6. Pico Catoute 2.117 m.
7. La Cernella
8. Recomendaciones Generales para todas las Rutas
Cuando se realiza senderismo en zonas de montaña es preciso tener en
cuenta unas recomendaciones básicas que pueden ser muy importantes para
la seguridad y bienestar de los visitantes.
- Procura conocer con antelación el medio en el que te vas a
mover.
- Planifica tu actividad con información adecuada " mapas, libros,
etc..."
- No empieces tarde y planifica el horario con un margen de
seguridad.
- Deja dicho a dónde vas.
- No vayas solo a la montaña. El grupo mínimo aconsejable es de tres
componentes.
- Infórmate de las condiciones meteorológicas.
- Asegúrate de que llevas el equipo adecuado a la actividad y
cuídalo,
- No sobreestimes tus posibilidades. Elije una actividad acorde con tu
nivel físico y técnico.
- Si tu estado anímico no es el más adecuado o no estás predispuesto no
emprendas actividades de cierta complejidad técnica.
- Mantén la preparación física adecuada. En caso de imprevistos tendrás
que hacer uso de toda tu capacidad para afrontarlos.
- Incluye siempre en tu equipo una linterna, impermeable y manta
térmica aunque este anunciado buen tiempo y no tengas previsto finalizar
de noche.
- Obtén conocimientos en Primeros Auxilios.
- En invierno la nieve alcanza un gran espesor en los tramos más altos,
que imposibilita una correcta percepción de las dificultades del
terreno. Sea prudente, es preferible no completar la ruta si no dispone
del equipo y la experiencia necesarios.
- La naturaleza geológica del terreno provoca la aparición de simas que
en ocasiones son muy profundas, no se aproxime al borde de las mismas.
Además en alta montaña pueden producirse desprendimientos de roca y
avalanchas de nieve. Extreme las precauciones.
- Es aconsejable llevar ropa y calzado apropiados. Los cambios
climáticos pueden ser bruscos, incluso en los meses más calurosos pueden
alcanzarse temperaturas muy bajas.
- Es aconsejable llevar agua. En los recorridos existen
abundantes manantiales y fuentes, sin embargo se recomienda no beber
agua sin las suficientes garantías sanitarias.
- Por respeto al entorno y a otros posibles visitantes, evite dar voces
y llevar aparatos que puedan producir ruidos estridentes.
- Tenga en cuenta que la recogida de residuos resulta muy costosa
en estas zonas. Procure llevar su basura de regreso y depositarla
en contenedores.
- Si hace la ruta acompañado de un perro, éste no debe estar suelto ya
que podría espantar al ganado.
- Recuerda que tienes que sobre vivir por tus propios medios hasta que
llegue la ayuda
9. Camino Santiago
Todo comenzó a principios del Siglo IX, con el descubrimiento de la
Tumba del Apóstol Santiago, noticia anunciada al mundo Cristiano por el
Papa León III. Parece ser que la primera peregrinación oficial fue
presidida por el Rey de Asturias, Alfonso II el Casto. En el año 829,
fue a visitar el Campo de la Estrella, donde mandó construir la primera
ermita, quedando así inaugurado el Primitivo Camino de Santiago.
Inmediatamente comienzan a llegar peregrinos de todas partes de Europa.
