Talavera de la Reina
Talavera de la Reina, provincia de Toledo, Comunidad de Castilla- La
Mancha. Situada al Norte de la Comunidad Autónoma, Talavera de la Reina,
se extiende por la margen derecha del Río Tajo, a unos 4 kilómetros al
Oeste de la desembocadura del Río Alberche, que también se encuentra
dentro del término municipal. Talavera de la Reina, es el centro de un
área funcional urbana ubicada en el Occidente de la Provincia de Toledo,
es el municipio más poblado de la Provincia, y el segundo más poblado de
la Comunidad Autónoma. Se encuentra integrada dentro de la Ley de Medidas
para la Modernización del Gobierno Local, más conocida como Ley de Grandes
Ciudades de España. Entre las fiestas celebradas en la ciudad destaca la
de Las Mondas, pervivencia Cristianizada de la fiesta primaveral Romana en
la que se rendía culto a Ceres, Diosa de la Agricultura. El añadido al
nombre de la Reina, se remonta al 24 de Junio de 1.328, fecha en la que el
Rey Alfonso XI de Castilla, a los diecisiete años de edad contrajo
matrimonio con su prima de quince años, María de Portugal y le regaló
entre otras cosas esta ciudad.
Alfonso XI de Castilla.
Durante el período de la Segunda República esta denominación "de la
Reina", se modificó y pasó a apellidarse "del Tajo". Su elemento más
característico es el Río Tajo, barrera geográfica que en el pasado solo
podía ser salvada en escasos lugares. En uno de ellos se levantó la
fortificación defensiva que supuso el origen de lo que actualmente es su
espacio urbano.
Indice
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Historia
Talavera de la Reina, en el tiempo, aparece con nombre propio en el año
181 a. de C. en los escritos del historiador Romano Tito Livio, en los
cuales relata la batalla, entre Romanos y Carpetanos, que se dio en
Aebura, primer nombre. de Talavera. ¿Quién fue el fundador de Talavera?.
Cuenta la leyenda que Dios, irritado por la maldad de los hombres, envió
el Diluvio Universal. Noé fue el único que se salvó, con su mujer, sus
hijos y muchos animales de todas las especies. Amainadas las lluvias que
anegaron la tierra, los hombres quisieron desafiar a su creador y
construyeron una inmensa torre que llegara al cielo, la Torre de Babel. En
castigo a su pretensión Dios envió la confusión de lenguas, los hombres no
se entendían y tuvieron que dispersarse por la tierra. De este modo se
dispersaron los hijos de Noé. Uno de estos hijos llegó a España. Se
llamaba Tubal. Y Tubal a su vez, engendró a Brigo, que fue Rey de ciertos
Territorios de la Península Ibérica a los que puso nombre. Brigo, por
tanto era hijo de Tubal y nieto de Noé. Y a él se debe la fundación de
Talavera y su primer nombre - Caesarobriga. La toponimia de Talavera va
cambiando acorde con las dominaciones Romanas, Caesarobriga, en los Siglos
III y IV después de Cristo, fue ciudad agrícola y ganadera en la que se
rendía culto a la Diosa Romana del Trigo
"Ceres", con presencia de Villas Romanas como la de Sancedo en
Talavera la Nueva y la del primer ceramista talaverano conocido, Calvinus,
que producía vasos decorados de figuras o marcas Hispánicas. De Talavera
Visigoda, Élbora o ébora, destacan el regalo que Liuva II hizo a Talavera
de una imagen de la Virgen del Prado en el año 602, así
como que la fiesta en honor de la diosa Ceres, las
populares y ancestrales Mondas, se cristianizaron y el cortejo se
encaminó desde entonces hasta nuestros días en alabanza a la Virgen
del Prado. La Fiesta de las Mondas, declarada de Interés Turístico Nacional, tiene
lugar cada año durante la Semana de Pascua, con estas fiestas los
talaveranos celebran las cosechas del año en esta comarca agrícola y
ganadera, cruzada por cañadas. La Talavera musulmana "Talabayra" desde el
verano del año 713 hasta la conquista por Alfonso VI en el año 1.083,
conoce el crecimiento y engrandecimiento con la construcción del primer
recinto amurallado de los tres con que ha contado Talavera, se
caracterizaba por tener adosadas 16 Torres Albarranas, baluarte defensivo
fortificado a la vez que atalaya, y figura central en el campo del Escudo
de Talavera. A la dominación musulmana se debe igualmente el Alcázar,
Palacio que fue de Doña María de Portugal, que al contraer matrimonio con
Don Alfonso XI en el año 1.328, recibió del Monarca el dominio de la
ciudad que desde entonces pasa a denominarse Talavera de la Reina. Es en
el año 1.369 cuando Talavera pasará a pertenecer al Arzobispado de Toledo,
Enrique II, dio Talavera al Arzobispo Gómez Manrique a cambio de la Villa
de Alcázar. Pervive parte del segundo recinto de la muralla, que arranca
en la calle de Carnicerías, y junto a ella está la Puerta de Sevilla "
abierta en el muro por el Cardenal Quiroga, en el año 1.579 para facilitar
la entrada de mercaderes, ante la insuficiencia de la Puerta del Río
",
Puerta de Sevilla.
El Torreón de Zamora y los restos de la Plaza de San Miguel. El antiguo
Puente Romano, el Puente Viejo, fue destruido por los árabes en su huida
de Talavera y mandado reconstruir por el Arzobispo Don Pedro González de
Mendoza en el año 1.483, aprovechando algunas cepas romanas y construyendo
en ese mismo estilo, motivo por el cual es aún conocido como el Puente
Romano.
El Puente Viejo, de origen romano fue destruido por los árabes al huir de
Talavera, pero su reconstrucción a partir de algunas cepas romanas se
realizó en este estilo, consiguiendo tal perfección que siempre se le ha
conocido como el Puente Romano.
