1. La Fortificación de la Ciudad de León
Los Romanos, edificaron esta ciudad de forma cuadrada con cuatro
puertas, que se correspondían, con las calles derechas, y miraban a las
cuatro partes principales del mundo. Para su fortificación levantaron unos
muros altísimos de veinte pies de ancho, torres gruesas a proporción, y un
fortísimo alcázar. Estas murallas son famosas en nuestra Historia, que
duraron hasta los postreros años del Siglo X, en que sucedió la irrupción
de Almanzor. Su fortaleza era tal, que fue siempre sumamente difícil la
empresa de tomar la ciudad, y jamás la ganaron los enemigos, sino
teniéndola sitiada por largo tiempo. Las puertas, según la memoria que se
conserva en la edad de Don Pelayo Obispo de Oviedo, eran de mármol,
y sobre ellas pusieron los romanos piedras escritas con los nombres de los
primeros que poblaron la ciudad.
Indicé |
Torre de los Ponce
Por encima de esa muralla corría un paseo que daba la vuelta completa al
campamento, era el adarve. En los muros se abrían unas puertas
disimuladas, llamadas poternas, de las que aún nos queda una muestra en
los lienzos murallones de la calle Ramón y Cajal, por la que salían los
canónigos de la basílica a las paneras que tenían
enfrente. Los cubos de reforzamiento de la muralla eran cilíndricos, 24 cubos en
los lienzos grandes, y 15 cubos en los pequeños, quizá unos 80 cubos en
total. El intervalo entre ellas solía medir el doble del diámetro de un
cubo. Cuatro puertas se disponían en la muralla y se decía eran de mármol
cuando las destruyó Almanzor, hallándose situadas en los cuatro lienzos,
al norte la Puerta Decumana o del Castillo, al sur la Puerta del Arco
del Rey, al este la Puerta Obispo o Puerta Dextra y al oeste la Puerta
Cores o Cauriense, que hoy sería su situaci6n entre el Palacio de la
Diputación o el Palacio de los Guzmanes y el café Vitoria.
Puerta Castillo
La parte que hoy falta a la muralla antigua bajaba desde la Torre de los
Ponce, pasaba por los soportales de la Plaza Vieja, seguía por la calle
del Pozo, aún se halla muralla en la parte posterior de las casas, iba
hacia el Palacio del Conde Luna, y desde allí aun se conserva por la calle
Conde Rebolledo y La Rúa, aunque las casas adosadas a la muralla impiden
apreciarla. En la muralla se van a abrir nuevas puertas. En el reinado de Fernando
II, se abrió la Rúa Nueva o Puerta de la Abadía, que daba a la calle
Renueva. Otra puerta la tendríamos situada en la subida a la Plaza de
San Isidoro y otra más en la Plaza del Conde, que llamaban Postigo del
Oso. Los muros se remataban con un parapeto almenado, donde todavía se
aprecian las reparaciones hechas en tiempos de Alfonso IX, con cal y
ladrillos. Junto a la Puerta de Rege, se va a celebrar por la Alta Edad Media un
mercado semanal todos los miércoles, cerca de donde estaba el Palacio
Real de Ramiro II, Palat del Rey.
Así fueron naciendo edificaciones y talleres de obradores que se fueron
haciendo definitivos, alrededor de la iglesia de San Martín y se
comenzaron a establecer francos, moros y judíos. Obligado por esto hubo de
construirse una tapia de protección y en tiempos de Alfonso XI, se edificó
definitivamente una cerca. Esta cerca va a nacer en la Puerta de los
Ponce, llamada también Puerta del Peso, donde hoy existe el paso a la
Plaza Vieja, seguiría por la calle Murias de Paredes, calle de las Cercas,
daría la vuelta por la calle de la Independencia a enlazar con la muralla
por el solar de Botines hasta la esquina noroeste de la
Diputación. Esta cerca tiene unos ocho metros de altura, toda ella de canto rodado
y argamasa y dos metros de espesor, cuyas obras se realizaron por el
arcediano de Triacastela Juan Sánchez, en quince años, allí por el año
1.324, y acordando el Cabildo y el Concejo que se costease con lo que
rindieran las meallas y las cerrales de vino y la renta de la
muralla. Por la calle de las Cercas se conserva aún el doble recinto sobre un
talud que se llama la doble braga con barbacanas de defensa y un camino
de ronda entre muros de tres metros y medio de ancho, que también posee
un alto andén.