En el Siglo X, el Abad Fulberto de Chartres, ya relata entusiasmo, que a
Santiago llegan peregrinos de todas las Naciones. Los primeros peregrinos hacen su ruta siguiendo las vías Romanas, los
viejos caminos que surcaban las tierras del Norte, por montes desafiando
a los lobos y osos. Tres eran las posibilidades que se les ofrecían para
poder cumplir su promesa, seguir la costa Cantábrica, utilizar los
caminos que comunicaban los valles de las estribaciones de la cara sur
de la Cordillera Cantábrica, o aprovechar las primeras planicies de la
Meseta Castellana. La ruta de la costa era complicada, tenían que vadear
las continuas rías, salvar zonas pantanosas, cruzar ríos torrenciales,
faltos en muchas ocasiones de puentes o con construcciones de alto
riesgo. Los caminos de la meseta, si bien eran más fáciles de recorrer
por ser llanos, implicaban muchos riesgos por atravesar tierras ocupadas
por Musulmanes, tierras de nadie o fronterizas. Es lo que se conoce como
terror Sarraceno, recordemos los servicios alternativos de las mesnadas
del Cid Campeador, segunda mitad del Siglo XI. Almanzor, en su cuarenta
y cinco primera campaña, finales del Siglo X, conquista Santa María de
Carrión - Carrión de los Condes -. Ya en el Siglo XII, Guillermo huye de
Sahagún por la amenaza Sarracena, y se refugia en Peñaorada, como lo
habían hecho en el Siglo IX, los monjes, Facundo y
Primitivo. En la batalla por León hasta bien entrado el Siglo XI, Astorga es
tomada por Almanzor en el año 995. Por el contrario en Camino de la
montaña cruzaba por tierras vigiladas y protegidas por una serie de
castillos y fortalezas. La fortificación de frías, documentada a
mediados del Siglo IX, protege el paso del Alto Ebro, y garantiza
definitivamente la repoblación. La Fortificación de Oña, desde mediados
del Siglo VIII, sirve de baluarte defensivo de un territorio que se
había convertido en refugio de los fugitivos de las zonas Musulmanas o
fronterizas. El castillo de Aguilar de Campoo es una Torre defensiva
Medieval de la que ya hay documentación, en el año 1039. Cervera de
Pisuerga contaba con varias Torres defensivas, situadas en el Castillo
de Peña Barrio, Peñas Negras y Vallejera, sobre la primera se construyó
más tarde la iglesia Gótica de Santa Mª del Castillo. En Santibáñez de la Peña, se encontraba una Fortaleza menor,
Peñacastillo. El Castillo de Guardo custodiaba un importante nudo de
comunicaciones. El Castillo de Aguilar, Cistierna y Sabero, edificados
posiblemente en el Siglo IX, controlaban el valle del Alto Esla. El
Castillo de Alba, en la Robla, cuya construcción es atribuida a Alfonso
II de Asturias, en los primeros años del Siglo IX, que significó una
barrera infranqueable para Almanzor. Una segunda línea la constituían
los Castillos de Luna, Gordón y Arbolio. En esta línea defensiva se
situaba seguramente el Castillo de Benal, que fue edificado sobre un
Fortín Romano. Sólo quedaba como opción más aconsejable, una vez
franqueados los pasos alto de la Cordillera Pirenaica o Cantábrica,
utilizar aprovechando en gran parte las vías Romanas, el trazado de la
baja montaña que aunque sinuoso y de dificultad media, era más seguro.