En el Siglo XIII, el Rey Alfonso X el Sabio concedió a Talavera el
privilegio de que se hicieran " cambios de ganado, y se ponga justo precio
y que todos los que concurran a estos tratos sean amparados por el Concejo
"
El hijo y sucesor de Alfonso X, Sancho IV, otorgó a Talavera en el año
1.294, por Privilegio Real, cuyo interesante e histórico documento se
conserva en el Archivo Municipal " que hayan Feria en Talavera aquí
adelante para siempre " lo que dio paso a la creación de la Alhóndiga,
Casa Pública para la compraventa de mercaderías y alrededor de la cual se
establecieron posadas, comercios y puestos para el trato que desde
entonces han dado carácter a la ciudad. En los últimos años del Siglo XIX,
el auge de las ferias con el trasiego de gentes y ganados que acudían por
Mayo y Septiembre, ensanchan los límites de la ciudad y aparecen nuevos
barrios.
Sancho IV.
A este gran desarrollo contribuyó la línea de ferrocarril Madrid -
Talavera - Cáceres - Portugal. En la actualidad, el Mercado Nacional de
Ganado, situado en el kilómetro 123 de la Autovía E-90 e inaugurado por
S.M. el Rey D. Juan Carlos I en el año 1.994, desarrolla sus actividades
con las tecnologías y servicios de máxima calidad que le han permitido
integrarse en la Red Europea de Mercados. Durante los Siglos XV y XVI
experimentaron las Ferias de Talavera un gran auge, coincidiendo con el
nacimiento y actividad de algunos de sus más ilustres vecinos, como
Fernando de Rojas "autor inmortal de la obra cumbre del Teatro Español -
Comedia de Calisto y Melibea, es decir, La Celestina", miembro durante
muchos años del Concejo y aún Alcalde Mayor que llegó a ser de
Talavera. Fray Hernando de Talavera, confesor y consejero Real, que en el
año 1.487 preside la "Junta de Salamanca", para analizar los Proyectos de
Colón. El gran músico Francisco de Peñalosa. El ilustre Jurista Fray
García de Loaysa y la insigne figura del Padre Juan de Mariana, Cronista
Real de Felipe IV e inmortal historiador, cuya figura puede apreciarse
junto al actual ayuntamiento en la obra del escultor Eugenio Duque.
Junto a la reafirmación de Talavera como Centro Comercial y Ferial, en el
Siglo XVI, los alfares talaveranos, coincidiendo con la llegada a la
ciudad de Jan Floris para realizar la azulejería del Alcázar de Madrid en
el año 1.562, inician la que en el Siglo XVII será la Edad de Oro de la
cerámica de Talavera, ciudad que por la cantidad, calidad y variedad de su
producción cerámica comenzó a ser conocida como la Ciudad de la Cerámica,
y sus piezas solicitadas desde dentro y fuera de la Corona de España.
Durante los Siglos siguientes Talavera reafirmó su papel como Centro
Comercial y sus Ferias siguieron ganando en importancia. Por otra parte,
en el Siglo XVI, comenzarán a tomar nombre propio los alfares talaveranos
y su producción creció en cantidad y calidad durante los siguientes
Siglos. La creación en el año 1.748, de la Real Fábrica de Seda es otro de
los hitos que acrecentaron el carácter industrial y la riqueza de la
ciudad. La elaboración cerámica, así como todas las actividades cotidianas
de la vida de Talavera se vieron afectadas por su participación en la
Guerra de la Independencia frente a los ejércitos Napoleónicos. En sus
tierras tuvo lugar el 28 de Julio de 1.809, la Batalla de Talavera, en las
que el General Cuesta y Welliongton vencieron a los Franceses.
Talavera de la Reina 1.808 - 1.814
Un lugar en la historia, pretende ser un referente que dé a
conocer las transformaciones políticas, sociales y culturales que vivió
Talavera de la Reina durante los años de ocupación del ejército
Napoleónico. La muestra está planteada con contenido local, aunque
siempre con ejemplos y detalles de dimensión regional. La exposición se
desarrolla en varios ejes principales, como la sociedad Talaverana de
1.800, que pretende ofrecer un retrato de la localidad en los años
inmediatamente anteriores al conflicto, Talavera durante 1.808 - 1.814,
donde se abordan la guerra y los cambios políticos, sociales y
culturales que sacudieron Talavera en esos años.
Con posterioridad, la actividad de la cerámica de Talavera resurgió en el
primer tercio de este Siglo de la mano de un ilustre ceramista y su
taller, Juan Ruiz de Luna, el que junto a otros maestros artesanos,
elevaron la calidad técnica y artística de la cerámica Talaverana y
Española, mediante el conocimiento, estudio y experimentación de los
materiales y técnicas, tanto tradicionales como de su tiempo. Las
actividades artesanales, y muy singularmente la cerámica, continúan
formando parte de la vida de talleres actuales, en los que el buen hacer
ceramista sigue siendo la imagen y marca de Talavera. Artesanías
destacadas también son el trabajo del cuero por guarnicioneros, la
elaboración de muebles y la talla de madera, entre otras labores
artesanales que siguen realizándose con gran maestría. El toro bravo,
especialmente vinculado a la ciudad y sus habitantes, así como, las
Fiestas de los Toros. Talavera con una tradición taurina tan manifiesta,
que ha quedado impresa en su Escudo de Armas, con dos toros flanqueando el
arco de la Torre Albarrana, como símbolo de la relación intensa desde
siempre con los toros, y por supuesto, con las fiestas que hasta la
actualidad han convertido a Talavera en una Plaza Histórica de la
Tauromaquia, por la que han pasado y pasan todas las figuras del toreo.
Plaza de Toros.
