finales de la década de 1.950, cuando se
convirtió en uno de los primeros centros turísticos de la
Costa del Sol.
10. (1.920-1.9509) Villa de pescadores
Este enclave de la costa malagueña era una pedanía
anexionada a Málaga en 1.924, después de que 446 vecinos,
siendo mayoría de un censo de 695, solicitaran al
Ayuntamiento de Málaga, la adhesión de Torremolinos a ese
municipio; desgraciadamente las grandes deudas por aquel
entonces con el Tesoro de 252.288 pesetas y lo poco que
figuraba en la Caja del Ayuntamiento, imposibilitaba la
viabilidad en un futuro próximo de Torremolinos como
pueblo. El último alcalde fue Miguel Fernández Alcauza.
Su privilegiado entorno, su proximidad a la capital de la
provincia, la belleza de sus playas y su tranquilidad la
convirtieron desde principios de siglo en uno de los
puntos favoritos para los viajeros (aún no eran turistas), que pasaban por Andalucía,
entre los que destacan Salvador Dalí y Gala Eluard, invitados
igualmente por los poetas impulsores de la revista Litoral
que se edita en Málaga. La musa del genio catalán, díscola
y libertaria, en un gesto que descorchó el descaro que
acabaría siendo el gran reclamo turístico de la zona, se
retiró la parte superior del traje de baño para dejar sus
pechos al aire en la playa de La Carihuela, inmortalizando
así en una fotografía el primer topless de la historia en
España que se tiene documentado.
Tras el estallido de la Guerra Civil. la ciudad de Málaga permaneció bajo el control
republicano hasta principios de 1.937, cuando sería
tomada por el bando franquista. La represión posterior
fue una de las más duras y crueles de la guerra, debido
al fuerte carácter izquierdista que caracterizaba a la
ciudad malacitana. Cerca de 4.000 presos del franquismo
pasaron entre 1.938 y 1.939 por el campo de
concentración de Torremolinos, que se situaba al sur del
actual campo de fútbol de El Pozuelo.
Durante la II Guerra Mundial. Torremolinos sería escenario de numerosas anécdotas
de espionaje que tendrían lugar en dos hoteles muy
próximos, en uno se hospedaban ingleses y franceses y en
el otro alemanes.
11. Gastronomía de la Costa del Sol
En todas las zonas de Andalucía se come bien. Su oferta
gastronómica es rica en pescados, mariscos y guisos
tradicionales del lugar. Te animamos a que pruebes el pescaíto
frito, la ensalada malagueña, el ajoblanco, las migas y las
gachas. Y como dulces, te encantarán el bienmesabe y los
borrachuelos. Y si te apetece conocer más de la cultura
gastronómica de la zona, puedes planear una ruta de tapas y
vino que te encantará.
12. Lugares de Interés
La Torre Pimentel.
Adoptado como el símbolo de la ciudad por el ayuntamiento,
este torreón de vigilancia de origen árabe se encuentra en
el tramo final de la célebre calle San Miguel.
Casa de los Navaja.
La bella fachada de este palacete de estilo andalusí
retendrá tu atención. Su fantástica ubicación en el paseo
marítimo, no hace sino añadir atractivo a este singular
edificio construido en 1.925.
13. Barrios " Barrios de Torremolinos de
Oeste a Este"
Los barrios tradicionales de Torremolinos, son
el Centro, la zona del Bajondillo, El Calvario y La
Carihuela, que además de ser los más antiguos, están
considerados los barrios con más solera del municipio. Ya en
el siglo XX, a partir de la década de los 50, Torremolinos
al igual que toda la Costa del Sol, experimentó un
espectacular crecimiento demográfico y urbanístico motivado
por el auge del turismo internacional, dando lugar al
surgimiento de otros núcleos que fueron adquiriendo notoria
importancia como Los Álamos, La Colina, El Pinillo o
Montemar.
Los Álamos.
Se trata del núcleo poblacional más al oeste de la ciudad,
y limita con el barrio de Guadalmar que pertenece a Málaga
capital, al este. En las últimas décadas ha ido
adquiriendo gran popularidad gracias a sus numerosos
chiringuitos que han ido evolucionado hacia el concepto
de ‘beach clubs’, una seductora combinación de
cócteles y comida ligera entre tumbonas, camas balinesas y
música en directo, principalmente electrónica. Estos han
dejado de funcionar como discotecas abiertas hasta del
amanecer debido a las recientes restricciones horarias
impuestas por el Ayuntamiento ante las quejas de los
vecinos por la musica. Debido al carácter festivo de la
zona se celebra todos los años en la Playa de Los Álamos,
el festival de música electrónica Los Álamos Beach
Festival, al que acuden DJ's de la talla de como Martin
Garrix, para 2.017, celebraron su tercera edición,
reuniendo alrededor de sesenta mil espectadores
provenientes de toda España y el extranjero. La zona
cuenta con muchos hoteles como el Hotel Puente Real o el
Parador del Club de Golf, que pertenece a la capital
malagueña.
La Colina.
Este barrio se halla sobre una colina en la zona este de
Torremolinos entre Los Álamos y El Pinar. Surgió a raíz de
la expansión que experimentó el municipio malagueño
durante el "boom" urbanístico de los años
60 y 70. El barrio alberga la torre La Colina, que se ha
convertido en un símbolo de la época del desarrollismo de
los años 60, además se trata del edificio más alto de
Torremolinos, y cuenta con 47 metros de altura y 15
plantas. El barrio en su conjunto, es una zona residencial
muy bien comunicada, ya que cuenta con una estación de
cercanías y acceso directo a la N-340 donde se encuentran
varias hoteles.
El Pinar.
Este barrio se halla al noreste de Torremolinos lindando
con límites de Churriana. Es una zona eminentemente
residencial sin muchos atractivos especiales, aunque con
una destacable vegetación. En la zona se encuentra el
Palacio de Congresos y Exposiciones de la Costa del Sol y
varios hoteles.
Playamar.
