1. Burgos
Burgos, Ciudad situada en la parte norte de la península ibérica. La
ciudad es la capital de la provincia homónima integrada en la comunidad
autónoma de Castilla y León. En 2.020 contaba con una población empadronada de
176.418 habitantes repartidos en una superficie de 107,06 km², lo que lo
convierte en el 36.º municipio más poblado del país y el segundo de la
comunidad autónoma. Su área metropolitana, formada por un alto número de
municipios de reducida extensión, cuenta con unos 20.000 habitantes, que junto
con el municipio central forman un área urbana de unos 200.000 habitantes.
Existen pruebas de asentamientos del Neolítico, Calcolítico, Edad del Bronce y
la Primera Edad del Hierro en el cerro del Castillo y en el cerro de San
Miguel, relieves desde los cuales se domina la ciudad y el valle del Arlanzón.
Sin embargo, se considera que la ciudad fue fundada como tal por el conde
Diego Rodríguez Porcelos en el año 884. Hacia el año 930 se convirtió en
capital del condado de Castilla, primero dependiente del reino de León e
independiente después por actuación del conde Fernán González. Fue la capital
del reino de Castilla, y de manera intermitente de la Corona de Castilla,
desde 1.230 hasta el reinado de los Reyes Católicos. Estos dictaron en la
ciudad en 1.512 las Leyes de Burgos, las primeras leyes que la Monarquía
Hispánica aplicó en América para organizar su conquista, base de los actuales
derechos humanos. Posteriormente fue la capital de la antigua región
histórica de Castilla la Vieja, y también fue la primera capital provisional
de la comunidad autónoma de Castilla y León. También fue la capital del bando
sublevado en la Guerra Civil y, con carácter general, desde el 1 de abril al
18 de octubre de 1.939.
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Cuenta con un anillo verde periférico extenso, dos parques lineales en torno a
los dos principales ríos que lo atraviesan y un amplio conjunto monumental,
entre los cuales destacan la catedral de Santa María, exponente de la
arquitectura gótica declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco,
extendido al centro histórico en 2.014, el monasterio de Santa María la Real
de Las Huelgas y la cartuja de Miraflores. Además, la ciudad es atravesada por
el Camino de Santiago, otro Patrimonio de la Humanidad y se encuentra a menos
de 15 km del yacimiento de Atapuerca, también bajo la protección de la UNESCO
desde el año 2.000. El 13 de julio de 2.010, abrió sus puertas en la ciudad el
Museo de la Evolución Humana, que expone los fósiles más importantes hallados
en el yacimiento. Actualmente se encuentra entre los diez museos más visitados
del país.
2. Historia - Prehistoria
El valle del Arlanzón, muestra ocupaciones humanas desde tiempos
remotos. A tan solo 15 km del casco urbano se encuentran los yacimientos de
Atapuerca, considerados como la cuna del primer europeo. Se han datado
restos humanos en los yacimientos de la sierra de Atapuerca con más de
1.000.000 de años de antigüedad. Según las investigaciones
arqueopaleontológicas, hasta la fecha hay restos óseos humanos de cuatro
especies distintas: Homo antecessor (Pleistoceno Inferior),
Homo heidelbergensis (Pleistoceno Medio), Homo neanderthalensis (Pleistoceno Superior) y Homo sapiens (Holoceno), lo cual se correlaciona con los
análisis geoespaciales de distribución de asentamientos realizados en la
cuenca del Arlanzón.