Se cuenta que cierto pretor del Imperio Romano, siguiendo la vieja
costumbre de erigir monumentos para conmemorar las victorias, celebró su
entrada en Talavera de la Reina levantando en la zona del Casar la figura
de dos toros junto a una torre. Al parecer, la torre que aparece en
nuestro escudo representa las numerosas torres albarranas que llenaban
nuestra ciudad, y los dos toros costumbre no es ninguna superstición, al
contrario, se basa en un razonamiento muy astuto, pues los bueyes buscan
siempre el terreno menos dificultoso " sobre todo en los ascensos ". La
fórmula de ingeniería quedó simbolizada para siempre en el escudo
talaverano, pues también se empleó para delimitar el término de nuestra
ciudad. Existe una leyenda totalmente inventada que da otra explicación a
los símbolos de nuestro escudo. Al parecer, este buey y esta vaca eran los
únicos animales que quedaban tras el recinto amurallado donde los
talaveranos resisten cierto asedio. Los días pasaban y las dos reses cada
vez se hallaban más cerca de servir de almuerzo a los asediados. Cuando el
hambre se hizo insoportable y ya acudían los talaveranos con el cuchillo a
dar el tajo a las pobres bestias, se les ocurrió una idea, abrieron la
puerta del recinto y las dejaron libres. Por esta señal los enemigos
entendieron que a los talaveranos nos sobraba el alimento, y viendono son
toros, sino un buey y una vaca, y simbolizan una costumbre romana muy
curiosa que consiste en dejar sueltos a estos animales enganchados a una
vertedera. El surco que trazaban al andar era seguido después por los
ingenieros romanos para empedrar sobre él un camino. Dicha que el
asedio podría alargarse indefinidamente, desistieron de su intento y se
marcharon, pues los enemigos tampoco andaban muy holgados de provisiones.
El escudo, pues, reflejaba el momento en que las reses salen de las
murallas y dan la victoria a los talaveranos.
Entrada a los Jardines del Prado
Como extensión a la Basílica se encuentran a su alrededor los
Jardines del Prado, protegidos como bien de Interés Cultural, como
asimismo están protegidas las edificaciones auxiliares de su interior como
fuentes, aseos, jaulas, escaleras, bancos o templete. Paseando por los
jardines tenemos la sensación de hacerlo por un Museo, ya que a cada paso
encontramos todo un repertorio de la muestra de la cerámica talaverana,
muchas de las obras realizadas por Ruiz de Luna, como la Fuente de las
Ranas, el Temple de la Música o las Hornacinas Laterales " antiguas
Bibliotecas Populares ".
Vista de la Basílica del Prado desde uno de los Puentes.
Templete de Música
En su techo están representados los instrumentos musicales más
representativos de las orquestas.
La Casa de los Patos
Pequeño edificio con un estanque al frente donde viven numerosos patos que
dan nombre a la construcción. Todo a su alrededor con vistosos azulejos
inspirados en las antiguas series toledanas como las Ferronerías, Serie
Azul o Serie Polícromada. Además repartidas por todo el recinto pequeñas
esculturas de cerámica de animales, todo obra del Centro Cerámico de
Talavera.
Hornacinas Laterales
Los jardines fueron construidos en el Siglo XIX con el fin de conducir a
los fieles por un paseo hacia la Ermita del Prado. Su diseño se realizó en
el año 1.864 y ha sido reformado y restaurado en varias ocasiones. Su
decoración y trazado fueron diseñados siguiendo a la moda Francesa, con
influencias Europeas y del jardín Islámico, además de la decoración en
cerámica tiene otra en ladrillo de tradición Mudéjar.
Basílica de Nuestra Señora del Prado.
Banco corrido decorado con escenas de Tauromaquia
Frente a la Plaza de Toros y a lo largo del recorrido del parque hacia el
oeste, nos encontramos con una serie de reproducciones en cerámica de los
famosos grabados que Goya realizó sobre la Tauromaquia. Se dice que el
propio Goya, en su juventud y para pagarse un viaje a Italia, trabajó como
torero, lo cierto es que demostró su afición y sus conocimientos sobre el
tema con esta serie de aguafuertes. La serie consta de dos partes, una que
realizó en el año 1.816 con 33 láminas, con las que se ilustró " El origen
de la fiesta de los toros " y otra más corta de 7 láminas en el año 1.876
con la actuación de los toreros más famosos de la época " Pedro Romero,
Pepe Illo, el Moro Gazul, Rendón, Fernando del Toro, etc...
El Parque de la Alameda
En el año 1.982, se amplió y se añadió al perímetro de los Jardines del
Prado, un pequeño terreno, La Alameda, jardín construido al estilo Inglés,
con un lago central y dos puentes totalmente recubiertos de cerámica
tradicional talaverana. En origen era un bosquecillo de olmos pero debido
a una enfermedad en los troncos en los años 80, se decidió talarlos y
crear un parque al estilo Inglés, como prolongación de los Jardines del
Prado. A su lado se construyeron también una Piscina Municipal y un
Polideportivo.
Los bancos forrados con placas de cerámica
Desde la entrada del parque hasta la Jaula de los Pájaros, todos los
respaldos de los bancos corridos de la parte derecha están decorados con
placas de cerámicas, en tono sepia, con el tema de arquitecturas de la
ciudad de Talavera. Iglesias, conventos, casas, puentes, las viejas
murallas etc...
Recintos Amurallados y el Alcázar
Por encima de esa muralla que hunde sus cimientos en las aguas del río
Tajo, entre el puente romano y el metálico, discurre la Ronda del Cañillo.
Dichas murallas, desgraciadamente, sepultadas bajo millares de toneladas
de escombros, desaparecieron para ganar terreno al río y ensanchar dicha
vía. La ciudad de Talavera estuvo rodeada por tres recintos amurallados,
cuyo origen debe buscarse en las necesidades defensivas de la población,
ante las invasiones que se iniciaron con los musulmanes. El primer recinto
tiene forma semicircular, es el más antiguo pero el mejor conservado, sin
duda debido a la calidad de la construcción. Fue mandado construir, lo
mismo que el Alcázar, por Adberrahaman III en el año 937. La muralla
partía del alcázar, continuando por diversas calles "Ronda del Cañillo,
Calle Lechuga, Calle del Charcón, Corredera del Cristo, Plaza del Reloj,
Calle Carnicerías", llegaba al río Tajo, para volver al alcázar. La
muralla romana había sido construida en época Califal. Aprovecharon
algunos lienzos de la muralla romana y, como nota particular, a sus
almenas y cubos se unieron 16 torres albarranas, torres salientes que
hacían casi imposible la toma de la ciudad por la fuerza. Las torres
albarranas imitan las fortalezas almohade, hoy se conservan doce. En un
principio se abrían al exterior a través de varias puertas, Mérida o San
Clemente en la parte occidental, la del Río en la meridional, San Pedro en
el norte que comunicaba con la Plaza del Reloj.