La zona de Playamar sigue a la playa del Bajondillo y su
vez linda con Los Álamos donde los límites son difusos. Al
igual que La Colina, Playamar se levantó durante los años
70, en ella se encuentran las conocidas Torres de
Playamar. Se levantaron en dos fases veintiuna torres de
quince plantas cada una, en total 945 apartamentos, con
una concentración de la edificabilidad encaminada a
liberar el espacio ajardinado que recuerda a los
rascacielos de las propuestas utópicas de Le Corbusier con
elementos verticales en el paisaje, encaminado a la
liberación del plano del suelo. A pesar de haber obtenido
la Placa de Oro al Mérito Turístico en 1.969, el conjunto
fue muy polémico en su época debido a su gran altura. En
la actualidad es un hito imprescindible en la comprensión
del fenómeno turístico de la Costa del Sol. En el paseo
marítimo se encuentran al igual que en las demás zonas del
municipio varios chiringuitos y merenderos que ofrecen su
oferta estrella, el espeto. En la misma zona se encuentra
el Hospital Marítimo de Torremolinos.
El Bajondillo.
Es uno de los barrios más típicos de Torremolinos, aquí se
encuentra la playa de El Bajondillo, que destaca por su
amplitud y se encuentra enclava entre la playa de Playamar
y la Punta de Torremolinos. Esta playa, la más céntrica
del municipio costasoleño, comunica con La Carihuela a
través de un singular saliente rocoso en cuya cúspide se
levanta el Castillo de Santa Clara, hoy ornamentado con
bellos jardines y plantas. Además de que en esta zona se
localiza una cantidad de los hoteles del municipio,
también es destacable su amplia oferta hostelera, que
permite al visitante degustar un buen aperitivo o un
almuerzo en cualquiera de sus numerosos restaurantes, en
los últimos años se ha convertido en una de las playas más
gay-friendly de la costa española. En esta misma zona se
encuentra la Casa de los Navajas que data de 1.925, y que
destaca por su estilo mudéjar. Otros dos elementos
distintivos son el barquito de pescadores en la Plaza de
las Comunidades Autónomas y la oficina de turismo.
El Centro.
El centro de Torremolinos se halla como su nombre indica
en la zona central de la ciudad un poco alejado de la
playa, limita al norte y oeste con el barrio del Calvario
y al sur con El Bajondillo y al este con la zona de
Playamar. En él se hallan gran parte de las calles
importantes del municipio como la conocidísima Calle San
Miguel con la Cuesta del Tajo que comunica con El
Bajondillo o la Avenida Isabel Manoja. Además alberga una
gran cantidad de plazas importantes como la Plaza de la
Independencia, la Plaza Costa del Sol o la Plaza de La
Nogalera, en esta última se encuentra el conjunto
urbanístico de La Nogalera, que se ha valido el nombre
de «la Chueca de Torremolinos», debido a la
amplia oferta de locales enfocados al público LGTB que se
encuentran. El Centro en su conjunto es una de las zonas
más visitadas del municipio y cuenta con una gran cantidad
de servicios y diversión nocturna.
El Calvario.
Este es junto al centro los barrios más antiguos de la
ciudad y se halla al noroeste del centro a partir de la
Avenida de Isabel Manoja. Dado que no ha soportado las
influencias turísticas tanto como los barrios de la playa,
tiene aún el estilo de pueblo tradicional de Torremolinos.
Entre los atractivos a ver encontramos la plaza de Plaza
Blas Infante, en honor a la independencia autonómica
andaluza donde hallamos el edificio del Ayuntamiento y La
Policía Local. Otro punto de interés es la Fuente de los
Manantiales que hay en el cruce de las Calle Europa y
Fernando de Prados que tiene agua del manantial.
La Carihuela.
El barrio de La Carihuela, se sitúa a orillas de una de
las playas más famosas y con mejores servicios de Málaga y
la Costa del Sol, la Playa de La Carihuela. En este barrio
que antiguamente fue donde estaban las casas de los
pescadores, además de la playa podemos destacar su
magnífico paseo marítimo en el que podemos encontrar
monumentos como el Monumento al Pescador en la Plaza de El
Remo, los famosos hoteles de los años 50 como Tropicana o
Pez Espada. Presenta una gran oferta gastronómica debido a
sus orígenes pesqueros y hotelera. Limita con la Punta de
Torremolinos y con Puerto Marina, que ya pertenece a
Benalmádena, a través del paseo Marítimo. Mención especial
merece las Fiestas de la Virgen del Carmen que se celebran
en torno a Julio.
Montemar.
Se trata de un barrio residencial entremezclado con La
Carihuela y en su parte alta contiene el Parque de la
Batería. Está compuesto por villas y mansiones construidas
durante los años 1.940, 1.950 y 1.960 principalmente. En
este barrio se situó uno de los primeros establecimientos
hoteleros de la ciudad, el Parador de Montemar, y pronto
se convirtió en el lugar de residencia o veraneo de
diversos personajes famosos. Por este motivo, Montemar
figura en varias novelas de escritores como James A.
Michener, Juan Goytisolo, William Peter McGivern, Sánchez
Dragó o Antonio Pereira.
El Pinillo.
El Pinillo es un barrio residencial que queda en la parte
norte de la ciudad limitando con Benalmádena y al sur con
La Carihuela. Se trata de la zona de expansión más
reciente de Torremolinos. También se halla un parque
empresarial.
14. Zonas Verdes
Las mayores zonas verdes de la ciudad son el Complejo Los
Manantiales de Torremolinos-Jardín Botánico Molino de Inca
y el parque de La Batería. El primero se encuentra donde
se ubican los nacimientos originales de los manantiales de
Torremolinos y concentra más de 150 palmeras de 50 tipos
diferentes, así como unos 300 árboles de 60 especies
distintas y unos 400 arbustos también variados. Junto al
jardín botánico se encuentra el Pinar de los Manantiales,
extenso bosque considerado el pulmón de la ciudad, donde
brotan los manantiales que le dan nombre. Está equipado
con barbacoas y mesas para la asistencia de público.