Las cercas y murallas se restauraron en el año 1.593, en tiempos de
Felipe II, por el arquitecto Pedro Mazuecos siendo maestro de las
obras Leonardo Cajiga, el mismo que construyó el puente de San Marcos
y cobró por la restauración de las Cercas, cinco mil ducados.
Las puertas en las Cercas eran las siguientes, Puerta de los Ponce o
del Peso, hoy paso a la Plaza Vieja, Puerta Famosa o Puerta Bonita,
detrás del cuartelillo de la policía
municipal, Puerta de Diego Gutiérrez o del Sol, al bajar la
escalerilla de la Plaza, Puerta de Rodezneros y Puerta de Cal de
Moros, las dos en la calle Murias de Paredes, Puerta Moneda, donde hoy
comienza la calle de tal nombre, allí se colocaban los judíos
cambistas de dinero, Puerta Gallega, hoy al final de la calle San
Francisco, Puerta de Burgo Nuevo, cerca del hoy hotel Conde Luna,
Puerta de Fajeros, en el nacimiento de la calle Ordoño II, donde había
una torre llamada de Almanzor y el Postigo de la Ollería, donde se
unía la cerca con la muralla.
2. Las Puertas de las Cercas
Las puertas de las Cercas eran de arcos de medio punto y bóvedas
apuntadas, más elevada la que mira al campo que la del interior hacia la
ciudad. Eran puertas sombrías y angostas. La torre de Almanzor se
derribó en el año 1.922, para construir la casa Roldan. La Puerta Gallega se derribó bajo el mandato de Dámaso Merino en el año
1.864, al hacer el jardín de San Francisco, para que se contemplaran
bien las torres del monasterio de San Claudio. La Puerta Moneda se demolió en el año 1.905, y tenía una hornacina con
la Virgen de la Victoria, que pasó a la iglesia del Mercado y una
estatua de Carlos III que pasó al Museo Provincial. La Puerta de Cal de Moros se derribó en el año 1.868. la Puerta Famosa o Puerta Bonita se tapió por el Ayuntamiento en
el año 1.866, aunque volvió a abrirla hace pocos años para dar salida a
la casa municipal y alojar un almacén de útiles y cuartelillo de la
policía municipal. La Puerta Obispo se derribó en diciembre del año 1.910, por el proyecto
del arquitecto de la Catedral, Manuel de Cárdenas, en cumplimiento de la
corriente arquitectónica de la época de aislar los edificios
monumentales. Sobre ella corría el adarve y corredor por el que el
obispo pasaba de su Palacio a la Catedral.
Puerta Obispo antes de su derribo
3. La significativa Puerta del Peso
Entre la Torre de los Ponce y el comienzo de las Cercas se hallaba
situada la Puerta del Peso de la Harina. De ella nacía la calle de
Escuderos en dirección a los soportales de la Plaza Vieja. Dado que el
gasto del Corregimiento de la ciudad aumentaba se pensó colocar un
impuesto o alcabala para la harina y el pan que entraran en la ciudad.
Como los canónigos eran dueños de la mayor parte de los molinos de la
Presa Vieja o del Obispo, eran quienes más contribuirían con este
impuesto. La alcabala se cobraba bajo la capa de sanear la hacienda,
pero la idea soterrada era que los canónigos sufrieran el peso de este
saneamiento. Al morir la Reina Católica, la iglesia se encontró mas
libre para pleitear, y promovían hasta excomunión contra los linajudos
regidores como los Villafañe, los Villamizar y los Vaca. En esa casa
donde se cobraba la alcabala es hoy el Mesón Leonés, de buena cocina,
que ya le viene de Siglos. La calle Vadillo, Caño Vadillo, significó el
vado o vadillo por donde se atravesaba el charcal o lodazal que resulto
del antiguo foso que rodeaba las murallas, lodazal donde se encenagaron
los caballos de Almanzor cuando sus huestes entraron en la ciudad en la
primavera del año 996.
La casa del Peso pasó más tarde a ser el Mesón del Gallo, que pertenecía a
la parroquia de San Martín, así como el Mesón del Ángel, situado enfrente,
pertenecía a la parroquia de San Salvador del Nido. En el Mesón del Gallo
cenó y almorzó el Rey de Cerdeña y Duque de Saboya, Carlos Alberto,
vencido por los austriacos en el año 1849, que había abdicado en plena
batalla en favor de su hijo Víctor Manuel II, quien con la ayuda de
Garibaldi unificó los estados italianos. Se alojó en Casa de Los Cea y
visitó la Catedral a la luz de las antorchas. Al día siguiente confesó y
comulgó en San Salvador del Nido, era día de Pascua, y de aquí salió para
Oporto donde murió a los tres meses. El mesón pasó luego a ser posada de arrieros, allí se reunían los
poetas de sus diversas escuelas para recitar sus poemas y por fin fue
adquirido por don Manuel Diez García, quien remozó la instalación,
le dio un aire de tipismo y rancio sabor histórico que ha vuelto a
captar la categoría de hace siglos. hoy de la mano de sus hijos.