En la ciudad de Burgos, también existió un importante asentamiento de la
Edad del Bronce a la Primera Edad del Hierro en el cerro del Castillo y en
el cerro de San Miguel, además de algunas evidencias celtibéricas de la
Segunda Edad del Hierro y romanas, si bien las últimas muy escasas. Por el
momento, en el castillo de Burgos solo hay una secuencia de dataciones
radiocarbónicas para los niveles de la Edad del Bronce a la Primera Edad del
Hierro (niveles del Sector II: NX, NXII, NI, NV y NVI), con
unas dataciones de 14C que van desde el 3230±70 al 2400±110 BP. En otro
trabajo arqueológico actualizado se realizó una nueva recopilación y
recalibración de todas las dataciones radiocarbónicas del castillo, con la
curva de calibración Intcal. Según este estudio, los rangos de las
dataciones radiocarbónicas recalibradas al 95% de probabilidad revelan la
existencia de ocupaciones desde la Edad del Bronce Antiguo/Medio al tránsito
a la Segunda Edad del Hierro. No obstante, aunque no hay dataciones para
otros niveles, los trabajos realizados también demuestran que hay
importantes restos materiales del Calcolítico en El Castillo (Nivel XIII), y del Neolítico y el Calcolítico en el cerro de San Miguel, pero estos
últimos han sufrido importantes alteraciones postdeposicionales por la
superposición de los niveles de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro,
además de las habituales alteraciones medievales y contemporáneas. La
Prehistoria Reciente del Neolítico a la Edad del Bronce no solo está
documentada en El Castillo y en el cerro de San Miguel, al igual que en las
cuevas de la sierra de Atapuerca (p. ej., Cueva del Mirador y Cueva Mayor), sino que hay abundantes yacimientos en el valle de Arlanzón, con
numerosos asentamientos del Neolítico (VI al IV milenio a. C.),
Calcolítico (III milenio a. C.) y Edad del Bronce (II milenio a. C.).
3. Edad Antigua
Aunque no se tiene constancia de asentamientos importantes en la ciudad,
existen numerosos yacimientos de la época romana, sobre todo en las zonas
más cercanas al río Arlanzón.
Vía romana. Por el norte de la ciudad discurre una calzada romana
entre los municipios colindantes de Villayerno Morquillas y Tardajos, de
este a oeste. Se trata del Itinerario Antonino, que unía Astorga con
Burdeos. Actualmente, confundidos como un simple camino rural, sus últimos
restos entre el paraje de Casa la Vega y el desvío del ferrocarril sufren
un serio peligro de desaparecer por los planes urbanísticos en la zona. El
tramo mejor conservado de esta calzada se encuentra en el término
municipal de Quintanapalla.
4. Edad Media
En una crónica árabe se cita una población saqueada en el año 860,
denominada "Burchia", que parecía corresponder con la actual
Burgos, pero en 2.004 se demostró que la población de "Burchia" no
tenía nada que ver con la actual ciudad. Cerca del año 884, Alfonso III
intentó detener el avance musulmán y envió a Diego Porcelos a levantar una
fortificación en un cerro de la margen derecha del río Arlanzón. Esto
contribuiría a que el lugar fuese creciendo por su importancia
estratégica. En el 931, Fernán González logró reunir el gobierno de los
condados de Burgos, Lara, Lantarón, Cerezo y Álava, dejando a Burgos como
capital del condado de Castilla.
Reino de Castilla. Cuando en 1.038 Fernando I era coronado rey de
León, formando el reino de Castilla, Burgos fue elegida su capital. En
1.071 Sancho II encerró en Burgos a su hermano García para arrebatarle el
reino de Galicia. En 1.074 Alfonso VI, rey tras el fallecimiento de su
hermano Sancho, cedió su palacio en Burgos para la construcción de la
catedral de Santa María. Ese mismo año las también hermanas de este,
Elvira y Urraca, trasladan la diócesis de Oca a Gamonal.
En 1080, Alfonso VI de León y Castilla convocó un concilio general de sus
reinos en la ciudad y declaró oficialmente la abolición de la liturgia
hispánica y su sustitución por la romana.
Tras la conquista de Toledo en 1.085 por Alfonso VI, Burgos perdía la
capitalidad del Reino de Castilla en favor de esta ciudad. Esto no
paralizó el crecimiento de Burgos, donde se seguirían realizando algunas
Cortes.