El parque de La Batería, situado en la zona de Montemar
Alto e inaugurado en 2.007, cuenta con un gran lago
central navegable, de 9.000 metros cuadrados de
superficie, así como con una torre mirador, de 15
metros, con ascensor, con vistas del litoral malagueño,
una red de senderos, una zona de ejercicio físico, una
parque de juegos infantiles de 650 m² de superficie, un
carril bici y una pista para correr. El recinto natural
cuenta además con más de 750 árboles, de más de 25
especies diferentes, así como con una abundante
vegetación floral. Está situado sobre unos terrenos que
en su día fueron baterías antiaéreas utilizadas durante
la Guerra Civil y contiene varios cañones y una zona de
pasadizos y búnkeres. Con una superficie aproximada de
74.000 m², el parque de La Batería, es la zona verde más
grande de Torremolinos, además de ser un auténtico
referente, desde su inauguración, en la Costa del Sol.
Cada año más de 500.000 personas visitan las
instalaciones de este recinto.
Como centros de ocio pueden citarse el parque acuático
Aqualand, inaugurado en 1.984, y el Crocodile Park, zoo
dedicado al cocodrilo y otros reptiles y anfibios.
15. Hotel Riu Costa del Sol
El Hotel Riu Costa del Sol, ubicado en
Torremolinos ofrece su exclusivo servicio
All Inclusive 24 H. Sus instalaciones están diseñadas para que disfrutes de
unas entretenidas vacaciones en familia o con amigos bajo el
cálido servicio de nuestro personal. Su ubicación es idónea,
pues se encuentra a 5 km del aeropuerto de Málaga y a 10 km de
la ciudad, convirtiéndose en un hotel ideal para descubrir el
encanto de Málaga. El hotel, ubicado a 50 metros de
la playa Bajondillo, cuenta con 621 cómodas habitaciones. Podrás relajarte en
el Spa, ponerte en forma en el Gimnasio o con el programa de Fitness RiuFit o refrescarte en sus 4 piscinas. Los más pequeños podrán disfrutar del programa
infantil RiuLand (niños de 4 - 7 años y 8 - 12 años), mientras que los adultos cuentan con el mejor entretenimiento
nocturno y diurno. Su oferta gastronómica, con tres restaurantes, te permitirá probar los mejores platos internacionales, andaluces e italianos.
Entrada al Hotel
Zona de Recepción
Habitación
Comedores
Gimnasio y Spa
16. Malaga (Historia) "Edad Antigua"
El primer asentamiento colonial data del año 800 a. C. y 500 a. C.
localizado en la desembocadura del río Guadalhorce, en una isla que
había en su estuario en un enclave conocido como cerro del Villar. En
el lugar donde se asienta la ciudad existía un poblamiento bástulo, en
base al cual los fenicios fundaron la colonia de Malaka, atraídos por
las buenas condiciones para el atraque en su puerto natural y la gran
cantidad de yacimientos de plata y cobre existentes. Tras un período
de dominación cartaginesa, Malaka pasó a formar parte de Roma. En la
época romana la ciudad de Málaga (en latín Malaca), alcanzó un
notable desarrollo. Dotada inicialmente de estatuto de municipio
federado, obtuvo el de municipio de derecho latino durante el siglo I,
tras la promulgación del «Edicto de Latinidad», para Hispania
por parte de Vespasiano y la promulgación por Domiciano de la lex
Flavia municipalis, que adaptaba las provisiones de las leyes
municipales promulgadas por Augusto a las peculiaridades de los
municipios de derecho latino de Hispania. La copia particular de
Málaga se denomina Lex Flavia Malacitana. A esta etapa pertenecen el
Teatro Romano, unas grandes Termas públicas y otras piezas
escultóricas conservadas en el Museo Arqueológico. La decadencia
romana dio paso a la dominación de los pueblos germanos, que sobre el
año 411 arrasaron las costas malagueñas. Con la intención de
reconstruir el Imperio romano, el emperador bizantino Justiniano I
conquista la ciudad entre los años 552 y 555 pasando a formar parte de
la provincia bizantina de Spania hasta el año 614 en que es tomada por
los visigodos al mando del rey Sisebuto.
17. Edad Media
Tras la conquista árabe realizada por el hijo de Musa, Abd al-Aziz,
Mālaqa (en árabe مالقة), se convirtió en una ciudad
floreciente rodeada por un recinto amurallado junto al que se
asentaban los barrios de comerciantes genoveses y las juderías. Málaga
llegó a ser capital de la taifa hammudí, así como de otros tres
efímeros reinos posteriormente. De esta época quedan trazas en el
centro histórico y en dos de sus principales monumentos: la Alcazaba y
el Castillo de Gibralfaro. Además, contaba con dos arrabales fuera de
las murallas El Perchel y la Victoria, un comercio que poseía un
discreto radio de acción con Marruecos y una clase media dedicada a la
artesanía y al comercio. En esta etapa vivió el filósofo y poeta judío
Ibn Gabirol. La toma de la ciudad por los Reyes Católicos en 1.487,
supuso un episodio sangriento en la guerra final contra el Reino
nazarí de Granada. El asedio de la ciudad fue uno de los más largos de
la Reconquista, duró seis meses y cortó el suministro de alimentos. La
ciudad se rindió el 18 de agosto, entrando los reyes triunfalmente el
día siguiente. La población fue castigada a la esclavitud o a pena de
muerte. También en el asedio a la ciudad, la reina Isabel la Católica
sufrió un intento de asesinato. En una de las mezquitas, actualmente
situada en la calle Granada, la reina Isabel mandó tapar el arco moro
de entrada, y mandó construir dos arcos cristianos a los lados,
convirtiendo esta mezquita en iglesia y apodándola: Santiago
Matamoros.