La muralla de León es la fortificación romana de la ciudad de León, que
delimita el casco antiguo de la ciudad. La primera fortificación militar
data de la época augusta, en torno al siglo I a. C. En ese momento la ciudad
no era tal, sino un campamento militar romano. La construcción consistía en
dos muros paralelos de madera rematados por un parapeto y que estaban unidos
por un entarimado. Los guardias se movían sobre él
para realizar los correspondientes turnos de vigilancia. En el interior del
muro había tierra procedente del foso excavado en el exterior. Tenía una
altura de 5 metros y una anchura de 3 metros, mientras que el ya citado foso
estaba a un metro de distancia.
En los 200 años siguientes, hasta el siglo I a.C. la Dinastía Julio-Claudia,
construyó una nueva muralla unos 20 metros por delante de la original, que
se derribó y cuyo terreno se utilizó para albergar barracones. La nueva
estructura defensiva estaba hecha en madera, revestida en ambos lados por
una pendiente de tepes, bloques de tierra arcillosa colocados de manera
regular y con varias almenas de defensa. Antes de ellas había dos zanjas a
modo de foso, y en total tenía en torno a 6 metros de altura y 4 de
ancho.
En los siglos I y II, se sustituye la pared exterior de tepes por un muro de
piedra, material extraído de la cadena montañosa cercana a la ciudad. La
piedra estaba colocada en opus caementicium, mezcla de fragmentos de piedra
y argamasa, mortero de cal, que se colocaba en el interior y equivale al
hormigón actual, y en opus vitattum, filas de piedras de unos 30
centímetros. Se erigieron cuatro accesos dobles que hoy están desaparecidos
y se eliminaron los fosos. La altura era de 6,5 metros, y el ancho de tan
solo 2 metros.
En un periodo indeterminado entre finales del siglo III, o quizá comienzos
del IV, se alzó una nueva muralla, esta vez con cubos o torres de planta
semicircular situados a cortos intervalos. Se levantó con cuarcita y
sillería, su interior se rellenó con opus caementicium. Tiene unos 5 metros
de grosor y una altura de 10 metros. Esta es la muralla que se puede
recorrer actualmente en la ciudad. Se realizaron diversas reparaciones a lo
largo de la Edad Media y Moderna a lo largo de todo el trazado, de diferente
alcance, aunque en la época moderna sufrió bastante abandono, lo que motivó
que a comienzos del siglo XIX, la ciudad estuviera desprotegida. Las últimas
obras de refortificación importantes se debe al periodo de la primera guerra
carlista, concretamente al periodo del año 1.836 al 1.840. El 27 de julio de
2.008, parte de la muralla de León y un tapial anexo se desprendieron. El
derrumbe se produjo en la calle Ruiz de Salazar, en la zona que se
corresponde con el tramo final de la muralla en dicha calle, a la altura de
la esquina con la calle Pilotos Regueral. El desmoronamiento llenó de
cascotes no sólo la zona aledaña a la muralla, sino toda la calle,
habitualmente peatonal aunque con circulación limitada a residentes y
vehículos autorizados. A día de hoy la muralla se encuentra en estado de
ruina consolidada, siendo restaurada periódicamente. El Ayuntamiento de León
es su propietario, y la construcción está destinada a ser un elemento más
dentro de la oferta turística de la ciudad. El 27 de abril de 2.005, el
alcalde de la ciudad solicitó al Ministerio de Cultura la cifra de 150.000
euros para nuevas tareas de restauración, las cuales se han iniciado y
continúan en el año 2.009. La muralla de León fue declarada Monumento
Histórico Artístico el 3 de junio de 1.931. Está a su vez protegida por la
declaración genérica del decreto del 22 de abril de 1.949, y por la ley
16/1.985, sobre el patrimonio histórico español.
Parque del Cid
En Junio del año 2.011, se inaugura un tramo de la muralla que pasa a ser
peatonal en su parte superior, siendo la tercera muralla de España que puede
ser transitada a modo de paseo superior. La zona peatonal corresponde a un
pequeño tramo situado en el Parque del Cid, detrás del Edificio Pallarés,
sede del Museo de León.