A propósito de esta ciudad, el geógrafo árabe Al-Idrisi escribe en el
siglo XII:
Es una gran ciudad, atravesada por un río y dividida en barrios
rodeados de muros. Uno de estos barrios está habitado particularmente
por judíos. La ciudad es fuerte y acondicionada para la defensa. Hay
bazares, comercio y mucha población y riquezas. Está situadas sobre la
gran ruta de los viajeros.
Algunas ciudades españolas y otras del Nuevo Mundo fueron fundadas desde
Burgos, como Bilbao, fundación confirmada por el rey Fernando IV de
Castilla el 4 de enero de 1.301.
5. Edad Moderna
El siglo XVI, supuso para Burgos el siglo de su plenitud. Hacia finales
del siglo XV y comienzos del siglo XVI, la ciudad, que había nacido sobre
un medio agrícola, vuelve las espaldas al campo y se dedica a funciones
polarizadas en torno al comercio. Es durante el siglo XVI, cuando Burgos
explota al máximo las ventajas de su situación geográfica. En la ciudad se
legalizó la conquista militar de Navarra por Castilla, ya que el duque de
Alba informó de este suceso el 11 de junio de 1.515 en las Cortes
Castellanas reunidas en la ciudad.
Comercio internacional castellano de los siglos XV y XVI. Consulado de
Burgos.
A finales del siglo XVI, se inició un periodo de decadencia de la ciudad.
Las principales causas no fueron exclusivamente internas, pues alcanzaron
una categoría superior: las guerras de Flandes, el descubrimiento de
América y el centralismo de los monarcas absolutos, agravado con las
circunstancias del traslado de la capital a Madrid, entre otras. También
influyeron causas de carácter localista, como las famosas pestes, que
castigaron especialmente a la ciudad, principalmente en el último cuarto
de siglo, diezmando su población.
Desarmado el marco económico y social burgalés, decayeron los caminos y
las vías de comunicación; Burgos entró en un gran sopor y aislamiento. La
crisis se refleja en un documento custodiado en el Archivo Municipal, que
dice: «La Ciudad está tan despoblada y sin gente, que la que hay se sale a
vivir fuera, por no poder
sustentarse y están las casas y edificios casi todos arruinados y por
el suelo». En este estado de desolación permanece Burgos hasta las últimas
décadas del siglo XVIII, en que el despotismo ilustrado pareció renovar
levemente la ciudad.
Se intentó restaurar el Consulado; la Real Cédula de 16 de marzo de 1.763,
reponía la gran institución del Consulado, pero un monopolio lanero no
tenía sentido en una economía de escasa exportación. En Burgos había que
implantarlo todo artificialmente: el dinero, los mercaderes, los medios de
transporte.
Desde finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, las medidas de
promoción industrial de Cataluña y Vascongadas por parte de los monarcas
ilustrados, unido a las políticas proteccionistas, consiguió relanzar la
incipiente y poco competitiva industria manufacturera aplicando aranceles
a los productos extranjeros. Por ejemplo, una vara de paño flamenco pasó
de costar 2 pesetas a costar 6, de forma que los paños catalanes que
costaban 5 pesetas pasaron a venderse en toda España y las colonias. Esto
trajo consigo una respuesta de ingleses y holandeses aplicando los mismos
aranceles, por lo que la lana y el cereal castellanos dejaron venderse.
Así, una fanega de trigo castellano pasó de costar 10 pesetas a costar 5,
también influido por la irrupción de Estados Unidos en el mercado global
del cereal. Castilla vendía sus productos más baratos y estaba obligada a
comprar más caro. El resultado fue un empobrecimiento considerable de
Castilla con el consiguiente estancamiento comercial e industrial.