18. Edad Moderna
Bajo la influencia castellana, la ciudad comenzó a cambiar su trazado
urbano e inició la construcción de la catedral de Málaga, cuyo
arquitecto fue Diego de Siloé, sobre los cimientos de la mezquita
mayor. Las iglesias y conventos construidos fuera del recinto
amurallado empezaron a aglutinar población, dando lugar a la formación
de nuevos barrios extramuros como La Trinidad o Capuchinos. Del siglo
XV al XVIII, la ciudad entró en una época de inestabilidad, no solo
por las consecuencias que trajo consigo el levantamiento de los
moriscos y su posterior expulsión, sino también por las inundaciones
provocadas por el río Guadalmedina, que se vieron acompañadas de
varias malas cosechas sucesivas durante el siglo XVII, así como de
epidemias, terremotos, explosiones de molinos de pólvora y las levas
de soldados. Las Civitates consideraban a Málaga un emporio de
riqueza, debido a su enclave comercial privilegiado. Sus productos
agrícolas, en especial los vinos y las pasas, así como sus apreciadas
vasijas vidriadas atraían gran afluencia de mercaderes extranjeros de
distintas nacionalidades; Flandes, Inglaterra y Francia comerciaban
principalmente con madera, tejidos y trigo, llevándose a cabo un
importante intercambio de diferentes mercancías. El trato mercantil se
realizaba principalmente durante "la vendeja". Málaga, siendo
sede de la Capitanía General de la Costa y Reino de Granada, jugó un
papel esencial en la política exterior de los Borbones. Las armadas,
el abasto de los presidios norteafricanos y la defensa del
Mediterráneo se organizaban en la ciudad. Ello implicó un enorme gasto
en defensa: Fortificación del puerto, torres en el litoral y
regimientos de milicias. Además, la pérdida de Gibraltar en 1.704, a
manos de los británicos depositaba en Málaga una de las llaves del
Estrecho. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, se solucionarían
los crónicos problemas de abastecimiento de aguas que sufría Málaga
con la culminación de uno de los proyectos de ingeniería más
importantes llevados a cabo en España en esa centuria: el Acueducto de
San Telmo.
19. Siglo XIX
En los primeros años del siglo, Málaga tendría un papel protagonista
en la Guerra de la Independencia española; contribuiría decisivamente
a la primera victoria de un ejército europeo en campo abierto sobre
las tropas de Napoleón en la batalla de Bailén, con miles de
voluntarios y, a la cabeza de las tropas españolas, su Gobernador, el
general Teodoro Reding. En 1.810, las tropas napoleónicas penetraron
de nuevo en el Sur de España, siendo la ciudad ocupada hasta 1.812 y
teniendo que pagar cuantiosas contribuciones por haber sido la única
capital sureña que se sublevó contra ellas. Durante gran parte de la
centuria, Málaga fue una de las ciudades más levantiscas del país,
contribuyendo decisivamente al triunfo del liberalismo en España.
Tanta actividad revolucionaria le valieron el título «siempre
denodada» y la leyenda
«la primera en el peligro de la libertad». Fue una de las
primeras ciudades en la península que experimentó de forma plena la
Revolución Industrial, llegando a ser la primera ciudad industrial de
España, y a mantener después el segundo puesto tras Barcelona durante
años. Las actividades mercantiles también tuvieron un importante
incremento y de 1.860 a 1.865, las comunicaciones sufren una gran
revolución. En está época se desenvuelven las grandes familias
burguesas de Málaga, algunas de ellas con influencia en la política
nacional. Bajo la influencia de estos, Málaga gozaba de dos sectores
bien definidos, ambos enclavados fuera del centro de origen medieval:
en el extremo occidental el paisaje urbano que empezaba a configurarse
influenciado por la actividad industrial, mientras que en el otro
extremo de la ciudad empezaron a aparecer villas y hoteles. Con la
renuncia al trono de Amadeo de Saboya se producen grandes disturbios y
se declara el cantón de Málaga. La vida política malagueña durante el
sexenio democrático se caracterizó por un tono radical y extremista.
El republicanismo federal logró fuertes apoyos en las clases populares
y alentó insurrecciones que produjeron gran alarma entre los sectores
acomodados. La decadencia de la ciudad se inició a partir de 1.880. La
crisis hace cerrar las fundiciones malagueñas y vino acompañada por el
derrumbe la industria azucarera y la plaga de filoxera, que hundió al
viñedo malagueño. El abandono de estas fincas trajo consigo una fuerte
deforestación de las laderas, lo que causó un incremento de las
avenidas de agua, que provocó muchos desastres y muertos hasta bien
entrado el siglo XX.
20. Siglo XX
El comienzo del siglo XX. es un periodo de reajustes económicos en el
que se produce un progresivo desmantelamiento industrial y un errático
comportamiento de la actividad comercial. Todo ello, en el seno de una
sociedad atrasada y escasamente alfabetizada, en la que una ahora
débil oligarquía ejerce el control económico y político.
Conflictividad social, depresión económica y unas endebles estructuras
de gobierno, fueron los principales problemas que hicieron que el
republicanismo y los movimientos obreros reforzaran su presencia en la
ciudad. En 1.931, tras la proclamación de la Segunda República
Española, Málaga fue la ciudad española más afectada en los trágicos
sucesos provocados por los anticlericales y extremistas de izquierda,
entre los días 10 y 13 de mayo, conocidos como la quema de conventos.
En 1.933, salió de Málaga el primer diputado del Partido Comunista de
España, debido a esto y al gran número de militantes activos
relacionados con el socialismo, el anarquismo y el comunismo, durante
esta época Málaga era denominada «Málaga la Roja» a pesar de
los sectores liberales y conservadores de la ciudad, cuya presencia
también era numerosa. Tras el estallido de la Guerra Civil, la ciudad
permaneció bajo el control republicano hasta principios de 1.937,
cuando el ejército franquista, con la ayuda de los voluntarios
italianos y a las órdenes del general Queipo de Llano, lanzó una
ofensiva contra la ciudad que fue ocupada el día 7 de febrero. La
represión posterior fue una de las más duras y crueles de la guerra,
estimada en unos diecisiete mil fusilados, enterrados en fosas comunes
como las del cementerio de San Rafael. Durante la dictadura de
Francisco Franco, Málaga experimentó una fuerte expansión demográfica,
provocada por la inmigración desde diferentes puntos de la provincia
hacia la propia capital, y económica, motivada por el boom turístico
de la Costa del Sol. También se produjeron flujos migratorios hacia
otras zonas España y Europa Central. Durante el primer franquismo,
Málaga, era administrada por el gobernador civil, el alcalde, y el
presidente de la Diputación. Estos tres cargos eran los intermediarios
legales entre el general Franco y la provincia, siendo personas del
círculo de confianza del dictador que habían sido colocadas en dichos
puestos por él mismo. También existía cierta actividad del único
partido legal en ese momento conocido como Falange, dirigida por un
jefe provincial del Movimiento que normalmente solía ser la misma
persona que ocupaba el puesto de gobernador civil. No obstante, el
papel de Falange se reducía a un simple aparato burocrático que
apoyaba ideológicamente a Franco y intentando a su vez imitar al
partido Fascista Italiano. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial,
Falange entró en decadencia en detrimento de Acción Católica, siendo
el mismo Franco quien iría reduciendo progresivamente el papel del
partido en detrimento del apoyo prestado a la Iglesia católica que
adquiere ahora una legitimación importante. Con la monarquía
parlamentaria y la Constitución de 1.978, Málaga experimentó con el
nuevo siglo un desarrollo cultural y económico del sur español y del
Mediterráneo, siendo la ciudad con mayor actividad económica de toda
Andalucía.