5. Puerta Castillo
Situada en el Norte de la muralla es la única puerta de la antigua
muralla de León que se conserva en la actualidad. Comunica la Plaza del
Espolón con la Plaza Puerta Castillo. También es conocida como Arco de la
Cárcel, ya que el Castillo próximo fue utilizado como cárcel de
León.
Esta puerta, por supuesto, a sufrido la contaminación ambiental, que hizo
desprenderse fragmentos considerables en un lapso relativamente corto de
tiempo, razón por la cual, en el año 2.000, el ayuntamiento decidió
emprender una tarea de reconstrucción. Para conocer el origen de la Puerta
Castillo, es necesario retrotraerse al origen de la ciudad de León, cuando
las tropas romanas establecieron su campamento en lo que todavía no era ni
siquiera un asentamiento.
Plaza del Espolón
Fieles a su costumbre, costumbre obligada, por otra parte, al tener muchos
enemigos rodeándolos todo el tiempo, cuyo único objetivo era expulsar a los
invasores lo más lejos posible, levantaron uno de sus tradicionales
campamentos con una poderosa muralla defensiva construida en madera.
Las cuatro puertas romanas originales, según cuentan los historiadores,
estaban cubiertas de mármol y tenían inscripciones en las cuales se
mencionaba a los primeros pobladores del asentamiento.
Cada una de estas puertas estaba orientada hacia un punto cardinal
diferente
norte, sur, este y oeste.
6. Castillo de León
El Castillo de León, también llamado Torres de León, en la documentación
medieval, es la ciudadela de la ciudad española de León. Antaño cárcel
local, desde el año 1.982, es sede del Archivo Histórico Provincial de
León.
Castillo de León
7. Historia
Con sus muros de siete metros, torres de veinte y dos patios de armas, el
Castillo de León forma parte del lienzo septentrional de la vieja muralla
romana, incorporando dos cubos contiguos a la vieja puerta decumana, a la
cual se adosó en la Edad Media una tercera torre de gran alzada, hoy medio
derruida, la llamada Torre del Conde, que fuera sede del encargado de la
defensa de la ciudad, rodeando todo el conjunto con un muro que definió un
recinto de forma ovoidal, con un patio a cada lado de la vieja muralla. En
el recinto se encontraba en tiempos la cisterna en la que desembocaba la
traída de aguas que abastecía la ciudad, lo que la convertía en el lugar más
indicado para ubicar la ciudadela.
Desde el principio del siglo X, está documentada la denominación de
Puerta del Conde, lo que indica que esta función militar ya existía, y
comienzos del siglo XI, figura como residencia del célebre Conde Munio
Fernández y su esposa Elvira. Fue restaurado como Palacio por Berenguela de
Castilla, esposa de Alfonso IX de León y madre de Fernando III de Castilla.
Restaurado en época de los Reyes Católicos y de Felipe II, fue abandonado en
época borbónica, al eliminarse los tenientes de castillo, cuyas funciones
pasaron a ser desempeñadas por los Intendentes. En el año 1.800,
comenzaron los proyectos para rehabilitarlo y convertirlo en cárcel, función
que ya había desempeñado con regularidad, por lo menos desde el siglo
X. Ordoño II de León, encerró allí a los Condes Castellanos tras la
derrota de Valdejunquera (920), y Ramiro II, hizo lo propio con su hermano y
predecesor Alfonso IV de León (931), y el Conde Fernán González (943-5).
También se encarceló allí a Pedro de Franqueza, Conde de Villalonga, uno de
los funcionarios más corruptos de la época de Felipe III, y tras sus fríos
muros murió en el año 1.664, Rodrigo de Silva Mendoza y Sarmiento, Duque
Consorte de Híjar, que conspiró para derrocar a Felipe IV, y convertirse en
el Rey de Aragón.
Cárcel de Partido
Interrumpida la vida pública con la invasión francesa, no fue hasta el año
1.862, que se habilitó finalmente como cárcel de partido. Se construyó un
cuerpo cuadrado de tres plantas, rematado con un reloj, que acogía las
dependencias administrativas y el acceso al recinto carcelario.
Empleado para presos políticos durante la Guerra Civil, fue abandonado en el
año 1.960. Las obras de rehabilitación para convertirlo en sede del Archivo
Histórico Provincial comenzaron en el año 1.979, y quedaron concluidas en el
año 1.982.
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