El Consulado languideció muy pronto y a partir de 1.781, se orientó hacia
una Academia de Artes y Oficios y otras actividades benéfico-culturales
muy a tono con la mentalidad de la época. Algo semejante sucedió con la
Facultad de Medicina, establecida en el antiguo Hospital de la Concepción,
instaurada en 1.799, desapareciendo hacia 1.817. En esta época la ciudad
experimentó superficiales reformas de urbanismo: «
El puente de San Pablo, la reposición de manguardas, la
composición de caminos, el Consistorio que se va a construir en el
lugar de unos corredores antiguos e indecentes ».
6. Edad Contemporánea
La Guerra de la Independencia Española afectó especialmente a la economía
castellana. Las cosechas de 1.811 y 1.812 fueron malas y escasas debido a
la incertidumbre que sentían los agricultores ya que los ejércitos y las
guerrillas se aprovisionaron sobre el terreno mediante requisas. La falta
de subsistencia extendió el hambre y provocó una intensa crisis de
mortandad en 1812. No solo cayó la producción agrícola, hubo industrias
que casi desaparecieron como la textil lanera de Castilla, ya que los
rebaños de ovejas merinas sirvieron para alimentar a las tropas.
Durante la guerra civil española, la ciudad de Burgos fue sede de la Junta
de Defensa Nacional. En la ciudad tuvo también lugar la formación del
Primer Gobierno nacional de España (1.939-1.939), durante el cual
el dictador Francisco Franco asumió oficialmente los cargos de jefe de
Estado y de Gobierno. El gobierno franquista permaneció en Burgos hasta el
18 de octubre de 1.939, cuando se trasladó a Madrid. El 9 de agosto se
forma en esta ciudad el Segundo Gobierno franquista.
7. El Castillo de Burgos
El Castillo de Burgos, se encuentra en un cerro con un amplio dominio
visual del valle del río Arlanzón, siendo un emplazamiento estratégico de
primer orden, aprovechando ya en época prehistórica.
La fundación del Castillo, se remonta al año 884 cuando el Conde Diego
Porcelos, por orden del Rey Alfonso III, levanta la fortaleza, que dará
origen a la ciudad de Burgos con la finalidad de repoblar la región y frenar
la circulación de los ejércitos musulmanes. Desde este momento el devenir
histórico del castillo va a estar vinculado a la ciudad de Burgos y a
Castilla, puesto que fue residencia real, escenario de guerras dinásticas,
bastión de comuneros, cuartel de artillería...
El ultimo momento de esplendor del Castillo de Burgos es a principios del
Siglo XIX, cuando se convierte en centro de operaciones del ejército francés
durante la ocupación y Guerra de la Independencia. Antes de abandonar la
fortaleza el ejército francés provocó una explosión que destruyó buena parte
de la zona sur del castillo, incluida la puerta que se abría en este flanco.
El deterioro sufrido no impidió que durante el Siglo XIX, fuese utilizado
como fortaleza durante las Guerras Carlistas, papel que dejó de desempeñar
en el Siglo XX, iniciándose así el estado de ruina que perduró hasta su
restauración como patrimonio cultural-histórico a comienzos del Siglo XXI.
8. El Asedio al Castillo de Burgos "1812"
Corrían los primeros años del Siglo XIX, cuando una conflictiva política
exterior propició la entrada de los ejércitos franceses en la Península
Ibérica con la intención de invadir Portugal. Lo que inicialmente se
permitió como zona de paso, rápidamente se convirtió en una tediosa y
completa ocupación peninsular. La reacción de los españoles no se hizo
esperar y ello desencadeno, entre los años 1.808 y 1.813, una guerra abierta
ente España y Francia. La conocida como Guerra de la Independencia
Burgos, con una posición geográfica privilegiada dentro del territorio
peninsular, se convirtió en un bastión crucial durante esta guerra.
El ruinoso castillo medieval fue convertido por mandato del propio
Napoleón en una plaza defensiva de retaguardia en el caso de
repliegue, y en centro logístico. Alojo una pequeña guarnición de
franceses para garantizar el dominio de la cuidad, una ciudad por la que
pasaron casi todos los protagonistas de esta época, y en la que
cientos de miles de soldados entraban y salían a diario.