21. Historia - Prehistoria - Paleolítico
Los primeros pobladores de Benalmádena de los que se tienen datos,
podemos situarlos en torno al período Solutrense del Paleolítico
Superior, hace aproximadamente 18.000 años. Durante este periodo, tuvo
lugar una auténtica explosión de asentamientos a lo largo de todo el
arco calizo mediterráneo andaluz, y en ocasiones, hacia zonas del
interior. No obstante, las recientes investigaciones efectuadas en la
Cueva del Bajondillo (Torremolinos, Málaga), documentan los
primeros momentos de ocupación de esta Cueva en el período Solutrense
del Paleolítico Medio. Teniendo como referente esta información,
podría especularse una cronología anterior para los primeros
pobladores de Benalmádena si tenemos en consideración la propuesta de
algunos investigadores acerca de la relación entre los diferentes
hábitats de cazadores-recolectores de la costa. Al margen de estas
reflexiones más que viables, se tienen suficientes elementos de juicio
para fechar las primeras manifestaciones artísticas en Benalmádena en
el Solutrense. De este período se tiene documentado la Cueva del Toro,
santuario con pinturas rupestres localizado en el Calamorro. El
Solutrense de los momentos iniciales es frío; la vegetación
predominante era la artemisia, el quercus y el pino
(pinus halepensis). En los últimos momentos de este período, el
clima se va suavizando, momento en el que se produce la máxima
expansión de grupos humanos por la bahía de Málaga. El homo Sapiens
Sapiens del Solutrense era depredador, se dedicaba a la caza y a la
recolección con una economía basada en la subsistencia.
22. Epipaleolítico
Con la llegada del noveno milenio, se culmina un proceso de cambios
iniciados en el Paleolítico. Es probable que la Cueva del Toro tuviera
una perduración hasta el Epipaleolítico, presentando así una secuencia
similar al del resto de la cuevas del litoral malagueño. Este período
de la prehistoria estaría caracterizado por el desarrollo de la
industria lítica microlaminar que hunde sus raíces en el
Magdaleniense. Desde el Paleolítico Superior se va gestando un cambio
en la organización social favorecido por los importantes cambios
climáticos, que van aumentando las temperaturas y transformando el
paisaje, favoreciendo la expansión de los bosques y una mayor variedad
en la flora y fauna. El sistema económico de estas comunidades sigue
siendo la depredación, basado en la caza y la recolección, la pesca y
el marisqueo. En torno al V milenio se va anunciando un nuevo período,
el neolítico, caracterizado por unas comunidades más complejas.
23. Neolítico
Con la llegada del neolítico se observa un cambio sustancial en el
poblamiento de todas las zonas litorales y prelitorales de la
provincia de Málaga. Se produce un aumento de los pobladores, hecho
que se traduce en un incremento del número de asentamientos
preferentemente cavernícolas, tanto como hábitat, como para el
desarrollo de actividades funerarias. En Benalmádena, la preferencia
de este tipo de hábitat es debido tanto a la tradición como a las
facilidades que ofrece la litología calcárea de la Serrezuela que
favorece la formación de cuevas. Durante este período, se observa aún
una dependencia de la depredación del medio, fundamentalmente dirigida
al marisqueo y a la pesca. La actividad cinegética continúa, aunque no
parece ocupar un papel fundamental, observándose un aumento
considerable de la ganadería y la agricultura. De las dimensiones,
número y distribución de los yacimientos neolíticos se determina la
existencia de una serie de pequeños núcleos familiares no muy
numerosos y unidos por líneas de parentesco. El ajuar de estos
pobladores es el de los grupos conocidos como “Cultura de las
Cuevas con Cerámica Decorada de Andalucía Oriental”. La
industria lítica documentada, es exclusivamente laminar y conduce a la
facies calcolítica que le sigue. En cuanto al material cerámico,
abundan las formas típicas “de saco” y recipientes globulares
propios para el almacenamiento y el consumo. El neolítico en
Benalmádena estaría representado por varias estaciones en cueva;
aunque no habría que descartar los asentamientos al aire libre como se
han observado en áreas vecinas. Entre los yacimientos más
representativos de Benalmádena, se encuentran la Cueva de los
Botijos, la Cueva de la Zorrera y la Cueva del Sahara.