Así nació el viejo Camino de Santiago o Camino de la Montaña. De esta
antiquísima vía montañesa, poco se sabe aún, tanto por haberse ido
perdiendo la tradición de su pasado por los pueblos, como por la escasez
de fidedignas fuentes documentales uniéndose a esto también la carencia
de restos materiales que testimonien la dirección de la calzada, aunque
es de suponer que ésta no sería obra de cierta importancia, sino simples
senderos abiertos al tránsito. Como referencia de este camino tenemos la Carta de Gundisalvo a
Froilano del año , que habla de un viejo Camino a Santiago que pasa por las omañas y
desciende hasta llegar a Cacabelos. Por Fasgar fuimos al paso alto
entre montañas, donde rezamos a Santiago en su ermita, que allí hicieron
para agradecerle haber vencido a los Moros. Bajamos por las Colinas del
Moro y sus lomas rojas, hasta la Cruz alta donde todos los peregrinos
dejaron un canto como recuerdo. A lo largo de ese camino florecieron las
órdenes monásticas que huían del Al-Andalus, el valle de Mena llegó a
contar con dieciséis monasterios, en las Merindades existieron aposentos
monacales, donde daban a los peregrinos un guiso llamado patatas
calderonas, quedándose los lugareños con el sobrenombre de
calderones. Pedro de Alba relaciona al menos diez monasterios en la montañas de
Boñar, la mayoría de ellos ya referenciados en el llamado Concilio de
Boñar, año 929. En el tramo del Bierzo, también existió gran cantidad de
monasterios y un rosario de ermitas, entre los que destaca la Virgen de
la Peña - Congosto - donde aún en el Siglo XVIII, el catastro de
Ensenada consigna que había un monasterio en el que suele haber diez
individuos poco más o menos entre sacerdotes y legos, y su instituto de
hospedar peregrinos y criar niños expósitos. Allí se podía ganar el
jubileo. Entre Congosto y Cobrana, existía un hospital de peregrinos. En
las cercanías de Quintana de Fueros figuraba el símbolo y divisa de este
viejo Camino, La Cruz Cercenada que colocada sobre un cúmulo de piedras
señalizaba un importante cruce de caminos. El camino astur-monte de
Mercurio Romano y el que provenía de Igüeña. La Cruz de Fierro, erigida
a orillas de la nueva ruta - camino Francés -, no es sino copia
equivalente de la Cruz Cercenada. A la vera de estas calzadas se
edificaron cientos de iglesias y ermitas romñanicas, algunas de gran
belleza, en cuyas piedras ha quedado esculpida una rica iconografía
jacobea, y permanecen habitadas por cuentos y leyendas
memorables. Se erigieron cruceros como hitos en el camino o marcas de límites
territoriales. Se construyeron puentes de piedra para poder cruzar los
múltiples ríos que discurren por los valles de la montaña vasca,
cántabra, burgalesa, palentina y leonesa. Se levantaron hospitales para
acoger y curar a los peregrinos. También aquí aparecieron topónimos y
cuajaron nombres - jacobeos -, que podemos encontrar en otros caminos,
la puerta del perdón - o de los peregrinos -, la fuente de los
peregrinos - o del romero -, el hospital, calle Santiago, el puente del
romero, la puerta de Galicia, etc. Asimismo quedaron en sus iglesias y
ermitas las vocaciones tan jacobeas como San Martín de Tours - patrón de
los peregrinos -, Nuestra Señora de la Guía, San Roque, La Magdalena,
San Severino. Y como natural nos encontramos con infinidad de templos dedicados a
Santiago, unas veces Peregrino y otras Matamoros. Pero una vez
reconquistadas establemente las tierras de la meseta norte, a finales
del Siglo XI, los Reyes de Navarra, Sancho el Fuerte y de Castilla y
León, Alfonso VI, desviaron la ruta más al sur por su menor dificultad y
por razones de utilidad comercial. A pesar de su orografía es mucho más
suave este trazado, tardó en consolidarse hasta que las fronteras se
traspasaron de manera definitiva a la línea del Tajo, tal como indica
J.M. Luengo, el peligro era tan manifiesto que muy valiente y temerario
tenía que ser el que se arriesgara a tomar la nueva ruta. A partir de
aquí comienza la superioridad del Camino Francés, superioridad que en la
época moderna llegó casi a la exclusividad de marca única.