Arco de Zamora
El antiguo arco de Zamora que había a la salida de la calle Mesones.
Puede verse en la foto la Iglesia de Santiago y la antigua torre del
Reloj.
En el siglo XVII existían además, la de Pescaderías, y la Puerta Nueva
abierta al final de la Corredera. El centro de este recinto se hallaba en
la Plaza del Pan. La gran concentración de edificios religiosos y palacios
de hidalgos, hacen de ella la zona residencial por excelencia.
El segundo recinto se construyó en el siglo XII, construido para dar
protección a los castellanos y francos que vinieron con Alfonso VI, en el
que se hallan los Arrabales Mayores o Nuevos. Comenzaba en la Ronda del
Cañillo y terminaba en la Puerta de Mérida, en la calle de San Clemente.
En la actualidad se encuentran en estado ruinoso, debido a la ínfima
calidad de los materiales empleados. Sólo los tramos realizados en piedra,
como puertas y algunas torres, se conservan en buen estado. Partía de la
alcazaba, eran de ladrillo y tapial, tenía forma de semicírculo. Poco a
poco se desplazaba hacia oriente hasta unirse con el primer recinto a la
altura de la Puerta de Sevilla, mandada abrir por el Cardenal Quiroga en
el año 1.579, para aligerar el paso de las muchas gentes que venían a las
ferias de Talavera, y la de la Villa en la Calle Cerería, el Polvorín en
la esquina de la calle Cabeza del Moro, un torreón perteneciente a la
Puerta de Zamora, algunos restos en la Plaza de San Miguel. El centro de
este núcleo era la actual Plaza del Reloj, llamado antes de la Villa. Era
el Centro Comercial de la ciudad. Las puerta de Toledo y Zamora, acogían
las actividades de la cerámica y la ganadería que eran la base de la
economía de la ciudad. Por su situación era un enclave principal de la
Mesta. Los cargos públicos y los profesionales se fueron asentando poco a
poco alrededor de estas calles, dándoles la categoría de Centro de la
ciudad, manteniéndose hasta nuestros días. El Alcázar fue Palacio para
María de Portugal, en sus habitaciones vivió la Reina las grandes
ausencias del Rey Alfonso XI, este Rey al casarse con María de Portugal en
el año 1.328, le hizo como regalo la ciudad de Talavera de la reina. El
Alcázar fue prisión y después lugar de ejecución para Doña Leonor de
Guzmán, favorita del Rey Alfonso XI,
Leonor de Guzmán fue ejecutada por Alfonso Fernández de Olmedo, siguiendo
las órdenes de María de Portugal. Desde el 25 de Julio de 1.369, fecha en
que Enrique II cambió Talavera al Arzobispo Gómez Manrique a cambio de la
Villa del Alcázar, Talavera perteneció a los Arzobispos de Toledo, desde
esa fecha el Alcázar pasó a ser Palacio Arzobispal pero en la época del
Cardenal Cisneros se le cita por su estado ruinoso.
La antigua Puerta de Mérida, una de las más hermosas de la ciudad, estaba
en la entrada de la calle de Mérida. Fue derribada en el año 1.880,
empleando los materiales de su derribo en la construcción del actual
cementerio. En sus paredes han quedado el poso de la Talavera alfarera, es
un verdadero Museo de la Cerámica, donde podemos admirar obras de
azulejería desde el siglo XVI hasta el siglo XX. La cerámica de los
laterales pertenecen al siglo XVII y fueron realizadas expresamente para
el templo a sugerencia de Cosme Gómez de Tejada, del siglo XVI, son las
cerámicas del pórtico, el retablo de San Cristóbal y los mosaicos
relativos a la vida de San Antón, destacando el retablo mayor, colocado en
el crucero de la Basílica, al lado derecho, verdadera joya del quehacer
alfarero de Talavera. En su hornacina central se conserva una estatua de
San Antonio, realizada por Juan de Alburquerque y fechada en el año 1.571,
única pieza que se conserva en terracota. La tercera era tan sólo un
tapial que cerraba las calles más alejadas del centro y que tenía un fin
de control sanitario en épocas de epidemia. Arrancaba entra la Puerta de
Zamora y la Villa, para ir a morir hacia el oeste del río Tajo.
De los tres Recintos Amurallados que tuvo Talavera se conservan restos de
dos de ellos, el primero de ellos construido en el Siglo X. Son los
numerosos los edificios religiosos que se alzan en esta Villa. La
Colegiata de Talavera.
La Colegiata "Santa María"
Bajo el cobijo de la sombra de la Colegiata, el antiguo Ayuntamiento, hoy
Delegación de Servicios de la Junta de Castilla- La Mancha, antes fue
Instituto, a partir del año 1.827, pasando más tarde a ser Colegio
Cervantes. El recuerdo en él ha querido ser letra y número, en el centro
del friso de su portada renacentista un año ya remoto, año 1.566, en una
de sus ventanas, fusión de la reja y el dato, "Casas Consistoriales año
1.863", incrustada en la altura una inscripción en honor de P. Juan de
Mariana que fue colocada en el año 1.850. Antes de ser Ayuntamiento
fue la casa de Gaytán y sede de la Inquisición. En la Plaza del Cardenal
Tenorio se conserva dos puertas con el Escudo de Talavera dividido, en la
puerta que está junto a la esquina sirvió de entrada a las dependencias
donde trabajaba Fernando de Rojas, el Autor de "La celestina", puesto que
era funcionario del Ayuntamiento y por algún tiempo alcalde de la ciudad.
La Colegiata
La antigua parroquia de Santa María, fue nombrada Colegial en el año
1.211 por el Arzobispo Jiménez de Rada, de esta manera agradeció el Rey y
el Arzobispo, el Ejército que Talavera proporcionó para que participara en
la Batalla de las Navas de Tolosa. Aunque su retablo es Neoclásico,
formado en gran parte por el cuadro de Maella, y el barroco se asoma en su
Torre, se la encasilla como de estilo Gótico Mudéjar.