24. Edad Antigua - Época prerromana
A partir del año 1.000 a.C. las comunidades asentadas en todo el
litoral malagueño, presentaban unos modos de vida muy similares a los
de la Edad del Cobre. Sin embargo, a partir de estos momentos, los
pobladores comienzan a tener cierta predilección por ocupar lugares
cercanos a los valles de los arroyos. Para los primeros momentos del
primer milenio, no se tienen datos acerca del poblamiento en la zona
de Benalmádena, pero sí de momentos algo posteriores. De
aproximadamente los siglos IX-VIII a.C. se localiza en la margen
izquierda del Arroyo de la Miel, un poblado conocido como Cerro de la
Era; sin lugar a dudas se trata de un yacimiento cuyo estudio ha sido
primordial para el conocimiento de este sector del litoral malagueño
en época prerromana. Su economía presenta evidencias del
aprovechamiento de los recursos agrícolas. Estos pobladores pudieron
proceder de grupos establecidos en las inmediaciones en época
anterior, que a su vez gravitaban en torno a lo que las fuentes
clásicas denominan “Tartessos”, formación social que tenía su
eje en las inmediaciones del Guadalquivir y que conformaban ya una
cierta unidad cultural. Probablemente, debían presentar estructuras
jerarquizadas y diferenciación social. A partir del siglo VIII a.C., en el litoral de las tierras
andaluzas se va producir la instalación estable de colonos fenicios,
procedentes de la ciudad de Tiro en la Bahía de Cádiz y en el área
oriental de la provincia de Málaga. Estos pobladores tenían
importantes intereses comerciales y se establecieron en la costa a
través de pactos con las comunidades indígenas para poder ocupar el
territorio, hecho que motivará una fusión de elementos culturales
entre ambas comunidades conocido como
"Período orientalizante”. Precisamente esta circunstancia se
ha podido constatar en las viviendas indígenas con influencias
fenicias del poblado de la Era de Benalmádena, y cuyo paralelo más
cercano se sitúa en el poblado fenicio de Cerro del Villar, junto a
la desembocadura del río Guadalhorce. A partir del siglo V a.C. se observa una reestructuración en el
litoral occidental, igualmente ejemplificados a través del poblado
de la Era, donde se abandonan definitivamente las antiguas viviendas y se construyen otras nuevas. En los
momentos precedentes a la conquista romana se mantienen los
asentamientos en zonas más o menos elevadas y estratégicas desde el
punto de vista defensivo como podemos corroborar en los poblados del
Cerro de la Era y Cerro de Capellanía.
25. Época romana
Tras la conquista romana se producirán una serie de transformaciones
políticas, sociales y económicas que incidirán en los modos de vida. A
través de los restos arqueológicos no se han constatado niveles de
destrucción de los poblados existentes, por lo que se infiere que la
conquista no se produce con importantes acciones militares sino más
bien con signos de plena integración. Con la caída de la República e
inicios del Imperio se implanta definitivamente el sistema de villae
como modelo de explotación de todo tipo de recursos, entre los que se
encuentran especialmente las cetariae o fábricas de salazones.
Benalmádena gozaba entonces de unas condiciones muy apropiadas para el
desarrollo de las actividades generadas del aprovechamiento de los
recursos marinos. Los últimos descubrimientos refuerzan la teoría del importante
papel que tuvo la costa en la explotación de sus riquezas pesqueras
durante la época romana. Estas explotaciones industriales vinculadas
a villas residenciales, habitadas por importantes propietarios,
siguen el modelo de las villae a mare de la península
itálica. Para el desarrollo de estas actividades industriales fueron
necesarias otras actividades complementarias, como la fabricación de
los envases contenedores, fundamentalmente ánforas para
26. Edad Media
Tras la expulsión de los bizantinos en el siglo VII, no se vuelve a
tener noticias del poblamiento en Benalmádena hasta época nazarí. El
hecho de que las fuentes escritas no hagan alusión a Benalmádena, no
implica necesariamente su inexistencia, sino más bien la escasa
importancia que tenía en el contexto general de al-Andalus. Habrá que
esperar al siglo XV, para que sea mencionada por las fuentes
cristianas. Se tiene constancia que Benalmádena, fue abundante en
hierro por lo que constituye un referente importante sobre la
presencia de la minería en esta zona. En este sentido, se podría
intuir que la población se ubicara, desde época emiral en torno a dos
focos principales: uno en las inmediaciones de las minas y otro en las
zonas más aptas para la explotación agrícola en la zona de Arroyo
Casablanca. La inexistencia de referencias acerca de la extracción del
mineral hace suponer que esta actividad dejó de realizarse por causas
aún desconocidas para centrarse fundamentalmente en la agricultura.
Así mismo, cobra importancia como lugar estratégico y función de vigía
y guarda de la costa en el paso entre Málaga y Mijas. En definitiva, como se menciona en los repartimientos, la
agricultura tuvo un papel importante en la economía; tuvieron
importancia los almendros, los granados, los olivos, las moreras,
algarrobales, alcornocales, higueras, albahacas, vides, palmas y
colmenares para producción de miel.
Gracias a las fuentes documentales se sabe que la fortaleza estaría
ubicada en la actual zona de la Ermita su almacenamiento y
transporte. Dentro de estos parámetros de carácter económico y
siguiendo unos patrones de asentamiento muy precisos, se localizan las
villae de Torremuelle, Benalroma y los Molinillos.
Considerando los itinerarios de las fuentes clásicas, la Benalmádena
romana quedaría emplazada entre Malaca y Suel. De las interpretaciones
que se desprenden de los análisis de estos yacimientos, podrían
ponerse en relación las actividades económicas aquí desarrolladas con
las implantadas en cercanos yacimientos costeros de Torreblanca del
Sol y El Secretario en Fuengirola.
A partir del siglo III, se acentuará en todo el territorio ocupado por
el Imperio Romano una crisis en el sistema de producción que tendrá
una especial trascendencia en el ámbito económico; en este contexto,
aunque en menor escala, en Benalmádena, continuarán desarrollándose
actividades industriales hasta finales del siglo V; no obstante, esta
situación de crisis no viene determinada por el cese de las
actividades industriales, sino más bien por una transformación en los
modo de vida, ahora mucho más sobrios, atestiguado por las
características de los restos arqueológicos de estos momentos.
Entre los siglos VI y VII, la franja costera entre Cádiz y Cartagena
pasa a formar parte del imperio bizantino, de la que la ciudad de
Málaga era el núcleo más importante de la costa malagueña. Los
bizantinos son expulsados por los visigodos a principios del siglo
VII, produciéndose un abandono generalizado de los asentamientos
costeros a favor de los enclaves interiores; hecho que queda
sobradamente constatado en Benalmádena con el despoblamiento y
abandono de los enclaves costeros en época tardo-antigua. y los
Jardines del Muro; un enclave privilegiado y estratégico que domina
visualmente toda la costa.