Afortunadamente hoy en día se están recuperando las otras rutas, que sin
ánimo de competitividad entre sí ni de enfrentamiento contra nadie sólo
quieren contribuir a enriquecer este Patrimonio de la Humanidad, que es
el Camino de Santiago. El trabajo e recuperación de esta ruta,
seguramente la más antigua si exceptuamos el Camino Primitivo. Dos
puntos de esta ruta suponen un cruce de caminos que permiten la
permeabilidad de las grandes rutas, en Cistierna la ruta de Vadiniense,
permitía a los peregrinos deseosos de venerar reliquias, acercarse a
Liébana para rendir culto al Lignum Crucis, y otros muchos exvotos allí
expuestos. Después algunos hacían el camino de vuelta para proseguir por
la ruta de la montaña, a partir del Siglo XII, se incorporan en Mansilla
de las Mulas al Camino Francés, mientras que otros desde Liébana
accedían al Camino del Norte. Lo mismo pasa en el cruce de la Robla o
Buiza si se va por Valdorria, sabido es por los amantes del Camino de
Santiago, el dicho de que quien llega a Santiago sin haber pasado por
San Salvador - Oviedo -, visita al Criado y no al Señor. También aquí
eran un polo de atracción las reliquias guardadas en la Cámara Santa. A
partir de aquí normalmente seguían el Camino Primitivo. Al trasladarse
la Capital del Reino de León, ésta ciudad con su Pulchra Leonina, supuso
un gran incentivo en la ruta de las peregrinaciones. También existe toda
una serie de referencias, leyendas y tradiciones que nos hablan de una
gran diversidad de trazados siguiendo los diferentes valles marcados por
la cabecera del río Ebro y los afluentes del Duero. En Retortillo el
camino conectaba con rutas que procedían de los puertos de Santoña,
Santander y Suances. En Cervera de Pisuerga confluía el camino que venía desde Cantabria,
por el Paso de Piedrasluengas, utilizando muchos tramos de la calzada
Romana del Burejo - Monasterio de San Román de Entrepeñas -. Desde
Puente Almuhey, a Cistierna otra ruta cruzaba por la Guzpeña. A partir
de Boñar, siguiendo el valle del Porma según la Leyenda del Lago de
Isoba subía otro camino hacia el norte. En Otero de Curueño o La
Vecilla, se podía seguir por la conocida ruta de San Atilano, Ranedo,
Valdepiélago, Berbula, Vegacervera, Coladilla, La Vid y compartiendo
ruta con el camino del Salvador bajaba por Buiza, Beberino y Pola de
Gordón, para reemprender ruta propia hasta Viñayo y empalmar con el otro
trazado en Otero de Dueñas. Esta misma ruta tiene otra variante que
desde Buiza por Murias de Paredes pasa a Páramo del Sil hasta bajar a
Villafranca.
En Igüeña se incorporaba otra ruta que procede de Astorga, cruzada por la
Cepeda, Almagarinos. También en Congosto nacía otra ruta que subiendo por
el valle del Sil, remontaba para visitar el viejo Monasterio de Santa
Leocadia en Castañeda, que construyera nuestro Padre Fructuoso. Recordemos
lo ya dicho, los peregrinos salían de su casa o iniciaban su caminar desde
los puertos del Cantábrico y se iban incorporando por donde les era más
fácil o por la ruta principal en busca de compañía y seguridad, sin
importarles desviarse para satisfacer sus devociones.
Todos los caminos conducen a Santiago, pero algunos no los conoce casi
nadie, Es lo que podría decirse de la llamada ruta de la Montaña o Camino
Olvidado, una senda alternativa para peregrinar a Compostela que entra en
el Bierzo desde las Omañas por Colinas del Campo Martín Moro Toledano, el
Pueblo de España con el nombre más largo, hay que recordarlo, que hasta
mediados del Siglo pasado continuaba por los dos pueblos inundados por el
pantano de Bárcena, y que después se entroncaba con el Camino Real, y en
Columbrianos con la ruta principal o Camino Francés.
A Santiago, se puede caminar por varios caminos. Hay una ruta al norte que
sigue la linea de la costa. Y en León, se puede entrar en el Bierzo
siguiendo el Camino Francés por Foncebadón o bajando el puerto de el
Manzanal por Montealegre, Bembibre, Cobrana y Cacabelos, a través del
Camino Real de Carlos III. Existe también un Camino de Invierno, que sale
del Bierzo por Priaranza y Puente Domingo Flórez, para evitar las nieves
de Piedrafita.
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