Especial atención merece el Rosetón, hecho de ladrillo y recubierto de
estuco. Su planta es rectangular, formada por tres naves longitudinales y
sin crucero. La carencia de coro alarga su belleza y nos descubre los
secretos de las bóvedas. Las naves se fraccionan en seis tramos, separados
por pilares con ocho columnas adosadas. Siendo Arzobispo de Toledo
Cisneros fue necesario, para impedir que las bóvedas se derrumbasen,
colocar unos arcos rebajados para unir los pilares de la nave central. En
la Colegial merece nuestra atención la Capilla de Santa Ana o de los
Reyes, en ella se conserva un resto de Gótico Toledano, la Capilla de
Santa María del Pópulo, pequeña y sin embargo grande por su belleza y por
el juego de nervios y como trompas en sus esquinas, que podemos contemplar
en su bóveda.
La Sacristía se terminó de construir en el año 1.715, costeando sus obras
el Deán Baltasar Hidalgo. En ella nos encontramos con una hornacina dorada
y con espejos que acogen a una imagen de la Virgen con el Niño, obra de
finales del Siglo XV, imagen de gran belleza y que presidió los rezos en
el antiguo altar Mayor de la Colegiata. Su claustro, sin los caireles del
Mudéjar, fue construido hacia el año 1.469. Por los años 1.704 y 1.705 se
añadieron los dos cuerpos superiores de la torre, siendo Señor de Talavera
el Cardenal de Portocarrero. La Colegiata es arca para las sorpresas, Ruiz
de Luna manifestó su devoción en cerámica en la Capilla del Cristo del
Mar, una piedra con las huellas marcadas, nos habla del prodigio que hizo
San Vicente ante las autoridades Romanas, en la Capilla del Santísimo se
conserva un retablo con el cuadro de San Ildefonso y Santa Leocadia, obra
de Blas de Prado, discípulo del Greco. En esta misma Capilla hay un cuadro
de Palomino que representa a San José con el niño.
Convento de San Bernardo
El tercer protagonista de este estilo barroco es El Carmen, antiguo
Convento de los Carmelitas Descalzos, situado en la Calle del Carmen, en
el barrio de San Andrés. Su arquitecto quiso hacer en calco de la fachada
de San Agustín el Viejo. Se comenzó a edificar este Convento el 14 de
Agosto de 1.704, terminándose las obras en el año 1.719. Las obras fueron
dirigidas por Fray Lorenzo de San Nicolás. Su planta se integra en un
rectángulo ideal, sin elementos sobresalientes. En el interior destaca el
zócalo de azulejos talaveranos del Siglo XVIII que tuvo una amplia
difusión. En el Escorial y en la Iglesia de San Andrés podemos contemplar
idénticos zócalos. La sencillez interior sólo se rompe con las molduras
que arrancan de las bóvedas. La nave central se amplía con pilares
rematados en arcos fajones, todo ello en yeso. La bóveda semiesférica se
eleva sobre pechinas falsas que sirven de marco a los cuatro evangelistas
pintados en óleos, hoy desaparecidos. Los materiales se repiten alternando
ladrillo con piedra de sillería en los zócalos, o con tapial y mampostería
revocado. Tubo nuevo color y nuevos latidos cuando Don Juan Niveiro Paje,
en el año 1.849, le tomó como sede de su fábrica de cerámica - El Carmen -
Niveiro.
Iglesia de San Andrés
La Iglesia de San Andrés, fue construida en el Siglo XV, aunque el
edificio actual es del Siglo XVI que mandó construir el hidalgo Don Gaspar
de Carvajal. Este barrio, en tiempos de Sancho el Bravo era uno de los más
poblados. En el Siglo XV desciende su población y Cisneros anexiona su
parroquia a la Colegial, sin embargo, en el año 1.520, crece el número de
habitantes y vuelve a ser parroquia independiente. La Iglesia es una
fábrica de aparejos toledanos que refleja fielmente su interior. La planta
rectangular posee una sola nave. La cabecera está separada con un arco de
medio punto, aparejado en ladrillo. El Altar Mayor posee una hornacina
abocinada que soporta el retablo del Siglo XVII de San Andrés por autor
desconocido. Desde aquí, podemos observar el maravilloso artesonado
octogonal, fiel exponente del Arte Mudéjar tardío. El coro se sostiene por
dos fustes Romanos que descansan sobre capiteles Dóricos, su balaustre de
madera totalmente tallado se asemeja al encaje de bolillos. El zócalo de
cerámica probablemente del Siglo XVII, parece que perteneció a la
desaparecida Iglesia de San Clemente.
Iglesia Santo Domingo
En su Iglesia el gótico, el plateresco y el renacimiento han sabido con
juntarse. Su interior está formado por una amplia, limpia, larga y
grandiosa nave ojival. En su altura la nervatura y terceletes juegan a
tejer formas variadas, sus columnas tienen la robustez del renacimiento y,
ya en la altura, se deshila de dedos que se buscan en la bóveda, en su
fachada aparece un plateresco sencillo y sobrio que rezuma belleza. Aunque
tuvo distintos benefactores al comienzo de su andadura, sin embargo se
considera a Fray García de Loaysa como verdadero fundador de este
Convento. En los lados del presbiterio se conservan los sepulcros de Don
Pedro y Doña Catalina, padres del Arzobispo García de Loaysa, también se
encuentra el sepulcro del mismo Arzobispo que había sido trasladado por
Jiménez de la Llave a la Iglesia de El Salvador cuando el Convento y su
Iglesia pasaron a manos particulares, como consecuencia de la
desamortización. Los tres sepulcros son de estilo plateresco dignos de ser
admirados.
Monasterio de las Madres Bernardas
El Monasterio de las Bernardas está dentro del estilo barroco y en su
construcción colaboró Fray Lorenzo de San Nicolás. No tiene su fachada la
grandeza de San Agustín pero su portada es una de las más bellas de
Talavera. La piedra, el ladrillo y la cerámica se tejen para romper líneas
y resaltar volúmenes. Este Monasterio fue fundado en el año 1.610, por
Doña Teresa Saavedra en cumplimiento de una promesa que hizo con su esposo
Rodrigo de Albornoz. El matrimonio tuvo tres hijos, Álvaro, María y
Catalina. Pero Álvaro murió joven, María pereció ahogada cuando se bañaba,
por la noche, en el río Tajo y Catalina era religiosa del Convento de San
Benito. En su Iglesia está enterrado el Cardenal D. Gil de Albornoz, que
murió en Roma en el año 1.649 y que era primo de Catalina y sobrino de
Doña Teresa.