Los caminos de Málaga y Mijas serían las vías principales desde la
villa, aunque también existían otros caminos como el que llevaba hasta
Fuengirola y el mar. Tras la reconquista, Benalmádena estaba
constituida por casas que fueron repartidas entre los repobladores; la
calle principal sería la calle Real o calle Mayor que
longitudinalmente atravesaba la villa hacia la fortaleza. La mezquita
era de pequeño tamaño y estaba adosada a la muralla; fue donada en los
Repartimientos a Bartolomé Gonçales el Amo; esta mezquita no fue
reutilizada como iglesia, sino que se construyó una de nueva planta;
hecho poco frecuente, ya que habitualmente se solía construir el
templo cristiano sobre la mezquita como gesto triunfal sobre el
islam.
“El cementerio debía estar fuera del recinto amurallado junto a una
de las
puertas posiblemente la situada al sudeste de la misma, en los
márgenes de uno de los caminos que partían de la villa”. Al norte de la villa, se situaba el ejido, donde solían
establecerse las eras y los ganados.
Aldea Vieja, es una zona ubicada en el curso alto de Arroyo Casablanca
que abarca un amplio período cronológico, desde la época emiral hasta
la nazarí, coincidiendo al menos con las referencias documentales de
los últimos momentos de ocupación: fue entregada a la vecindad y
“podría tratarse de un asentamiento donde existiría una población
mudéjar, dependiente administrativamente de Benalmádena, a la que se
le permitiría permanecer en sus hogares para poner en explotación
distintas tierras sin cultivar”. Este hecho sería factible ya que, cuando Fernando el Católico
conquista Fuengirola
“dejó los moros allí por mudéjares en sus faciendas”.
A finales del siglo XII nace en la provincia de Málaga Ibn al-Baitar,
(se especula que nace en Benalmádena), uno de los más
importantes botánicos y farmacólogos de la Edad Media.
27. Edad Moderna
En el año 1.456, el ejército del rey Enrique IV de Castilla parte
desde Antequera y llega a los puertos de Málaga. Desde ella continúa
con su campaña destruyendo todo lo que encuentra a su paso. Durante el
trayecto, incendian y asuelan la villa de Benalmádena que queda
desamparada; los moros se refugian en la Sierra; pero una vez pasado
este vendaval de los cristianos, los moros vuelven al lugar y
reconstruyen la villa, sus casas, acequias y pozos. No se vuelve a
tener noticias de Benalmádena hasta la primavera de 1.485, cuando una
vez conquistada Marbella, y en el trayecto de nuevo hacia Málaga, se
produce una nueva destrucción de la villa a manos del rey Fernando II
de Aragón, quién ordena derribar la fortaleza de Benalmádena debido al
peligro que entrañaba la villa. Según fuentes indirectas, el pueblo
quedó totalmente arrasado y yermo; y, parte de la población musulmana
tiene que huir a Málaga. Benalmádena, queda desierta y despoblada durante varios años. El
rey Fernando inicia así la labor repobladora; en 1.491, encarga al
escribano Alonso Palmero su repoblación con treinta cristianos
viejos y sus familias, de los que él mismo será el alcaide bajo
ciertas condiciones, entre las que se incluía la defensa de la villa
y la reparación del castillo caído así como la construcción de
nuevos elementos como torreones, puertas y adarves para el
castillo. La repoblación no se llevará a cabo de manera fructífera
hasta la intervención del Secretario Real Hernando de Zafra,
encargado de hacer un nuevo reclutamiento.
La situación de inestabilidad motivadas por las incursiones de
musulmanes y piratas a través de las calas abrigadas que facilitaban
el desembarco y causaban la inseguridad de la población, fue constante
durante el reinado de Carlos I, y se prolongaría, aunque en menor
medida, durante todo el siglo XVI. Para evitar estas incursiones por
la costa, los reyes organizan el sistema de defensa. Para ello se
reparan las torres vigías existentes, Torre Bermeja y Torre Quebrada,
que formaron parte de la defensa del reino nazarí y se construye otra
nueva, Torre del Muelle. La función principal de estas torres
consistía en dar aviso ante la presencia de las incursiones enemigas
por la costa para que las guarniciones de Fuengirola, Mijas y Málaga
acudieran para evitarlas.
La repoblación durante el reinado de Carlos I no fue tarea fácil, sin
embargo, a partir de 1.560, los ataques berberiscos irán decreciendo y
la vida de los benalmadenses se irá normalizando; se intensificará el
comercio y se sembrarán los campos sin temor a ser capturados por los
enemigos.
En el siglo XVII, la provincia de Málaga, sufrió epidemias, sequías, y
calamidades como un maremoto, un terremoto (1.680), así como
el cierre del puerto a los barcos ingleses (1.673), que
paralizó la venta de productos agrícolas de exportación. No obstante,
todas estas dificultades que hicieron estragos en la población y las
cosechas, pusieron a prueba la capacidad de resistencia de
Benalmádena, que continuó con una economía de base agraria. En el
tercer cuarto del siglo XVII, la economía benalmadense irá creciendo
lentamente con la expansión de la vitivinicultura
(sobre todo de la pasa), los higos, los almendros y la
batata. Durante este siglo, cobró gran protagonismo la familia Zurita
Zambrana, propietaria del cortijo de Arroyo de la Miel que fue
adquirido en una venta mediante censo por el obispado
malagueño. En la segunda mitad del siglo XVIII, los hermanos Gálvez se afanan
en elevar la industria, la agricultura y el comercio de Málaga. Con
la aprobación del rey Carlos III, consiguen la instalación de una
Real Fábrica de naipes en Macharaviaya, su pueblo natal. Un
especialista genovés, Félix Solesio, se asentará en Arroyo de la
Miel, lugar propicio por sus manantiales para la instalación de
molinos para fabricación de papel necesaria para la Real Fábrica de
naipes, que tendrá como destino el mercado con América. Actualmente
quedan en pie algunos restos de este complejo papelero en el
denominado edificio la Tribuna, situado junto a la Plaza de España,
en el mismo centro de Arroyo de la Miel.
28. Edad Contemporánea
En el siglo XIX se vislumbra un despegue de la actividad económica de
Benalmádena, no sólo en el sector agrario, sino además en el sector
industrial, especialmente en la fabricación de papel, que tuvo una
importante repercusión en los cambios de mentalidad colectiva. A
partir de entonces, aumentan las transacciones y la venta de
propiedades para liquidar préstamos solicitados para la consecución de
medios de vida distintos como la apertura de establecimientos de toda
clase de géneros.