Desde 1.808 el castillo y laderas del cerro fueron completamente
transformadas ante la construcción de un nuevo fortificado compuesto por
tres líneas de defensa de tipo abaluartado. E Ellas se sumó otra
fortificación en el cerro de San Miguel conocida como hornabeque. Hasta
1.812 la guarnición del castillo no tuvo grandes sobresaltos. Pero en el
otoño de ese año, Wellington llegó a Burgos persiguiendo a parte del
ejercito francés llamado "el Portugal", después de haberlo
derrotado en Arapiles. Pensando que la toma del castillo de Burgos era un
objetivo fácil planificó diferentes asaltos para conquistar la fortaleza.
Sin embargo, los franceses bajo el mando del General de Brigada Dubreton
opusieron una férrea resistencia, aguantando durante 35 días el
hostigamiento del Lord Inglés.
Tras esta acción, los aliados pasaron de ser perseguidores a ser
perseguidos. El intento fracaso de liberación del castillo fue
catastrófico para los objetivos del caudillo inglés. La retirada
silenciosa hasta Portugal llevada a cabo después quebró la moral de sus
hombres, y le hizo entregar de nuevo al enemigo todo el territorio ganado
a lo largo del año. La exitosa campaña de 1.812, que había supuesto que el
ejercito aliado hubiera desalojado al imperial de gran parte del oeste
peninsular, e incluso forzado a José I a abandonar Madrid, era totalmente
anulada por el estrepitoso fracaso de Wellington frente a los muros de la
fortaleza burgalesa. De nuevo en manos francesas, el castillo sería
finalmente volado por ellos el 13 de junio de 1.813, al retirarse
definitivamente hacia la Vitoria para evitar que cayera en manos
aliadas.
9. Batería Imperial -La ocupación Francesa
Durante la ocupación francesa "1.808 - 1.813", el castillo de Burgos
se convirtió en centro de operaciones del ejército francés. Una decisión
Imperial que se explica por la posición estratégica de Burgos, situada en
uno de los ejes de comunicación principales de la península.
Para albergar a las tropas francesas y sobretodo, crear un bastión acorde
con las armas y estrategias militares del Siglo XIX, fue preciso adecuar la
antigua fortaleza medieval a las nuevas necesidades, se levantaron nuevos
pabellones y se reformaron estancias y estructuras defensivas.
Por otra parte, los alrededores del castillo debieron adecuarse a las
estrategias militares de la época. Una de las obras más importantes que se
llevó a cabo fue la construcción de un gran hornabeque en el Cerro de San
Miguel, un bastión destinado a proteger el único flanco débil del
Castillo.
10. Palacio de Alfonso X
El Castillo de Burgos, carece de "Torre del homenaje", elemento
emblemático de los castillos medievales. En su lugar se levantó un palacio
que sirvió como residencia real. Viajeros de otros tiempos describen este
palacio como un edificio porticado con tres pisos abiertos al patio de
armas. Su interior estaba decorado con motivos estucados mudéjares, algunos
de los cuales podemos contemplar actualmente en el Arco de Santa María,
entrada principal de la antigua ciudad de Burgos. Hoy, de este palacio sólo
se conservan los restos arqueológicos que han permitido reconocer su
disposición espacial e intuir las continuas y profundas transformaciones
experimentadas por este edificio a lo largo se su historia.
11. Puerta Sur
Esta puerta que antes existía en el flanco del castillo era un acceso
secundario utilizado exclusivamente por peatones. La marcada pendiente del
terreno y el trazado sinuoso del camino hasta acceder al interior de la
fortaleza imposibilitaron su uso para carruajes. Las puertas son los puntos
más vulnerables de cualquier fortaleza, motivo por el cual se debía reforzar
su defensa. En la Puerta Sur del Castillo de Burgos encontramos un sistema
combinados de elementos defensivos, el foso, que solo se podía salvar
mediante el puente levadizo, una puerta principal flanqueada por dos torres
y un postigo posterior.