Iglesia de las Bernardas
La Iglesia de las Bernardas, de una gran sencillez de líneas y reducidas
dimensiones, posee una planta de salón coronada por una bóveda
semiesférica que se alza a la cabecera del Templo. Desde el interior del
Convento podemos acceder al coro cerrado. Su fachada es de un solo cuerpo
rectangular. Está rematada por un frontón triangular de triple moldura. El
eje central está ocupado por una portada con tablamento y hornacina
realizado en ladrillo aplantillado. En cuanto a los materiales, el
ladrillo es el predominante, alternando con mampostería, tapial y sillares
de granito.
Convento de las Madres Carmelitas Descalzas
En la Calle del Charcón está el Convento de las Madres Carmelitas
Descalzas, la sobriedad es la línea de su fachada. Las Carmelitas llegaron
a Talavera en el año 1.595, y unas casas de Sancho Carranza Girón las
sirvieron de alojamiento provisional. Fue la madre Catalina de San
Francisco la que fundó este Convento, en un principio quería construir un
Convento en Madrid, al no ser eso posible, se acordó de Talavera, ciudad
que conocía al descansar en ella cuando iba de camino de Guadalupe. La
ciudad le donó la antigua parroquia de San Martín que estaba abandonada,
ocupando el Convento actual en el año 1.597.
San Prudencio
Las inquietudes reformadoras del Arzobispo Don Pedro Tenorio le hicieron,
hacia el año 1.372, fundar este Convento para que los canónigos de la
Colegiata residieran en él, al no aceptar los canónigos, el arzobispo lo
donó en el año 1.398 a los frailes Jerónimos de la Sisla. Su primitivo
nombre fue Convento de Santa Catalina, por la gran devoción que el
arzobispo Tenorio tenía a esta Santa. La gente le bautizó con el nombre de
San Jerónimo por estar regido por frailes de esta orden y hoy le conocemos
por San Prudencio. También recibió el nombre de Jesuitas nuevos por
residir los jesuitas en él a finales del Siglo XIX, esto explica los temas
de los cuadros que se conservan. La Iglesia es una soberbia fábrica
renacentista a orillas del río Tajo con algún toque herreriano, su planta
es rectangular. El altar Mayor posee un retablo barroco y frontones
segmentados con figura y pináculos de una gran belleza. Posee Coro, al que
se accede a través de una escalinata de granito. El claustro de San
Prudencio inicialmente era de dos plantas. Tras un incendio sólo se
conserva una planta. Su construcción data de finales del Siglo XIV y Siglo
XVI en el que se entremezclan los elementos Mudéjares y renacentistas. Las
donaciones y las muchas vocaciones enriquecieron a este Convento por lo
que se convirtió en necesidad él agrandarlo. Del Convento primitivo tan
sólo se conserva la puerta conocida como El Serafín, puerta gótica de gran
sencillez. En el año 1.455, aunque al colocar la cúpula fallaron sus
paredes, teniendo que intervenir Juan de Herrera mandando colocar unos
contrafuertes en uno de los lados del ábside, perdiendo la armonía y
belleza programada por el arquitecto. Conviene destacar la sacristía,
antigua capilla del Santísimo, por su belleza y la escalera volada que
conducía al coro por su grandiosidad. Los religiosos de este Convento
sobresalieron por su labor sacerdotal pero también por su preocupación por
la historia de Talavera, por sus trabajos como copistas de libros de coro
y por tener bien surtida de medicinas su botica. En el año 1.821 fue
cerrado y aunque abierto dos años después, en el año 1.831 se clausuró
definitivamente como Convento de frailes Jerónimos, pasando a manos
particulares.
Ermita de la Virgen del Prado
No hay certeza de la fecha concreta en que empezó a dar culto a Santa
María del Prado. Hay algo que sin duda se puede afirmar, es una de las
imágenes más antiguas, si no es la más antigua, de la Diócesis. "Es un
regalo a Talavera del Rey Liuva, en el siglo VII". Este era hijo de
Recaredo y sobrino de San Hermenegildo. "Es un regalo de San Ildefonso a
la ciudad como premio por los servicios prestados en la lucha contra el
arrianismo, que defendía que María era Madre de Cristo hombre, pero no era
Madre de Dios". El arcipreste Juliano afirma de la Virgen del Prado - Era
muy estimada de San Ildefonso - Y Pedro de Villarroel, escribano de la
ciudad, menciona de nuevo la devoción que San Ildefonso tenía a la Virgen
del Prado, y que desde Toledo vino a visitarla varias veces a esta Villa.
Hay un hecho histórico - La cristianización de las Mondas, antiguo rito en
honor de la diosa Ceres. Las Mondas tanto en su época pagana como en su
época cristiana, fueron siempre fiestas con un cierto carácter oficial,
abiertas no solo a los hijos de Talavera sino a toda la Comarca, alegres y
piadosas. Su misma descripción remite a un origen antiquísimo y noble.
Todo este ritual se ha mantenido sustancialmente. Pero, ¿ cuándo se
cristianizaron estas fiestas, iniciándose el culto a nuestra Señora del
Prado ? Sospechoso que pudiera adelantarse esa transformación a la época
tardo romana o de transición a la visigótica, siglos IV - V, dice Colomina
Torner. Felipe II denominó a la Ermita de la Virgen del Prado " Reina de
las Ermitas ", el Cardenal Quiroga " 1.577 - 1.594 " la llamó " Madre de
las Ermitas ". Tenemos noticias de las diversas restauraciones realizadas,
la primera en el año 1.210, la última en el año 1.979. Pío XII concede la
Bula de la Coronación Canónica el 15 de Julio de 1.956 y se lleva a
efecto, con filial entusiasmo, el 30 de Mayo de 1.957. El 14 de Febrero de
1.989 se firmaba en Roma, junto a San Pedro, una Bula Pontificia por la
que se elevaba la Ermita a la dignidad de Basílica Menor por decisión de
su Santidad el Papa Juan Pablo II, y se consagra como tal el día 5 de
Noviembre del mismo año. Talavera es una ciudad mariana por excelencia.