Se tiene constancia de varios batanes de papel de estraza y molinos
harineros que podrán arrendarse. La actividad de estos molinos y el
aumento de la superficie de tierras para riego como consecuencia de
una mayor demanda de productos agrícolas disminuyen considerablemente
las posibilidades de agua, hecho que provocan enfrentamientos ente
fabricantes y agricultores e incluso entre ellos mismos. La industria
papelera se desarrolla paralelamente en la provincia de Málaga. Las
fábricas de Solesio en Arroyo de la Miel consiguen funcionar durante
más tiempo. El viajero inglés William Jacob en 1.809, describe la
riqueza y belleza de Benalmádena con un arroyo que mueve molinos
harineros y papeleros. Sin embargo, Madoz, en 1.840, describe Arroyo
de la Miel como un lugar ruinoso con fábricas de papel casi
irreversibles por falta de agua y en parte abandonadas por las
hipotecas de consideración.
Los vecinos de Benalmádena con posibilidades económicas, no dudan en
invertir en actividades industriales con la intención de
rentabilizarlas. En este sentido, la villa va a estar en continuo
movimiento, con sus fábricas de papel, molinos harineros, canteras,
producción de esparto, etc. Asimismo se construyen puentes, caminos,
acequias, bancales y se explotan las tierras con plantaciones de cepas
que producen pasas moscatel, esparto, batatas, anises, vinos, etc.
A mediados del siglo XIX llegan inversores a Benalmádena buscando
tierras apropiadas para la vid. La población aumenta considerablemente
con la llegada de estos nuevos inversionistas que arriendan las
tierras y atraen a un número importante de jornaleros. La destrucción
de las viñas por la plaga de la filoxera en el último cuarto del siglo
XX, hice estragos en toda la provincia de Málaga. El paro, el hambre y
esta plaga unidas a epidemias de paludismo, tifus y cólera se ceban
con Benalmádena; las defunciones y las emigraciones harán decrecer la
población y la dejan extenuada hasta 1.950.
El gran auge demográfico del municipio se produce a partir de los años
cincuenta y sesenta con el nacimiento y desarrollo de la actividad
turística en la costa española.
29. Patrimonio y monumentos
Cuevas, la Cueva del Toro es el yacimiento más importante de la Prehistoria
en el municipio desde que fuera descubierta en 1.969. Fue ocupada y
utilizada como santuario hace unos 18.000 años en el Paleolítico
Superior. En ella se pueden encontrar pinturas rupestres destacando la
que representa a un bóvido acéfalo. Se encuentra en el Monte
Calamorro. El municipio cuenta con otras cuevas más recientes, del
período neolítico, la Cueva de los Botijos, la Cueva de la Zorrera y
la Cueva del Sahara, cuyos restos están expuestos en el museo
arqueológico de Benalmádena.
Yacimientos arqueológicos. son varios los yacimientos de la Edad Antigua que se pueden
encontrar en Benalmádena. Entre los más destacables se encuentra el
yacimiento indígena con influencias fenicias del Cerro de la Era;
Desde el siglo II a. C., los romanos estuvieron presentes en el
municipio destacando de éstos varias villas dedicadas a la explotación
de los recursos marinos (factorías de garum), como el
denominado yacimiento de Benalroma, o el de Torremuelle; uno de los
yacimientos más interesantes es el de Los Molinillos, asentamiento
dedicado a la producción de aceite durante el Alto Imperio romano y de
salazones a partir del siglo III d.c.
Torres vigías. son tres las torres vigías que se encuentran dentro del
municipio: la Torremuelle, la Torre Quebrada y la Torre Bermeja.
Algunas de ellas forman parte del sistema de fortificaciones
construido en la costa de Andalucía Oriental como sistema defensivo
del Reino nazarí de Granada, y luego restauradas o construidas de
nuevo durante la repoblación cristiana para proteger la costa
mediterránea española de las incursiones de los piratas berberiscos. A
lo largo de los siglos han sufrido deterioros
(y reconstrucciones), por culpa del paso del tiempo y de la
acción de terremotos.
Edificio la Tribuna. El origen del núcleo urbano de Arroyo de la Miel, se sitúa en
el siglo XVIII, cuando Félix Solesio construye allí algunos molinos y
viviendas para albergar a los trabajadores de las factorías papeleras.
De esta época se conserva la propia configuración de la plaza y un
arco de piedra que corona su entrada. Tras una profunda reforma es
posible apreciar un edificio de la antigua factoría conocido como La
Tribuna así como la escultura de homenaje a Felix Solesio.
Pecio Isabella. La historia de esta embarcación, llamada también Pecio de los
Santos, ha sido imprecisa desde su descubrimiento en 1.961. Sin
embargo, las investigaciones llevadas a cabo a partir de 2.002, han
sido determinantes para conocer la historia real del pecio, catalogado
como Bien de Interés Cultural.
Castillo de El Bil Bil. este edificio construido en la avenida Antonio Machado durante
la Segunda República Española, es uno de los referentes del municipio
de Benalmádena.
La Niña de Benalmádena. es uno de los iconos de la ciudad y se encuentra en el centro
de una fuente en la Plaza de España de Benalmádena Pueblo. Se trata de
una escultura en bronce realizada por Jaime Pimentel.
Ventorrillo de la Perra. es una venta construida en el siglo XVIII. Fue reconstruida en
1.972, y es actualmente un restaurante especializado en cocina
tradicional española, carnes de caza y pescado, que mantiene el
ambiente de la época de Carlos III.
Castillo de Colomares. monumento en homenaje a Cristóbal Colón y al descubrimiento de
América construido por el Doctor Esteban Martín y Martín entre 1.987 y
1.994. En él se pueden observar varios estilos arquitectónicos y
distintos materiales, su interior destaca por sus vidrieras.
Anteriormente era escenario del espectáculo de aves rapaces que hoy se
desarrolla en la cumbre del Monte Calamorro.
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