12. Las Murallas
El elemento principal en la defensa de los castillos son las murallas. El
núcleo de la fortaleza de burgos está delimitado por dos recintos
amurallados concéntricos.
El recinto del interior está constituido por una muralla de gran potencia
(2,30 m. de ancho), con torres distribuidas en su contorno,
que actúan como elementos de defensa y como contrafuertes (refuerzo de los muros), Las torres son de planta circular (cubo) y rectangular, pudiendo
estar adosadas a la muralla o exentas (torre albarrana). La torre
albarrana se unía a la muralla en su parte superior por un paso de madera o
un arco.
El recinto exterior es de menor altura y su función es dificultar el ataque
directo al recinto principal (muralla interior). Esta muralla se
complementa con otros elementos defensivos, torres, foso y la propia
topografía del terreno.
Reconstrucción ideal del Castillo a finales del siglo XV o a principios del
siglo XVI.
13. Urbanismo medieval en Burgos
La fortaleza de Burgos, surge como un castillo de repoblación, destinado a
facilitar el avance repoblador de la meseta y proteger a la población que se
asienta en su entorno. Del primitivo embrión de la ciudad de Burgos sólo se
conservan los restos arqueológicos ocultos bajo el suelo de las laderas
meridionales del cerro del Castillo.
Con el tiempo, el poblamiento creció y el caserío fue extendiéndose por las
laderas del cerro hasta alcanzar el llano. De este modo, a mediados del
siglo XIII, bajo el reinado de Alfonso X, se hizo necesaria la ampliación
del perímetro amurallado que delimitase la nueva ciudad. El nuevo recinto
amurallado descendía por las laderas del cerro del castillo hasta alcanzar
los ríos Arlanzón y Vena, convertidos así en fosos naturales. No obstante,
el nuevo recinto amurallado resultó muy pronto escaso, pues crecierón
barrios fuera de los muros " arrabales ", como son San Esteban, San Juan o
San Pedro de la Fuente, por la vía principal que impulsaba la economía de la
ciudad, la peregrinación medieval a Santiago de Compostela, hoy,
universalmente conocido, como Camino de Santiago.
El lienzo de la muralla que todavía hoy podemos contemplar responde en su
mayor parte a la construcción realizada en el siglo XIII, aunque se
conservan algunos tramos más antiguos, como el Torreón de Doña Urraca, y
también cuenta con modificaciones más modernas.
14. Rodrigo Díaz de Vivar
Rodrigo Díaz (¿Vivar del Cid, Burgos?, 1.048-Valencia, 1.099), fue
un líder militar castellano que llegó a dominar al frente de su propia
mesnada el Levante de la península ibérica a finales del siglo XI, como
señorío de forma autónoma respecto de la autoridad de rey alguno. Consiguió
conquistar Valencia y estableció en esta ciudad un señorío independiente
desde el 17 de junio de 1.094, hasta su muerte; su esposa Jimena Díaz, lo
heredó y mantuvo hasta 1.102, cuando pasó de nuevo a dominio musulmán. Su
origen familiar es discutido en varias teorías. Fue abuelo del rey García
Ramírez de Pamplona, primogénito de su hija Cristina. Pese a su leyenda
posterior como héroe nacional español (y más concretamente de Castilla), o cruzado en favor de la Reconquista, a lo largo de su vida se puso a
las órdenes de diferentes caudillos, tanto cristianos como musulmanes,
luchando realmente como su propio amo y por su propio beneficio, por lo que
el retrato que de él hacen algunos autores es similar al de un mercenario,
un soldado profesional, que presta sus servicios a cambio de una paga. Se
trata de una figura histórica y legendaria de la Reconquista, cuya vida
inspiró el más importante cantar de gesta de la literatura española, el
Cantar de mio Cid. Ha pasado a la posteridad como «el Campeador» "experto en batallas campales
" o «el Cid» (del árabe dialectal سيد sīdi, "señor").
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