Desde hace siglos lleva en su alma una entrañable devoción a la Madre de
Dios, se puede decir que existe un pacto de amor entre la Virgen del Prado
y el pueblo de Talavera. Sin exageración puede afirmarse que ante la
Virgen han desfilado, a lo largo de la historia, todas las ansias,
anhelos, aspiraciones y proyectos del pueblo talaverano. La devoción a su
Virgen ha forjado el alma de este pueblo y lo ha marcado para siempre.
Estamos seguros de que todas las empresas Nobles, todos los hechos
gloriosos de los que nos habla la historia de esta ciudad, son perlas que
se formaron, flores que crecieron en este Prado.
Iglesia de Santiago
La Iglesia de Santiago se la denomina como Santiago el Nuevo por estar en
los arrabales nuevos, arrabales que surgen para que habiten los
castellanos viejos y francos que acompañaron a Alfonso VI en el año 1.083
en la conquista de Talavera y que se quedaron a vivir en la ciudad a
condición de que " moren fuera de la villa ", esta es la condición que
pusieron los mozárabes que los arrabales viejos pasan a morar en lo que se
conocía como villa, dentro del primer recinto. Santa maría y San Pedro
eran las parroquias más importantes, la tercera en importancia era la de
Santiago. La construcción de esta iglesia se hace a principios del siglo
XIV sirviéndose de la planta y lienzos de una antigua sinagoga. Iglesia
Mudéjar, con tres naves, unidos los laterales con la central mediante
cuatro amplios arcos túmidos de piedra que brotan de unos pilares
rectangulares biselados en sus esquinas y con capitel de imposta. En la
Travesía de Santiago, se conserva un rosetón de ladrillo en el que la
sencillez de la línea se impregna de belleza.
Iglesia de El Salvador
La Iglesia de El Salvador es una de las parroquias más antiguas de
Talavera, en la Concordia del año 1.204, aparece su nombre entre las
parroquias de Talavera. Sancho IV ordenó que se administrase justicia en
su atrio a los castellanos y cristianos viejos.
De la Iglesia primitiva se conserva el ábside de tipo mudéjar, en el que
los ladrillos se hacen arcos entrelazados en el tercer cuerpo y en el
segundo se ondulan en estrechos arcos lobulados. Su artesonado se
construyó hacia el año 1.570 gracias al dinero que mandó, desde América,
el sacerdote Miguel Ruiz de Herrera. Tuvo importancia la devoción a
Nuestra Señora de las Nieves, reflejo de esto es la capilla que mandó
edificar el regidor Juan de Arévalo en el año 1.487. El ábside de Santiago
el Viejo es de estilo mudéjar y fue fundado en el año 1.226. En él nos
encontramos con una serie de arcos lobulados en la parte superior y con la
sobriedad recta del arco de medio punto en la parte inferior. Santiaguito,
como también se le conoce, fue hospital de la Orden Militar de
Santiago, al desaparecer como Monasterio de la orden hospitalaria, la
iglesia se convirtió en parroquia de San Martín en el año 1.581, en
tiempos del Cardenal Quiroga. En el año 1.631 quedó abandonado cuando el
Cardenal Alberto, Infante de España, trasladó la parroquia de San Martín a
la de San Clemente.
Plaza del Pan
Fue en el año 1.579 cuando Nicolás de Vergara, el Mozo cambia el
aspecto de la Plaza del Pan y la viste de Renacimiento al dar forma de
Circo Romano a su estructura y línea. La Plaza del Reloj hará suyo todo lo
referente a la Talavera del comercio y mercado, la Plaza del Pan se
reserva para los actos religiosos y para los actos oficiales. En ella se
corrían y alanceaban los toros, sus Palacios darán posada a los visitantes
ilustres y a los Reyes, las procesiones, Las Mondas, la jura de los Fueros
de Talavera por los Cardenales, las Mojigangas y todos los actos masivos
se celebraban en esta Plaza. Su rústica apariencia fue embellecida por
Ruiz de Luna con el color de sus cerámicas y restaurada posteriormente. A
la Plaza del Pan, en otros tiempos, asomaron sus balcones al Palacio de
Ayala, las casas de Don Rodrigo de Albornoz y de Fernando de Girón, la
casa de Fernando de Rojas y de ella brotaba la calle de los Siete Linajes.
Aún podemos admirar la hechura sobria del Palacio de Oliva, enfrente del
Teatro Victoria. Este teatro se construyó en el año 1.914, sobre el
terreno de la antigua Casa de Comedias que fue derribada en el año 1.892.
Plaza del Pan.
Antiguo Hospital de la Misericordia
El Hospital de la Misericordia fue fundado por Hernando Alonso, que era
Canónigo de la Colegial. En el año 1.475 aparece administrado por el Deán
y el Cabildo. En el año 1.808 fue cerrado, aunque volvió a abrirse en el
año 1.820. Después fue entregado en el año 1.838 a la Junta de
Beneficencia, pasando después a ser Casa de Socorro. Se cree que en el
espacio que ocupa este Hospital en tiempos de los Árabes hubo una
Mezquita, algunos historiadores hablan de la existencia de una piedra con
la inscripción en árabe que decía " en este lugar no es lícito pensar cosa
mala, cuando más hacerla ". Es un edificio de planta rectangular con patio
interior, de dos plantas y semisótano. Fachada simétrica y sistematización
de vanos verticales y horizontales. Posee un torreón al norte, impostas y
recescados de granito labrado en el zócalo. Su portada es
barroca-neoclásica, consecuencia de una posterior remodelación del
edificio. Aparecen tres escudos, el de su fundador Fernando Alonso, el de
Juan Castrillo y el de Sancho de Villageda, ambos benefactores del
Hospital. El resto es de ladrillo se aprecian antiguos revocos que imitan
falsos vanos.
Artesanía
La cerámica de Talavera adquiere nombre propio en el siglo XVI. Y si bien
en los tiempos de Carlos V es mudéjar, durante el reinado de Felipe II se
hace renacentista. Es precisamente el interés de este Rey una de las
principales causas del engrandecimiento del quehacer alfarero de la
ciudad. Durante la segunda mitad del siglo XVI y todo el siglo XVII, se
fabricó la serie " tricolor ", decorada con azul, naranja y manganeso,
relleno con azul y con el naranja en forma de rayado o cuadriculado. Es en
este siglo cuando Talavera, por la calidad y cantidad de alfares, comienza
a ser la Ciudad de la Cerámica. En el siglo XVII y primer tercio del siglo
XVIII, un azul pálido se hace vuelo en forma de golondrina, es la conocida
serie " chinesca " o de las " golondrinas ". En el siglo XVIII, desde el
año 1.730, la loza de Talavera cambia su semblante, pierde su raigambre
tradicional y busca otros soles, no inferiores sino distintos. Es entonces
cuando comienzan las series de " Guirnaldas " y " Pabellones ", de esta
época son las jarras de " bola ", con el asa retorcida, hendidura
agallonada en el cuello y en la parte inferior de la panza. Durante el
siglo XX, y tras un largo periodo de decadencia, el barro despereza su
olvido, comienza su renacer, e inicia un sostenido desarrollo que llega
hasta la actualidad. Pero además, en Talavera se realizan con gran
maestría trabajos de guarnicionería, talla de madera, así como muebles
bordados.
Detalle con motivos religiosos renacentistas para la sala del Tesoro de la
Basílica de Nuestra Señora del Prado, Talavera de la Reina, pintado en
colaboración con José Antonio Fernández. año 1.990
Altar de la Iglesia del Sagrado corazón de Jesús, en Talavera, es una de
sus obras de Mayor Tamaño.
Talavera de la Reina "Leyendas"
Cuenta la leyenda que antes de que los romanos llegaran a Talavera de la
Reina, la población se consideraba así mismo descendiente de los
supervivientes de la Atlántida, quienes al sufrir un tremendo desastre,
se trasladaron desde la antigua ciudad de Atlantis, hundida en los
mares, por la costa de Portugal hasta el estuario del Río Tajo. Desde
allí penetraron por el río Tajo hasta fundar la ciudad de Aküis. Los
atlantes trazaron una red de túneles por toda la villa. En ellos
ocultaron sus tesoros y antiquísimas placas de metal en el que narraban
su historia. Los Atlantes, celosos de sus tradiciones quisieron mantener
en secreto su origen frente a los celtas que habitaban los terrenos de
alrededor así que construyeron una muralla y se aislaron del resto de la
comarca con quien solo comerciaban los miércoles de cada inicio de mes a
las afueras de la ciudad, cerca de un templo dedicado a la diosa Clete.
Más la desgracia de los Atlantes no había aún acabado cuando, debido a
un terrible terremoto, el río Tajo cambió de curso deslizando su cauce
más al sur, con lo cual gran parte de la ciudad quedó sumergida, sin
embargo lo que más fue causa de sufrimiento entre los atlantes fue la
inundación de casi todos los túneles y la consiguiente pérdida de sus
tesoros. Dice la leyenda que los romanos trataron de llegar hasta ellos.
Otros dicen que cuando los romanos intentaron construir el puente sobre
el río Tajo se toparon con varias de esas galerías, lo que hacía que los
pilares se hundiesen y por esa causa tuvieron que desviar el río hacia
la izquierda. Otra prueba de la existencia de estos corredores bajo el
río es que a su paso por la ciudad el Tajo fluye del mar hacia su
interior, y aunque parezca una sinrazón ello es debido a las corrientes
internas que hacen del río Tajo en Talavera un elemento misterioso y a
veces terrorífico. A mediados de los años 40 un grupo de artificieros
del ejército se personó en una casa de la Ronda del Cañillo para
verificar un túnel en el que durante la guerra civil, los habitantes del
barrio se habían refugiado de los bombardeos republicanos. Cuando los
militares salieron, muchos de ellos estaban horrorizados de lo que
habían visto, comunicaron al Ministerio de la Guerra su secreto y
procedieron a sellar el bloque de piedra que daba acceso a los túneles.
Fue en el año 1.959 cuando dos jóvenes, nietas de la dueña de la casa,
consiguieron retirar la losa y se adentraron en las profundidades del
túnel. Una de ellas, narra aún hoy día como la falta de oxígeno y el
fuerte viento pueden causar el desmayo de alguien que se adentra en el
túnel. A medida que seguían hacia el interior, la humedad y las alimañas
acuáticas que viven en los charcos hacen que un fuerte hedor lo envuelva
todo. De cualquier manera las dos hermanas siguieron hacia adelante y la
superviviente, aún cuenta que más o menos a unos doscientos metros de la
entrada y tras cesar de repente el viento, observaron una sala repleta
de esqueletos y arcones, había armas antiguas y unas planchas con
extrañas inscripciones que se apelotonaban en el techo, luego oyeron
unos ruidos y pudieron ver a unos hombrecillos muy pálidos y con los
ojos enrojecidos que las miraban desconfiadamente. Carecían de pelo y no
medían más de metro y medio. Uno de ellos dijo algo en una extraña
lengua y luego una fuerte corriente de agua se desató sobre la sala
mientras los hombrecillos desaparecían entre los huecos de la pared. Las
dos hermanas corrieron en dirección contraria a la que habían llegado,
pero una de ellas tropezó y fue engullida por las aguas, la otra logró
subir por el túnel, hasta que un hortelano la encontró en el fondo de un
pozo en el Cerro Negro, un sistema montañoso situado al otro lado del
río Tajo y en el que se asienta una base militar. Se dice que en este
polvorín, como las galerías son tan amplias las usan para el almacenaje
armamentístico. La joven que sobrevivió contó toda esta historia pero
nadie la creyó. De su hermana se supo un mes después cuando su cadáver
descompuesto apareció flotando en la isla del Chamelo. En los pasados
meses y debido a las obras del lugar de San Prudencio y del río Tajo se
han podido descubrir multitud de túneles que cruzan por todo el casco
antiguo. Algunos de los cuales se dirigen hacia el río, con lo que parte
al menos de esta historia comienza a tener una base real.
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